Centenario de la muerte de Lenin: intervención de Imran Kamyana en la charla internacional

A continuación compartimos la intervención de apertura y el cierre de Imran Kamyana, dirigente de The Struggle – Pakistán, en la charla internacional realizada el 9 de febrero en el marco del centenario de la muerte de Lenin.

Apertura

Hola. Para empezar, compañeros, me parece muy positivo que podamos hablar sobre Lenin, sobre su legado, sobre sus ideas, después de 100 años de su muerte. Es muy positivo que tantas personas estén presentes hoy en este seminario.

Han pasado más de cien años desde que Lenin murió en 1924 y, como Marx, él está dentro de los grupos de personas más demonizados y antagonizados en la historia. No solo por los espacios conservadores, sino también por los espacios más reformistas mostrándolo como una persona impaciente, un aventurero, al dirigir su partido para tomar el poder en 1917. En ese sentido, la Revolución bolchevique muchas veces se muestra como un golpe por parte del partido de Lenin, en vez de una revolución popular que logró tomar el poder. Y así se considera prematura, se considera que fueron las políticas de Lenin las que llevaron a las a las posteriores políticas de Stalin. Esa es la ideología o las ideas que reproducen los sectores más reformistas. Intentan construir a una figura omnipotente, un profeta desde el principio y como una persona que no podía equivocarse, y eso es muy equivocado en sí mismo.

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Irónicamente en lo que pasó en el trabajo político, el estalinismo traiciona las bases del bolchevismo y lo que construyó Lenin. Se vuelve una necesidad poder entender entonces, en primer lugar, cómo se dio ese proceso. Lenin es una persona, un humano, como todos ellos. Fue una de aquellas pocas personas extraordinarias que pudo analizar los procesos objetivos de la historia, pero también construir una expresión de la conciencia y su desarrollo histórico. En ese sentido él y Trotsky pudieron construir sobre las bases que establecieron Marx y Engels, criticando el reformismo socialdemócrata y poniendo como enemigo a las grandes burguesías. El marxismo no puede ser un dogma ni un tipo de política benigna que no cuestiona el sistema, el trabajo de Lenin ha sido una contribución enorme, inmensa al marxismo, a la economía, a la cuestión filosófica, a la cuestión histórica. Un trabajo muy profundo en cuanto a las cuestiones nacionales y cómo poder enfrentarse a la burguesía de esa forma. Nuestra perspectiva y conclusiones en cuanto a eso son muy valiosas y, por lo tanto, me gustaría destacar la esencia de las contribuciones que ha hecho Lenin.

En primer lugar, la cuestión del partido es una de las más grandes contribuciones de Lenin. A la emancipación histórica del proletariado, tomando como pioneros a Marx y Engels, sumó la construcción del partido revolucionario de vanguardia: qué tipo de partido construir y para qué. En su artículo ¿Qué hacer? habla del partido revolucionario enfatizando la necesidad de un partido altamente organizado, compuesto por cuadros profesionales y militantes profesionales. Lenin destacaba por qué es tan importante tener una estructura partidaria fuerte, para esto proponía el centralismo democrático como el mecanismo político a través del cual se tenía que organizar el partido. Tener libertad absoluta para poder discutir democráticamente, pero tener disciplina férrea para poder llevar adelante las decisiones que se tomaran democráticamente. A pesar de las debilidades o contradicciones internas, era solo a través de la organización y de la disciplina que el partido bolchevique podía lograr llevar adelante la Revolución y tomar el poder en 1917. Es de vital importancia la estrategia, los diferentes objetivos y cómo se pueden llevar adelante a través del mecanismo que organiza el partido. Son conclusiones importantes que tenemos que tener presentes hasta el día de hoy.

Hay idealismos totalmente reaccionarios y postmodernistas hoy por hoy, que tenemos que combatir, donde el marxismo es simplemente un objeto de debate intelectual y desarrollo intelectual. Lenin no solamente reconocía las críticas y los materiales que se escribían al respecto, sino que necesitaba entender las cuestiones objetivas y cómo se conectaban con los procesos que se iban desarrollando. Él también discutía que solamente las críticas no podían llegar a un desarrollo profundo de lo que sucedía en el mundo, sino que era necesario llevar todas esas cuestiones a la práctica. El materialismo es lo que pone en evidencia cuál era el compromiso que tenía Lenin con la construcción de esa herramienta, y su trabajo es un trabajo importante en la historia del marxismo y la historia de la humanidad. Hizo contribuciones que no pueden siquiera valuarse para el marxismo, destacó cómo el capitalismo se había desarrollado y el rol del imperialismo, todo eso fue un agregado a la teoría marxista.

Lenin pudo hacer, también, un desarrollo y análisis del capitalismo incluso de sus fases más democráticas, pero el análisis de Lenin no obsoleta el desarrollo político de Marx sino que aporta a ese desarrollo inicial y lo profundiza. Particularmente después de la Segunda Guerra Mundial Lenin empieza a desarrollar y a elaborar sobre cómo el capitalismo evoluciona y el rol que comienza a tener el imperialismo. Todas esas elaboraciones sobre el imperialismo siguen siendo valiosas incluso hoy, cien años después de su muerte.

