Escribe: Francisco Torres
Pese a hacer campaña por el «medio millón de votos que se necesitan para renovar a la izquierda», el Nuevo MAS quedó muy lejos de su objetivo, al hacer la peor elección de su historia con Manuela Castañeira como candidata presidencial. Con su marcado sectarismo hacia el Frente de Izquierda y su rechazo a la unidad, retrocedió muchísimo, bajando al muy escaso 0,36% de los votos, en un nuevo y duro fracaso.
Pese a machacar con la renovación, fue su tercera candidatura presidencial ininterrumpida, con la que buscaban instalarla más. Pero la realidad mostró que este grupo divisionista viene de mal en peor. Y sufre otro castigo, sin reflexionar ni sacar conclusiones de su delirante autobombo.
Con resultados peores en cada elección, con esta candidatura de Manuela el Nuevo MAS perdió el 50% de sus votos respecto a la presidencial de 2019. Son 90.000 votos menos, una caída mayor a los escasos votos que recogen ahora, quedando incluso muy por detrás de sus votos de 2015.
Desde el FIT Unidad le hicimos propuestas para que se sumaran, pero, como siempre, se negaron con argumentos ridículos. Planteaban como condición «compartir» la fórmula presidencial, llegando al delirio de decir que Castañeira podía encabezar y sintetizar la «unidad» con el Frente de Izquierda. Algo que solo entraba en los trasnochados desvaríos de la dirección de este pequeño y marginal grupo, que se autoproclama siempre, funcional a sectores del poder que buscan mostrar una «división» en la izquierda que no es tal. Porque el FITU reúne a casi toda la militancia de izquierda, por lo que volvió a sumar la amplísima mayoría de sus votos.
Esta dirección irresponsable y embustera falsea su balance para esconder su fracaso al celebrar «la enorme campaña electoral del Nuevo MAS» y hablar de una elección «mediocre» de la izquierda. Cuando lo cierto es que los votos al FITU son levemente menos que los de 2019, pero expresan la consolidación de una importante porción que vota por esta construcción unitaria, pese al corrimiento a derecha. No así por el Nuevo MAS, que perdió la mitad de sus votos con un sectarismo enfermizo.
Por eso vienen de sufrir incluso una ruptura de cuadros y militantes que se organizaron como Resistencia Socialista y se sumaron al FIT Unidad, con nuestra lista MST-PO, a construir una unidad real de la izquierda, en la diversidad. El camino para pelear por dar vuelta todo.