Por Alberto Giovanelli
En medio de la violencia creciente, pero en una jornada de aparente normalidad, el domingo 20 se llevaron a cabo las elecciones presidenciales adelantadas producto del llamado proceso de “muerte
cruzada” al que convocó el Presidente Lasso. Por eso, la fórmula presidencial elegida, gobernará el país por apenas 18 meses.
Apenas algunas horas han transcurrido desde el cierre de los comicios y con casi el 90 % de los votos escrutados, hacemos las primeras evaluaciones que iremos ajustando en los próximos días.
La candidata del correísmo, la conservadora Luisa González, alcanzó el 33 % de los sufragios y, contradiciendo a todas las encuestas previas, competirá con Daniel Noboa, hijo de Alvaro Noboa dueño de la principal fortuna del país y representante de los sectores financieros
y la elite económica
Durante la campaña, la inseguridad ha sido el motivo del principal debate entre los ciudadanos y candidatos y atacarla no parece fácil. En estos últimos tres años, la violencia ha crecido de la mano a la mayor presencia de grupos narcotraficantes de Colombia y México, que se han establecido en el país y luchan por el control de las zonas, sobre todo en la costa del Pacífico. El asesinato del candidato Villavicencio entre otros, durante la campaña electoral explica además que en Guayaquil, algunos colegios electorales estuvieron blindados y que los candidatos desfilaran por las cámaras de tv protegidos por chalecos antibalas y rodeados de policías y agentes privados.
El éxito de Noboa al pasar a la segunda vuelta, fue la sorpresa de la noche. Ni las encuestas ni el radar electoral le habían puesto mayor atención y no le daban opciones de seguir en la carrera después del
domingo. Su participación en el debate presidencial del pasado fin de semana, días después del asesinato a tiros de Villavicencio, pudo catapultar su candidatura al recibir el aplauso de algunos analistas.
El correísmo, tal como se preveía , fue elegido como la primera minoría pero lejísimo de alcanzar el triunfo en primera vuelta como preveían algunos de sus líderes.
Christian Zurita, el sustituto del asesinado Fernando Villavicencio y John Toppic, se quedaron en tercera y cuarta posición, casi 10 puntos por debajo de Noboa. Otro gran derrotado ha sido el Indigenista pro
capitalista Yaku Pérez, quien luego de casi el 20 % en las últimas elecciones , pasa ahora apenas a obtener un 3 % producto del abandono de una agenda de cambios profundos y una adaptación al
régimen que en algún momento dijo combatir.
Por último, debemos destacar que el ausentismo fue del 20 % y casi el 8 % voto nulo ó blanco, lo que expresa en parte, la bronca acumulada y la desconfianza acerca de que quién gane en Octubre pueda avanzar en solucionar los problemas que acechan al pueblo ecuatoriano. La agenda de sumisión al FMI y a los factores de poder (la Iglesia entre otros ) a la que la totalidad de los candidatos se han subordinado,
justifican esa desconfianza. La segunda vuelta de octubre es un tanto impredecible, ningún candidato enamora y la situación de inestabilidad institucional no parece tender a “normalizarse” en lo inmediato, por lo que no podemos descartar cambios bruscos y nuevos escenarios.
Por estas razones es que creemos indispensable avanzar en una nueva alternativa anticapitalista, tarea en la que los socialistas revolucionarios ecuatorianos deberán abocarse en lo inmediato para empezar a transitar el camino para dar vuelta todo, y para que gobiernen los que nunca gobernaron, los trabajadores, campesinos y el pueblo ecuatoriano.