Por Rubén Tzanoff
En la reunión hispanofrancesa pusieron en práctica una jugada a dos bandas con la intención de conformar un nuevo eje europeo y recuperar algo del apoyo perdido en sus países. En tándem actúan contra la autodeterminación catalana. En el extremo opuesto los desafían las luchas. Hace falta una salida estratégica para dar vuelta todo.
Una amistad interesada
El presidente español y el francés se reunieron en el Museo Nacional de Arte de Catalunya (MNAC). Allí acordaron una estrategia en común para fortalecer a la Unión Europea ante la crisis que atraviesa y en el afán de recuperar terreno ante China y EE. UU. De cooperación en seguridad, educación, conectividad y transporte. Crearán un consejo bilateral de Defensa y Seguridad y un grupo de Interior para abordar cuestiones migratorias. Cada tres meses, un ministro español participará en una reunión semanal del gobierno francés y viceversa. Se orientan a tonificarse económica, política y militarmente en el marco de la UE y la OTAN.
Estrechan vínculos por mutua conveniencia
La Moncloa y el Eliseo también buscan oxígeno para sus maltrechas gestiones. A partir del deterioro en la relación con Alemania, para Macron es urgente conseguir nuevos aliados. También necesita apaciguar el revés electoral y los efectos del rechazo popular que genera. Sánchez precisa acumular méritos para completar la legislatura y afrontar el año electoral con posibilidades de éxito. Su “caballito de batalla” cabalga sobre el intento demostrar que “el proceso ha acabado” y que la normalidad ha retornado a Catalunya, por eso la cumbre se hizo en Barcelona.
“Progres” complacientes, pero cuestionados
El presidente Pere Aragonès (ERC), la alcaldesa Ada Colau (EnComúPodem) y la presidenta de la Diputación de Barcelona, Nuria Marín (PSC-PSOE) fueron los “progres” que recibieron a los opresores. Aragonès tenía la intención de participar de la cumbre, aunque fuera como parte del decorado. Pero el aluvión de críticas que recibió lo empujó a encargarse de dar la bienvenida en una reunión previa, expresar unas tibias sugerencias democráticas y retirarse. Tampoco le fue muy bien al dirigente de ERC, Oriol Junqueras, que fue al Montjuic como manifestante y tuvo que retirarse por los abucheos, al grito de «botifler» y “fuera los traidores del Parlamento».
Sepultureros del 1-O
Las provocaciones de Sánchez al independentismo son posibles gracias al rol que cumple el Gobierno (ERC-JxCat), con Esquerra en el timón de mando. Junto al gobierno de “coalición progresista” PSOE-Unidas Podemos, quieren pasar página del 1-O con una tramposa “mesa de diálogo” que no debate ni la autodeterminación ni la amnistía. La retórica de “izquierdas” de estos sectores es un maquillaje a su intención de imponer una autonomía limitada al régimen del ’78 y al capitalismo.
En Francia huelga y manifestación multitudinaria
Mientras Pedro Sánchez y Emmanuel Macron hacían gala de su hipocresía, en las calles se expresaba la dignidad movilizada. En París la movilización fue multitudinaria, Francia vivió una exitosa jornada de protesta contra la prolongación de la edad jubilatoria propiciada por el gobierno. La huelga tuvo un fuerte impacto, afectó a las refinerías, las escuelas, el transporte, los ferrocarriles y la producción de electricidad.
En Catalunya movilización
La principal manifestación se organizó en Barcelona. Fue convocada por la ANC, el Consell de la República, Òmnium Cultural, CUP y otras organizaciones; bajo el lema “¡Aquí no ha acabado nada! Independencia, Países Catalanes, basta de represión”. Ante las cuatro columnas de Puig i Cadafalch del Montjuïc, hubo una importante concentración con banderas esteladas y chalecos amarillos. También se expresó en el consulado galo, a pesar de las porras de los Mossos antidisturbios en el camino.
Es hora de unir a los trabajadores y los pueblos movilizados
Como consecuencia de las traiciones, la lucha catalana se ha debilitado, pero no han logrado derrotarla por completo. Se puede recomponer si retoma el camino de las movilizaciones masivas, las huelgas y la desobediencia. Para cumplir con el mandato del 1-O, es necesaria la autoorganización popular, nuevos dirigentes y conformar un frente de izquierda radical, consecuente en la lucha para romper con el Estado español. Lograr la autodeterminación sería un gran paso adelante, pero todavía limitada si no forma parte de la lucha estratégica por un gobierno de los trabajadores y el socialismo. Los poderosos se dan la mano para favorecer sus propios intereses. Es hora de unir a los pueblos movilizados para derrotar a los explotadores y opresores, como impulsamos desde la Liga Internacional Socialista (LIS).