Los pactos políticos, comerciales y militares marroquí-israelíes apuntan contra la autodeterminación saharaui y tienen consecuencias regionales. Es necesaria la unidad en la lucha de los pueblos contra los intereses imperialistas de explotación y opresión.
Por Chaiaa Ahmed Baba y Rubén Tzanoff
Hace tiempo que el Estado de Israel y Marruecos reabrieron oficinas de enlace en Tel Aviv y Rabat con el fin de convertirlos en embajadas. Ahora han dado un nuevo paso en su relacionamiento. El gabinete del Palacio Real de Marruecos hizo pública una carta que el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu le envió al rey Mohamed VI. En la misiva se reconoce la plena soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental. Además, anuncia que ve “positivamente” la apertura de un consulado israelí en Dajla, a 550 kilómetros de distancia de El Aaiún, o sea, en territorios saharauis.
Bajo la sombra del imperialismo estadounidense
Quien dio las directrices para el reconocimiento de la soberanía marroquí sobre el Sáhara fue Donald Trump. El actual presidente Joe Biden ratificó la política de su antecesor. Y los siguió Pedro Sánchez, que abandonó la histórica posición de España por la autodeterminación saharaui para apoyar el plan autonómico de Mohamed VI. Ahora es el Estado de Israel el que mueve el tablero, proyectando abrir una representación diplomática y nombrar un agregado militar. El ministro israelí de Exteriores afirmó que tales decisiones “contribuirán a la paz regional”, pero son verdaderas provocaciones que tensionan los ánimos.
Reconocimiento mutuo, negocios y armas
La consolidación de la relación entre Marruecos y el Estado de Israel se da en el marco de los Acuerdos de Abraham, mediante los cuales Tel Aviv aplica una política de acercamiento a países árabes, con la tutela de EE. UU. El Reino de Marruecos reconoció a Israel y éste reconoció la soberanía marroquí sobre los territorios saharauis. Aunque también establecieron lazos diplomáticos, comerciales y turísticos, lo destacado es el relacionamiento militar que le permite a Marruecos fortalecer sus posiciones contra los saharauis y prepararse para eventuales enfrentamientos con Argelia. La sociedad con el estado genocida le brinda coordinación de la inteligencia, drones de última generación y software Pegasus para espiar a quien sea.
Consecuencias regionales
En el marco de la disputa de Israel con Irán, la sociedad de Marruecos con Israel altera las alianzas en Medio Oriente y permite la instalación más firme del sionismo en África, particularmente el Magreb. Y es un claro mensaje hacia el Estado Español, históricamente privilegiado en las relaciones con Marruecos. A pocos días de las elecciones, Mohamed VI le hace saber al próximo presidente español que cuenta con un apoyo poderoso por fuera de la relación con su vieja potencia colonialista.
Una traición histórica
Recibir al sionismo en África con los brazos abiertos, es una traición histórica de la monarquía alauí hacia el pueblo palestino y los árabes que dan la vida en la lucha contra el gendarme colonialista del imperialismo en Medio Oriente.
También es una traición imperdonable a los sectores de la población marroquí que se sienten hermanados con Palestina. El pacto se sella en una coyuntura en la cual el régimen genocida israelí bombardea a los palestinos y despliega una ofensiva reaccionaria contra los dirigentes políticos y activistas anti sionistas, como es el caso de Alejandro Bodart.
Es necesaria la unidad de los pueblos en lucha
Repudiamos los acuerdos Marruecos-Israel, amparados en el paraguas de los poderosos del mundo ¡Fuera el Estado de Israel y las potencias imperialistas de África! El plan de autonomía marroquí-imperialista pretende sepultar los derechos saharauis, el único camino justo es la autodeterminación del Sáhara Occidental. Sólo se puede logran con la movilización y la lucha ¡Fuera Israel de Palestina y del Sáhara! ¡Alto los bombardeos a Palestina! ¡No al consulado israelí en territorio saharaui!
Desde la Liga Internacional Socialista expresamos nuestro apoyo a la lucha de los pueblos saharaui y palestino por su libertad. El triunfo estará más cerca si se desarrolla la solidaridad internacional y se consigue la unidad de los pueblos africanos y árabes con los trabajadores movilizados. Todo en el camino de derrotar al capitalismo y lograr una salida de fondo: que gobiernen los trabajadores y el socialismo.