Está terminando un año recorrido por crisis económica, sucesos políticos y luchas sociales, con un final dónde se sumó una histórica movilización popular por el triunfo mundialista. Esa pasión protagonizada por el pueblo trabajador con el correr de los días dejará paso a la vuelta de la vida normal que traerá nuevas luchas sociales y disputas políticas, todo en el marco de un país en pleno ajuste acordado con el FMI. Desde el Frente de Izquierda Unidad tenemos la responsabilidad de seguir levantando una alternativa y a la vez de repensar cómo avanzar para atraer a millones de trabajadores y jóvenes. Sobre esto nos referimos en este artículo de cierre de año.
Por Sergio García
En el país sobra derecha
Esta frase cobra plena vigencia cuando vemos a diario prepararse como posibles presidenciables a Bullrich, Macri, Larreta, Morales y al propio Milei. Unos y otros expresan lo más retrógrado de la política capitalista. Algunos más solapadamente y otros desbocados como Milei preanuncian un país de mayor ataque a los derechos sociales y un modelo económico social para una minoría privilegiada, al servicio de las castas de corporaciones empresarias, para quienes trabajan todos los días.
Esta derecha repudiable, que enfrentamos en la calle cuando gobernó y a quien desde la izquierda volveremos a enfrentar si gobierna de nuevo, no tiene el monopolio de la receta económica derechista. Porque la verdad es que el gobierno del Frente de Todos ha tomado gran parte de su agenda y la aplica, con Massa de superministro, todos los días. Como ha sucedido tantas veces y en diferentes países, quienes decían asumir el gobierno contra la derecha terminan aplicando planes de ajuste y son la envidia de los derechistas derrotados. Así las cosas, el gobierno del Frente de Todos de Alberto, Cristina y Massa pasará a la historia como el frente que reafirmó las ataduras con el FMI por muchos años. Cuando los vemos viajar cada tres meses a aceptar las revisiones fondomonetarista es cuando queda claro que hay mucha derecha en el país, y no toda está en la oposición, este mal que le pesa a los ideólogos de la corporación mediática del grupo Octubre, que intentan ocultarlo.
Sin CFK, la disyuntiva de las y los decepcionados
Algo más de tres años del Frente de Todos en el gobierno, no dejan lugar a dudas que quienes vinieron a sacarnos de lo peor del macrismo no lo han hecho. En realidad, al darle legitimidad al acuerdo con el FMI y al aplicar un fuerte plan de ajuste, han reafirmado los hilos rojos de la herencia macrista. Lo mismo podemos decir sobre su asociación privilegiada con las corporaciones extractivas y destructivas de nuestros bienes comunes y los favores oficialistas al agronegocio, al cual se suponía venían a enfrentar.
Es en este contexto que originó más pobreza, desigualdad social y pérdida de soberanía, que el descontento creció y la crisis política dentro de la coalición de gobierno también. Y finalmente llegamos a un diciembre donde ya nadie cree en promesas y además CFK decidió anunciar que no será candidata. Provocando un cimbronazo que tendrá consecuencias al interior de su frente que terminará con candidatos 2023 más afines al consenso con los grandes CEO y con la oposición, un rumbo que la propia CFK explicó en su anterior acto en La Plata.
De esta forma miles de trabajadores y jóvenes decepcionados ven con incertidumbre el futuro. A ellas y a ellos los convocamos a reflexionar sobre este momento junto a la izquierda. A constatar que no tiene ninguna utilidad política seguir apoyando a un frente que aplica un ajuste brutal y que se encamina a una derrota construida sobre sus propias decisiones de continuidad económica y social. Las y los invitamos a que en este momento clave, y ante tanta derecha, se animen a fortalecer a la izquierda y a ser parte de ese objetivo político tan necesario.
La ubicación del FIT-U: ¿qué hacer para avanzar?
Todo este contexto político entre el gobierno y la oposición de derecha, marca a las claras que, en nuestro país, hay una sola voz política alternativa a todos los partidos del régimen capitalista, tanto a los tradicionales como a nuevas variantes como los libertarios. Y es nuestro frente de izquierda, con su programa anticapitalista y socialista y su oposición tajante a todo el plan de ajuste y entrega, quien en los hechos es la única voz coherente a favor de la causa de las y los trabajadores y la juventud.
