Costa Rica: BASTA DE EXPANSIÓN PIÑERA

La plaga piñera atenta contra los ecosistemas, la salud y la producción campesina

Por Grace Serrano

Las Brisas, en Canalete de Upala, es un pequeño pueblo que se compone de 47 casas y 50 familias, habitan aproximadamente ciento cincuenta personas. Se ubica a orillas del río Guacalito, sobre la ruta #729 y # 164. Este pueblo está atravesando en este momento una difícil situación, debido a la contaminación que produce una compañía piñera.

Desde hace 13 años llegó a la comunidad una empresa agropecuaria Las Brisas SA., la cual se dedicaba al cultivo de cítricos, sobre todo naranjas. Debido a que empresa generaba fuente de empleo, la población vio con buenos ojos, en un primer momento, que se instalara esta compañía. Sin embargo, después de cierto tiempo, la empresa vende sus derechos y los nuevos dueños, en lugar de continuar con la actividad naranjera, empiezan a cultivar piña. Esto implicó despalar la zona, para dar paso a la producción de piña, muchas hectáreas de terreno que anteriormente eran zonas boscosas y humedales, en un enorme y dañino monocultivo.

La actividad piñera tiene un fuerte impacto en los humedales y los ríos de la zona. Mucho del terreno que ahora está sembrado de piña originalmente era montaña, bosques, tacotales, lagunas, humedales, ríos, brazos de río, quebradas y riachuelos, los cuales, poco a poco han ido desapareciendo. El problema es que el caudal de estos era muy poco profundo, la canalización que se realiza para drenar la zona de siembra fue destruyendo los humedales y las quebradas.

En el transcurso de estos años la empresa va adquiriendo cada vez más terrenos, comienzan a comprar tierras de los vecinos: pequeñas granjas o fincas que se dedicaban a la crianza de ganado de leche o de carne, ovejas, cerdos, aves de corral, también a cultivos cómo arroz, frijoles, maíz, plátanos, tiquisque, yuca, ñame; también árboles frutales como aguacate, mangos, zapotes naranjo, limones, marañones, entre otros.

Como se puede ver, la diversidad productiva de la zona era enorme. Con la desaparición de los cultivos y la producción ganadera desaparece también el crecimiento social y económico de esta comunidad. El monopolio industrial de piña va orillando cada vez más a las familias de la zona, quienes van perdiendo la libertad de decidir qué producir en su propia tierra. La gran cantidad de agroquímicos y las plagas que se derivan del monocultivo piñero dificultan la producción agropecuaria y la cría de animales domésticos.

Algunos de estos agroquímicos son altamente tóxicos y pueden perjudicar, además del medio ambiente, la salud del ser humano. Entre las enfermedades que producen los agroquímicos hay algunas enfermedades respiratorias crónicas, como asma, alergias, salpullido, tos fuerte, dolores de cabeza, vómitos, enfermedades de los pulmones y de los riñones, entre otras. Ha habido ya varios casos de intoxicaciones de niños en escuelas cercanas a las plantaciones piñeras, tema al que nos referiremos en otro artículo; pero, una de las cuestiones que tiene más preocupada a la gente de la comunidad de Las Brisas es que la empresa piñera acaba de adquirir una propiedad que colinda con la escuela de la comunidad y pretende cultivar completamente.

El despojo de la piña da paso a plagas como roedores y moscas. En otras comunidades en donde hay actividad piñera estas moscas generan graves enfermedades en el ganado. Por eso, las empresas agropecuarias han intentado controlarlas con bolsas plásticas cubiertas de melaza, pero el problema es que estas no solo atrapan moscas si no también muchas aves silvestres, libélulas, mariposas, abejas, mariquitas, grillos, mantis religiosas, conguillos y un sin fin de insectos.

La preocupación en la zona es grande, ya que con cada expansión que se da, también va desapareciendo la biodiversidad que habitaba en los alrededores del pueblo. Cada vez se ven menos urracas, oropéndolas loros, pericos y gran cantidad de aves, murciélagos, monos, mapaches, jabalíes, jaribús, pizote, perezosos, garzas, martín pescador, peñas y diversas aves acuáticas.

Estos impactos en los ecosistemas y en la salud de las personas que viven en las comunidades es un asunto muy grave. Con ello, además, se devalúa el precio de la tierra, se afecta el crecimiento social y económico de la zona, la diversidad productiva; a la larga, esto también produce la emigración de jóvenes en busca de empleo y mejores oportunidades, ya que en Las Brisas cada vez hay menos posibilidades de empleo debido al monopolio agrícola.

Como se dijo anteriormente existe gran preocupación por las posibilidades de una intoxicación, ya que en su mayoría la población son niños y adultos de edad avanzada. La Escuela Miramar está ubicada a unos cuantos metros del área de cultivo, también la Iglesia Católica y varias casas están rodeadas de piña. La comunidad de Las Brisas está solicitamos con urgencia a la Municipalidad de Upala que se establezca un plan regulador en la zona que detenga ya la actividad piñera. Un pueblo que no tiene oportunidad de crecer en términos sociales y económicos, asfixiado por una actividad monopólica, es un pueblo destinado desaparecer.

Por la preservación de los ecosistemas
Por ríos limpios
Por un ambiente sano
Por un aire sin agrotóxicos
Alto a la expansión piñera