La mayoría de las centrales obreras y la Fecode han convocado manifestaciones el 7 de junio para respaldar las reformas propuestas por el gobierno. Con el mismo objetivo realizarán un Encuentro Nacional de organizaciones sociales, sindicales y políticas (ENOSSP) el 10 y 11. El presidente Gustavo Petro ha anunciado que encabezará la manifestación de Bogotá y no es de descartar que él o alguno de sus ministros asista al Encuentro.
Impulso Socialista y el Grupo de Trabajadores Socialistas (en proceso de unificación) expresamos nuestra posición ante esta convocatoria.
Promesas que se llevó el viento
En los nueve meses que lleva de presidente, las beligerantes promesas del candidato Petro sobre aspectos muy sentidos por millones se las llevó el viento. Las reformas propuestas, negociadas y recortadas en el engorroso trámite parlamentario al que aún están sometidas sin garantía de que sobrevivan, encubren el incumplimiento de las promesas.
Preguntamos: ¿En qué quedó la promesa de eliminación del ESMAD, ese escuadrón asesino odiado por millones, instrumento de la más brutal represión durante años a toda clase de lucha y protesta, el mismo responsable de disparar a los ojos de los manifestantes? ¡En un simple cambio de nombre! ¿En qué quedó la libertad de los detenidos durante el estallido social? ¡En nada!
¿En qué quedó la promesa de eliminación de los contratos temporales? Ya el gobierno podría haber decretado la contratación estable mínimo a todos los empleados de las instituciones estatales del orden, nacional, departamental, municipal y de instituciones descentralizadas. Ya se podría haber solucionado la temporalidad de miles de profesores de las universidades públicas. Nada de eso se ha dado. ¡El plan es ir contratando a cuenta-gotas!
¿En qué quedó la promesa de eliminar el super-billonario negocio de las Administradoras Privadas de Pensiones? ¡En nada! La reforma pensional, por el contrario, lo que busca es fortalecerlas o salvarlas, como lo ha afirmado el presidente.
En muchos otros aspectos salta a la vista que la conciliación y concertación con la burguesía, política central del gobierno reformista de Petro, impide tomar medidas radicales –menos aun revolucionarias—para comenzar a aliviar la angustiante situación de millones. La famosa “renta básica” quedó reducida a un “auxilio” de 250 mil pesos. Ningún agresivo plan nacional de empleo se ha formulado; única forma efectiva de comenzar a superar la miseria de millones. El solo asistencialismo no basta. Los aumentos salariales han sido en la práctica similares a los de otros gobiernos.
Entretanto, en lugar de suspender el pago de la onerosa deuda externa y sus intereses, se sigue cumpliendo al pie de la letra las instrucciones del FMI, el Banco Mundial, la OCDE, organismos defensores de los intereses de la burguesía imperialista. Esos organismos, en la medida que se cumplen sus exigencias, elogian los planes del gobierno. Y el gobierno y sus seguidores sacan pecho por ello; en una actitud completamente arrodillada ante el imperialismo al que durante años dijeron combatir.
¡Hipotecados! ¡Furgón de cola! ¡Comité de aplausos!
La mayoría de las direcciones sindicales y de las organizaciones sociales y populares del país, al estar orientadas por el Pacto Histórico, actúan como comité de aplausos del gobierno, hipotecadas al mismo. Las manifestaciones que han convocado en los meses que lleva Petro como presidente, incluida la del Primero de Mayo, han tenido como objetivo respaldar las propuestas de reforma; sin un milímetro de independencia.
Como socialistas revolucionarios consideramos que la primera y más importante tarea del momento es conformar una corriente que, con absoluta y total independencia del gobierno del Pacto Histórico, formule sus exigencias y reclamos y convoque a la movilización para conquistar esas reivindicaciones.
La independencia a la que convocamos nada tiene que ver con la oposición y ataques de las fracciones más reaccionarias de la burguesía que están en contra del gobierno. Nuestra posición es a favor de los millones que necesitan solución inmediata a sus necesidades más urgentes; a favor de quienes tuvieron la ilusión de que un gobierno que se proclamaba de “cambio” adoptaría medidas radicales y que ahora miran perplejos, algunos ya desilusionados, otros preocupados, que la solución a sus problemas no llega. Por el contrario, ven como el gobierno “del cambio” se sumerge en una profunda crisis política; porque ha sido incapaz de romper radical y completamente con las prácticas y fuerzas que sostienen el corrupto régimen político. El escándalo en curso en los últimos días así lo demuestra.
En consecuencia, no llamamos a participar en las movilizaciones del 7 de junio ni en el Encuentro del 10 y 11 porque son un respaldo a la colaboración de clases; estamos convocando a las organizaciones y sectores que se reclaman clasistas, defensores de la independencia política de los trabajadores, a los Comités de Solidaridad, a las Coordinadoras que existen en distintos lugares, a que confluyamos y actuemos unificadamente con plena y total autonomía e independencia del gobierno.
Hay que construir una corriente que levante un programa de lucha y movilización que –coincidiendo o no con alguna propuesta gubernamental–proclame que la solución a las necesidades de millones de trabajadores, explotados y oprimidos del país no se logrará con una política de conciliación y concertación con la burguesía y el imperialismo. Los trabajadores debemos levantar nuestras propias banderas, nuestras propias organizaciones como opción de poder y de gobierno pues la liberación de los trabajadores solo puede ser obra de los trabajadores mismos.
Impulso Socialista – Grupo de Trabajadores Socialistas (en unificación)
Bogotá/Medellín, 5 de junio de 2023