Es desde esta posición ganada y desde la unidad de izquierda construida, que tenemos que partir no para contentarnos con lo logrado sino para tomarlo como punto de partida. Sucede que más allá del terreno político y social conquistado por nuestro frente, lo peor que podríamos hacer es contentarnos en forma conservadora con el punto alcanzado y a la vez no ver que hay mucho por corregir, mejorar y nuevos caminos por recorrer.
Como hemos dicho insistentemente desde el MST, y cómo lo seguiremos diciendo, hace falta romper los esquemas electorales y limitados que tiene nuestro frente, y de una vez por todas tomar medidas para dar el salto a una construcción política unitaria y superior. Lamentablemente, hasta ahora tanto los compañeros del PTS y PO no se plantean estos cambios, con lo cual se desaprovecha una situación excepcional donde se podría avanzar mucho más.
De nuestra parte volvemos a proponer que el FIT-U de un salto hacia un gran movimiento político común, un partido de corrientes o tendencias organizadas democráticamente, que se reúna semanalmente para debatir y resolver sobre todos los hechos de la realidad y de la lucha de clases, donde se intenten acuerdos de intervención común ante cada hecho político, cada lucha y donde lógicamente también se aborden los temas electorales.
Seguiremos siendo el ala del FIT-U que propone estos cambios que incluyen apertura a referentes de la izquierda social, a intelectuales y a trabajadores y jóvenes que decepcionados buscan otro camino. No hay política de izquierda y revolucionaria si no se busca permanentemente influenciar a franjas de masas. Y no se logra esa influencia política y social sin convocar o creyendo que mirándonos el ombligo millones vendrán hacia nosotros. Este es un debate estratégico; consideramos que con un norte programático claro por un gobierno de los trabajadores y por el socialismo, tenemos que tender puentes para que nuevas franjas obreras y populares se acerquen, apoyen al FIT-U y también puedan ser parte protagonista de alguna forma.
La disputa electoral al servicio de un salto político
Mientras desarrollamos estos debates políticos que van mucho más allá de la próxima elección, igualmente tenemos que responder a la disputa electoral que se viene y que arranca rápidamente los meses que vienen, con adelantamientos electorales en varias provincias.
Es por esto que nuestro frente tendrá que ir avanzando en el debate interno sobre cómo encarar esta importante lucha política del 2023. Y para hacerlo de la mejor manera, tiene que abordarse el tema pensando en cómo mejor disputar nacionalmente, como aprovechar todas nuestras fuerzas y referencias políticas. No se puede llegar a un buen resultado encarando el tema electoral de forma electoralista, porque la izquierda anticapitalista y socialista tenemos que dar peleas electorales pero al servicio de fortalecer una alternativa de lucha y para cambios de fondo.
Por eso tenemos que encarar el debate electoral teniendo en cuenta una integralidad de elementos que lógicamente incluyen el cómo ubicar a las y los principales referentes públicos del FIT-U para que hagan su mejor aporte. Ver las relaciones de fuerza electorales en términos nacionales y en cada provincia que vaya teniendo elecciones adelantadas. Tomar en cuenta el peso social de cada partido, su fuerza y capacidad de movilización, su extensión nacional y la necesidad de visibilizar diversos perfiles que sumados aportan mucho más al FIT-U que si pretende esconder ideas o visiones políticas. Haciendo todo esto se pueden lograr mejores resultados y que sean un puntal para un salto político hacia el país que vendrá tras las elecciones.
Con esta visión, desde el MST vamos a encarar cada uno de los debates electorales, con la convicción de que hay condiciones, si los hacemos bien y a fondo, de lograr acuerdos provinciales y nacionales para listas comunes del FIT-U, y a la vez sabiendo que, si no se llega a acuerdos porque equivocadamente primen visiones hegemonistas, igualmente están las PASO para garantizar que todo el mundo se exprese y se mantenga la unidad del frente en las elecciones generales. De nuestra parte, con la responsabilidad que nos da ser una de las principales y más extendidas fuerzas nacionales de la izquierda y del frente, habiendo aportado en el 2021 alrededor del 30% de los votos del FIT-U, teniendo referencias políticas nacionales y provinciales para poner a disposición de las listas, y siendo una fuerza militante con estructuración obrera, popular y en la juventud, vamos a poner toda esa potencialidad a disposición de un debate electoral unitario, que esperamos pueda esta vez llegar a un acuerdo en cada provincia y para las PASO nacionales. Algo que depende no solo de nosotros, sino de la voluntad política de que otros partidos no pretendan falsos hegemonismos alejados de la realidad.