Alemania: Reportaje al activista pro-vivienda Rolf Souschek

Entrevista: Carolina Menéndez Trucco

En septiembre de 2021, el movimiento de inquilinos de Berlín celebró un primer triunfo. Casi el 60 % había votado a favor de la socialización de las grandes empresas inmobiliarias de la ciudad. Como resultado de la movilización popular que juntó las firmas para el referéndum impulsado por la iniciativa de expropiación Deutsche Wohnen & Co. enteignen, el Senado creó una comisión de expertos para examinar la forma de implementarlo. Pero desde entonces no ha sucedido mucho, excepto la decisión política de dilatarlo y que los alquileres han seguido aumentando. Cansada de esperar, la iniciativa vuelve a hacer hoy un intento: con una ley como as bajo la manga, la expropiación debería funcionar esta vez. ¿Podrá Berlín expropiar las grandes inmobiliarias ante el exorbitante aumento de los precios de alquiler y la especulación financiera? La vivienda pública con inquilinos involucrados en la administración no solo implicaría un alivio en los bolsillos, también una mejora del mantenimiento y las reformas de los edificios. Conversamos con Rolf Souschek, activista de DWE, si es posible volver a entusiasmar a los berlineses y qué está en juego en esta pulseada clave en la batalla por la socialización.

Carolina: El referéndum de expropiación tuvo lugar hace dos años. Ahora, han reaparecido carteles amarillos y morados por toda la ciudad. La iniciativa Deutsche Wohnen & Co enteignen (DWE) anunció que iniciará otro, esta vez con una ley concreta como base. ¿Cómo surgió este paso y cuál es el objetivo?

Rolf: En primer lugar, la ley de socialización anunciada por el Senado de Berlín está realmente muy lejos, casi en 2024. Se suponía que se debían hacer informes y se encargaban externamente, pero se retrasó y retrasó y retrasó. También ha habido un cambio de liderazgo, ahora están en el gobierno los democristianos y el SPD, y todo parece muy lejano. Pero casi el 60% votó a favor, por lo que queremos volver a realizar el referéndum, se presentará un proyecto de ley y luego se votará. Puedo imaginar un buen resultado.

Carolina: En la capital alemana se habla de un modelo de alquiler justo, ¿qué es lo que básicamente se reclama?

Rolf: Sí, eso es lo que exigimos y simplemente lo hacemos. Así que sólo hay que mirar la historia. Berlín estaba dividida en dos, no había propiedad privada en absoluto, todas eran cooperativas. Grandes viviendas sociales como GWO[1] u otras organizaciones, que en los años 90, después de la caída del Muro, fueron privatizadas. Alrededor de 260.000 apartamentos y la propiedad de la tierra ahora es de gente como Vonovia[2]. El modelo neoliberal ha provocado un fuerte aumento de los alquileres, y el hecho de que las grandes empresas ahora puedan hacer política, es en realidad la razón por la que ya no existe un modelo de alquiler justo. Las personas que luchan con esfuerzo por ganarse su salario, ya no pueden permitirse vivir en el centro de la ciudad, por lo tanto, son expulsadas ​​a las afueras, y los ricos hacia el centro. Entre otras cosas, eso es lo que está destruyendo Berlín. Por este motivo, es tan importante que este referéndum tenga éxito.

Carolina: La campaña redactará la ley misma. Para ello, necesita recoger 20.000 firmas en la primera etapa, y luego otras 170.000 para la siguiente. ¿Crees que es posible volver a movilizarse con éxito?

Rolf: La situación ha empeorado por la inflación y también por todos los recortes salariales indirectos que la acompañan. Pero pienso que necesitamos movilizarnos nuevamente para esto. La campaña ya ha comenzado y ahora todo está muy activo. No puedo mirar demasiado profundo a través del vidrio, pero creo firmemente que sabemos por qué estamos luchando. Ese es el punto.

Carolina: En última instancia, está en manos del Senado allanar o no el camino para el nuevo referéndum. ¿La suerte del mismo podría ser otra, ya que esta vez debería haber una ley?

