Por Juan Pablo Benítez de Alternativa Socialista Paraguay.
El genocidio que sufre el pueblo de palestina, a manos del sionismo y su principal aliado EE.UU, ha generado una ola de indignación y solidaridad en todo el mundo, incluyendo a Paraguay, un país que alberga diversas comunidades de origen libanés, sirio, egipcio y palestino, además de judías. Sin embargo, el gobierno paraguayo ha adoptado una postura favorable al sionismo, que contradice la historia y la memoria de un pueblo que ha sufrido genocidios y dictaduras.
Como resultado de espacios de diálogo con organizaciones sociales y políticas de izquierda y de derechos humanos, coordinamos y organizamos una movilización para repudiar el ataque a la población civil Palestina, cuyas principales víctimas son niños y niñas. El cese de los ataques al pueblo palestino es un imperativo humanitario.
Paraguay alberga comunidades de origen libanés, sirio, egipcio y palestino, principalmente en Ciudad del Este. Estas comunidades se formaron a partir de las oleadas migratorias árabes que se iniciaron en 1872 y se intensificaron en la década de 1960. Las razones de la migración se relacionan con los conflictos políticos en sus países de origen, como la guerra civil en Líbano, la limpieza étnica y la ocupación de territorios por parte de Israel, un enclave imperialista en la región.
Asimismo, Paraguay cuenta con colectividades judías que en su mayoría adhieren a la retórica sionista, ya que el estado paraguayo ha apoyado y reconocido a Israel desde la creación de este estado enclave imperialista artificial.
El sionismo ejerce una fuerte influencia en los dos principales partidos políticos burgueses del país, la ANR y el PLRA. Asimismo, influye en la burguesía y los terratenientes que mantienen relaciones económicas acordes a su rol en la división internacional del trabajo, basado principalmente en los agronegocios de soja y carne, así como en la explotación de minerales.
Fieles herederos del Stronismo, defensores del nazi Netanyahu.
El nuevo gobierno de la ANR se alinea claramente con las reivindicaciones sionistas, como quedó demostrado cuando Paraguay fue uno de los 14 países que votaron en contra de la resolución de la Asamblea General de Naciones Unidas que solicitaba “una tregua humanitaria inmediata, duradera y sostenida que conduzca al cese de las hostilidades”. La resolución fue aprobada el pasado 27 de octubre con 120 votos a favor.
El gobierno de Paraguay, en una postura indigna y vergonzosa, votó en contra de una resolución de la ONU que pedía el cese del bombardeo sionista a civiles Palestinos.
No se trata de un problema exclusivo del coloradismo, ya que sus adversarios son lo mismo con otro color o se muestran indiferentes.
Sabemos que si Efraín Alegre (PLRA) hubiera ganado las elecciones, también habría adoptado esta postura reaccionaria y genocida ya que es otra representación de la burguesía tradicional. Él mismo proponía que Paraguay se desarrollara siguiendo el modelo de Israel, a la fecha un estado ultra reaccionario, que promueve una política de limpieza étnica, al más estilo nazi con altos índices de desigualdad social.
El progresismo, con sus escasas bancadas que lograron en estas elecciones, solo mencionó algunas veces lo erróneo del posicionamiento del gobierno de Santiago Peña ante la masacre en Gaza. Mientras que el genocidio continúa día tras día, ni siquiera se atreven a usar su voz en el Congreso para convocar a movilizar y exigir sanciones al Estado de Israel.
El pueblo en las calles contra el genocidio.
Paraguay es un pueblo que ha sufrido genocidios y sabe del terrible dolor y las consecuencias que éstos causan. Hace 153 años que padeció una destrucción casi total de su territorio y su población, avalada por las potencias imperialistas hegemónicas y lideradas por las burguesías brasileñas y argentina. Las dictaduras militares de Higinio Morínigo desde 1940 y de Alfredo Stroessner, que encabezó una de las dictaduras más genocidas de Latinoamérica, son otros ejemplos de la violencia que ha vivido la clase trabajadora de nuestro país.
No solo sabemos de genocidios, sino que también sabemos mantener la memoria y exigir justicia por todos los crímenes de lesa humanidad que quedaron impunes desde la dictadura hasta la actualidad democrática.
Ante esta situación, hemos impulsado espacios de diálogo con organizaciones sociales y políticas de izquierda y de derechos humanos para coordinar y organizar una movilización que repudie y exija el fin inmediato al genocidio del pueblo palestino.
El sábado 4 de noviembre, en sintonía con las diversas movilizaciones por Palestina que se realizaron en todo el mundo, se logró coordinar acciones a nivel nacional en Paraguay en solidaridad con la causa Palestina.
Además de la participación de organizaciones de izquierda, de derechos humanos y democráticos también participaron comunidades libanesas, sirias, egipcias y palestinas.
La movilización en Asunción que tuvo como punto de encuentro el Panteón de los Héroes fue marchando hasta el Ministerio de Relaciones Exteriores con canticos combativos como “¿Dónde están? No se ven, las sanciones a Israel. Palestina vencerá, desde el rio hasta el mar. No es una guerra, es un genocidio.”
En el acto frente al Ministerio de Relaciones Exteriores, varias personas tomaron la palabra, entre ellas representantes de las comunidades libanesas y del medio-oriente, así como militantes políticos, que expresaron su indignación por la masacre sionista y, sobre todo, su solidaridad con el pueblo palestino.
Desde Alternativa Socialista sección paraguaya de la LIS también intervenimos y reiteramos:
● El cese inmediato de los ataques al pueblo palestino
● Redoblar la extensión de la solidaridad por una Palestina Libre.
● Exigimos la ruptura de todas las relaciones con el Estado de Israel.
4 de noviembre Acción mundial por Palestina – Paraguay.