El martes 9 de mayo a la madrugada el ejército israelí desplegó 40 aeronaves, varios tanques y bombardeó la Franja de Gaza, que es un verdadero campo de refugiados palestinos a cielo abierto, asesinando a 13 personas incluidas mujeres y cuatro niños. Como hubo respuesta palestina, al otro día las fuerzas israelíes asesinaron a 12 personas más. En lo que va desde principios de año, el Estado de Israel ya lleva cometidos 132 asesinatos de palestinos.
Por Martin Carcione
Este nuevo y brutal ataque israelí ocurre pocos días antes del 15 de mayo, cuando se conmemora el 75° aniversario de la Nakba (catástrofe, en árabe), la masacre de miles y miles de palestinos, la destrucción de unas 500 aldeas y el robo de sus tierras ancestrales cometidos por el sionismo al fundar el Estado de Israel en 1948.
A la actual operación militar israelí, llamada “Escudo y Flecha”, se le suma la declaración de emergencia en las ciudades circundantes y el blooqueo de las actividades de los palestinos que habitan en la Franja de Gaza, que tienen impedida su movilidad y la posibilidad de asistir a sus lugares de trabajo o estudio.
Como es lógico, la ofensiva sionista -que el gobierno ultraderechista de Netanyahu y los partidos religiosos ha redoblado- recibe crecientes medidas de repudio. La respuesta palestina incluye lanzamientos de cohetes, pero son de escasa magnitud frente al poderío de Israel, uno de los Estados más militarizados del mundo. Por ejemplo, la acción palestina ante la muerte de Jader Adnan -un referente de la Yihad Islámica que estaba encarcelado y en huelga de hambre- causó apenas tres heridos, mientras que los bombardeos sionistas ya se cobraron 25 vidas en dos días.
Esta enorme disparidad es la tónica general de un conflicto histórico, cuyo origen es la ocupación violenta, los métodos de limpieza étnica y el genocidio por parte del Estado sionista contra el pueblo palestino. Israel, un enclave proimperialista, aplica una política permanente de expulsión de la población palestina en Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este, violando incluso numerosas resoluciones de la ONU. Además Israel ha endurecido las medidas de control hacia su propio interior, donde la reforma judicial autoritaria del gobierno ha desatado una fuerte crisis política y movilizaciones opositoras de una magnitud inédita.
El Estado israelí llama a sus operativos militares como “defensivos” y suele contar con un silencio cómplice por parte de sus socios imperialistas de las grandes potencias. Además impulsa que en todos los países se asuma la definición mentirosa de la entidad sionista IHRA, que equipara antisionismo a antisemitismo con el objetivo totalitario de silenciar todas las voces críticas al carácter genocida y racista del Estado de Israel, que es el verdadero terrorista.
Ante el 75° aniversario de la Nakba, desde la Liga Internacional Socialista y todas nuestras secciones nacionales reafirmamos nuestro apoyo a la heroica causa palestina. Exigimos el inmediato cese de los ataques israelíes a los territorios palestinos. A la vez, seguimos reivindicando la necesidad de una Palestina libre y soberana en su territorio originario, en donde puedan convivir en paz todos los pueblos y religiones, desarticulando el Estado teocrático sionista y como parte de la revolución socialista en todo el Medio Oriente.