Rolf: Por supuesto que está en combate. Creo que depende de lo fuerte que sea esta campaña. El 60 % de los berlineses votaron a favor, e incluso un Senado de Berlín que no quiere eso en absoluto, no puede pasarlo por alto sin previo aviso. Depende de cómo sea la primera etapa, además. Las primeras 20.000 firmas no serán un problema. De acuerdo a cómo funcionan estos procesos, la fuerte digitalización juega un rol importante. Hay que empezar la lucha para simplemente conseguir claridad.

Carolina: Desde el exitoso primer referéndum, la situación en el mercado inmobiliario de Berlín ha empeorado. Sólo a principios de este año, los alquileres aumentaron casi un 30 % en tres meses, incluso los de las empresas estatales hasta un 3 %. Sin embargo, los movimientos de alquiler ya no son tan visibles: no ha habido grandes manifestaciones. ¿Cuáles crees que podrían ser las razones?

Rolf: En mi opinión, las disputas no son solo por alquileres, convenios, propietarios, sino más bien peleas salariales, y hubo muchas este año. Estamos en una difícil situación: Palestina, la inflación, las luchas sindicales, conflictos por aumentos de salarios… Por eso no creo que hubiera algún motivo para movilizar, por así decirlo, a todos los grupos de representantes de los inquilinos. Ahora, con el nuevo referéndum, definitivamente es más factible.

Carolina: Lanzada por varias asociaciones de inquilinos y con el apoyo de varios sindicatos, DWE ha sentado sin dudas un importante precedente en la lucha por la socialización de la propiedad. ¿Llevan adelante alguna acción para apoyar a aquellos con problemas de vivienda? Por atrasos en el alquiler hubo alrededor de 30.000 desalojos forzados en 2022.

Rolf: Eso es exclusión. Lo que dije, al principio, que las personas socialmente débiles son expulsadas del centro y de todos lados. Al “final de Berlín” todavía hay apartamentos, pero muchos compañeros están afuera hasta del proceso social, ni siquiera pueden afrontar la renta de una vivienda. Por lo tanto, es un proceso de desplazamiento que puede comenzar con la imposibilidad de pagar el alquiler.

Carolina: ¿Cómo llegaste a ser parte de esta iniciativa?

Rolf: Bueno, siempre he hecho política. En Alemania estoy en una agrupación que apoya activamente este referéndum, que no es la solución para todas las cosas, pero es un gran paso.

Carolina: En el último informe final de la comisión de expertos se llegó a la conclusión de que la socialización de las empresas inmobiliarias era posible. No obstante, el Senado negro-rojo anunció que sólo desarrollará una ley marco que no conduce de forma automática a ello. ¿Han cambiado los vientos políticos desde la repetición de las elecciones en Berlín? Un 28 % de la CDU claramente se ha opuesto a las expropiaciones…

Rolf: No creo que hayan cambiado demasiado porque en realidad es un estándar. La CDU siempre ha tenido altos porcentajes, y si miras más de cerca, la decisión ya está tomada: Zehlendorf, Steglitz, Charlottenburg, Wilmersdorf son los distritos del este donde la CDU es muy fuerte y vive la clase media. En cambio, en otros del oeste como Marzahn, Hellersdorf, Neukölln, Kreuzberg la socialización siempre ha tenido potencial. En este sentido, no han cambiado en absoluto, al contrario, creo que la situación se ha vuelto mucho más crítica en cuanto a las pensiones, los salarios, los alquileres, lo que al final podría ayudar a la iniciativa.

Carolina: Y a Die Linke, ¿no le faltó una estrategia, una política, revolucionaria?

Rolf: Die Linke ha apoyado esta campaña, pero están increíblemente ocupados consigo mismos: el partido está en un proceso de disolución. Por lo tanto, no creo que haya una gran atracción por el cambio y la estrategia en este momento. Pero además, muestra otras debilidades. Por ejemplo, ante las violaciones masivas de derechos humanos en Gaza no formularon su posición sobre lo que está sucediendo de manera firme. Se oye poco al respecto.


[1] Cooperativa de Vivienda: Genossenschaft für Wohnungsbau Oberland eG

[2] Vonovia es un grupo inmobiliario alemán, la compañía del sector más grande de Europa, impulsora de precios que cotiza en bolsa.