Por: Rubén Tzanoff y Chaiaa Ahmed Baba
Abdo es un joven saharaui que fue secuestrado y posteriormente liberado por la policía marroquí, luego de expresarse en redes sociales por la libertad de su pueblo. No es un caso aislado ya que la impunidad tiene cómplices. El régimen marroquí también afronta problemas con su propio pueblo. La LIS repudia la agresión y apoya la causa saharaui por la autodeterminación.
Medios de información independiente dieron cuenta de un hecho grave. A través de una aplicación de redes sociales con un turista español, Abdo Tawab dijo: “Fuera Marruecos, viva el Sáhara Occidental”. Este simple hecho desencadenó que lo secuestraran el 20 de abril por la noche. Fue un claro ataque a la libertad de expresión.
Secuestro, liberación y persecución
Abdo fue sacado de su casa en El Aaiún, la ciudad más importante del Sáhara Occidental ocupada por Marruecos, por cinco policías de ese país. Lo metieron en un coche, le ataron las manos a la espalda, le taparon la cara con una tela negra y se lo llevaron con rumbo desconocido. Después de cambiarlo de vehículo, le dieron una paliza y lo amenazaron de muerte si seguía declarando su apoyo al Sáhara a cualquier extranjero. Posteriormente, fue liberado, pero la persecución continuó, ya que le impidieron regresar a su puesto de trabajo en la estación de autobuses de El Aaiún. Por eso denunció: “Hay un general aquí que le enseña a todos mi foto y les dice que, si me ven, no me dejen trabajar con ellos en nada…”. Cada vez que la policía lo para en la calle lo registra y le repite: “El Sáhara es marroquí y nada más”.
Un reclamo vigente
Lo que sucedió con Abdo no es un hecho aislado. Cabe recordar las brutales agresiones sufridas por Sultana Khaya y su familia en Bojador, otra de las poblaciones ocupadas que pertenecen al Sáhara. La violación sistemática de los derechos humanos pretende consolidar la ocupación marroquí y doblegar a los saharauis. Sin embargo, pasaron 47 años de la proclamación de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) y el reclamo por su reconocimiento sigue vigente. Lo mantienen vivo la lucha de los trabajadores, las mujeres y los jóvenes saharauis en distintos países, en los territorios ocupados, en los campamentos y en los enfrentamientos contra el ejército marroquí que lidera el Frente Polisario. La solidaridad internacional, también implica un importante sostén.
Los cómplices y socios de la opresión
La violencia y la opresión de los ocupantes tiene cómplices. El gobierno de “coalición progresista”, encabezado por Pedro Sánchez, hace silencio a cambio de la firma de acuerdos para continuar expoliando riquezas territoriales saharauis. Y de reprimir a la inmigración en la frontera sur de la Unión Europea (UE). La Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum en el Sáhara Occidental (MINURSO) es cada vez más funcional a la ocupación. A ellos se suman el imperialismo occidental, la UE y el nuevo socio del régimen alauí, enemigo de Palestina y de los pueblos árabes: el Estado sionista de Israel.
“Protestas del hambre”
Al mismo tiempo, Marruecos es un polvorín. La inflación del primer trimestre de 2023 fue del 9,8%, los alimentos básicos aumentaron por encima del 15% y los salarios son insuficientes. Mientras la pobreza se extiende entre la población, Mohamed VI dilapida fortunas paseando por el mundo con sus amigos, el Rey permanece más tiempo en el exterior que en Rabat. Por estos motivos el descontento social va en aumento. Según medios alternativos y publicaciones en las redes sociales, el 8 de abril hubo manifestaciones conjuntas en 57 ciudades, que fueron llamadas las “protestas del hambre”. Es necesario apoyar los reclamos sociales y democráticos, entre los cuales ha de sumarse el apoyo a la autodeterminación saharaui.
Derechos humanos y autodeterminación: dos necesidades básicas
Desde la Liga Internacional Socialista (LIS) seguiremos junto al Sáhara. Nos solidarizamos con Abdo Tawab, repudiamos el secuestro y las agresiones de las que fue víctima. Los responsables políticos y materiales de violar los derechos humanos deben ser castigados. Para lograrlo, hace falta una Comisión Investigadora Independiente, integrada por personalidades defensoras de los derechos humanos. Basada en la movilización popular y la solidaridad internacional. Impulsamos la unidad movilizada de los trabajadores, los pueblos africanos y árabes por la expulsión de los invasores. Y apoyamos incondicionalmente la autodeterminación del Sáhara Occidental, como un paso indisoluble de la lucha por un mundo justo, sin explotadores ni opresores, por una salida socialista.