Quería hablar un poco sobre la cuestión nacional. Una gran mayoría de la población mundial vive hoy en países coloniales o semicoloniales, con grandes elementos del desarrollo desigual y combinados, y hay también problemas peculiares que emergen del capitalismo en ciertas regiones, pero la mayoría de ellas comparten numerosas necesidades como las que podemos ver en Pakistán o en muchos otros países. Los aportes de Lenin nos sirven para poder elaborar sobre el programa estratégico y la construcción de nuestros partidos. Lenin también atravesó debates sobre la emancipación a nivel nacional, donde se planteaban dos extremos sobre cuál era el enemigo entre la burguesía internacional o si era mejor priorizar la emancipación nacional. Y, al mismo tiempo, él clarificaba que el marxismo tampoco defiende solamente la conformación de pequeños Estados, sino que las cuestiones nacionales tienen que estar atravesadas por las luchas más amplias que atraviesa la clase trabajadora en general y, en las palabras de Trotsky, hay que convertir la indignación nacional en reclamos más amplios.

Lenin no solamente insistía, sino que también le aconsejaba al partido a tener una política de intervención organizada en las instituciones, también en elecciones y sindicatos. Y, una vez más, él tenía que pelear con aquellas ramas que estaban en contra o que se posicionaban en contra de esa postura. También se encontró con el debate sobre la estrategia o la táctica del entrismo, donde se discutía sobre si se utilizaba de manera oportunista, pero eso permitía que organizaciones ganen influencia de masas. Era una lucha que Lenin tenía que dar en contra del sectarismo, pero también discutirles a aquellas organizaciones reformistas la estrategia revolucionaria.

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El legado de Lenin es poco explorado e incluso se mantiene oculto.

La política de la Nueva Política Económica (NEP) fue una respuesta al atraso muy importante en la Revolución, demostrando que Lenin era muy flexible en lo táctico a la vez que mantenía firmemente los principios del marxismo. Que muchas veces encaró compromisos, pero que eran absolutamente tácticos para ganar tiempo y poder avanzar con su política nuevamente. La NEP fue uno de estos compromisos impuestos por necesidad, en el cual Lenin buscaba ganar tiempo para sostener la revolución mientras avanzaba en Europa, especialmente en Alemania. Lo que es importante para pensar la revolución en países económicamente atrasados como Pakistán. También demuestra que mientras la revolución se mantenga aislada, en un país atrasado, va a tener que hacer ciertos compromisos para sobrevivir mientras se expande. Cuanto más subdesarrollado es un país, cuanto más borrosa, larga y complicada va a ser su transición hasta que los proletariados más avanzados del mundo vengan a su ayuda. Por eso Lenin vio la Revolución como un proceso mundial, no de un país.

Otra demostración de por qué el leninismo no es una receta eterna, es en los cambios que implementó después del ‘17, cuando abandonó su fórmula anterior de “dictadura democrática del proletariado y el campesinado” a favor de la teoría de Trosky de la Revolución permanente. A pesar de todos estos cambios tácticos, siempre, fervientemente, combatió toda política conciliadora de clases. Trotsky, por su lado, se había equivocado sobre el concepto de partido y se reconcilió en el ‘17 con Lenin. En este punto los dos dirigentes del partido bolchevique se complementaron. Si bien es cierto que sin una Revolución triunfante en Rusia hoy nadie conocería a Lenin o a Trotsky. También vale la pena mencionar que después de la Revolución de febrero Lenin tuvo que dar una lucha muy fuerte, incluso dentro del partido, sobre el tema del Estado. Y, en relación a esto, escribió El Estado y la Revolución para reafirmar que el Estado no se puede reformar, hay que destruir completamente al Estado burgués y crear un nuevo Estado con nuevas instituciones para el poder obrero.

Para terminar, quisiera resaltar la lucha de Lenin contra la degeneración burocrática de Stalin. Tenía muy en cuenta estos problemas, estos peligros de que esta camarilla burocrática tuviera un carácter contrarrevolucionario. Intento resistir, combatir la burocratización incipiente, pero su muerte temprana cortó esto y le quedó a Trotsky llevar adelante esta durísima lucha que, lamentablemente, terminó fracasando cuando Stalin se impuso y terminó de burocratizar el partido bolchevique y la tercera Internacional para los años ‘30. En última instancia, todo esto fue resultado del aislamiento de la Revolución en un país atrasado.

A pesar de la caída de la Unión Soviética en el ’91, las ideas de Lenin siguen muy vigentes y van a volver a surgir como un faro para los socialistas del mundo en su lucha por derrocar el capitalismo y construir una sociedad nueva, socialista.

Cierre

Se ha dicho mucho sobre la vida y la lucha liderada por Lenin, creo que se mencionaron muchos aspectos de la construcción del partido. También del partido bolchevique y de su rol y también de las concepciones del Estado, el compañero Alejandro también ha resaltado las distinciones del partido bolchevique, de la revolución, del rol del partido, de qué hacer con el Estado burgués. Simplemente me gustaría decir que el capitalismo, nuevamente, está atravesando una crisis, particularmente su peor crisis, con una masa creciente del pueblo desocupado y resistencias por parte de la clase trabajadora, que hoy tiene que enfrentarse a que quieran atropellar todos aquellos derechos que pudieron adquirir a través de su lucha. Es muy importante tener presente todas las conclusiones y elaboraciones, para también entender por qué surge el auge de la extrema derecha en diferentes partes del mundo, especialmente, en este caso, en Argentina con un presidente de extrema derecha. Desde aquí vemos la resistencia de la clase trabajadora.

Es el caso de muchos países de Europa donde la extrema derecha ya está gobernando o se está acercando a ello, están avanzando o la extrema derecha o la derecha más blanda liberal. Estamos viendo estos movimientos, como lo que vimos en 2011 en Grecia, la Primavera Árabe, una segunda primavera años después, entonces claramente hay resistencia en todo el mundo, pero esta energía y actividad de la clase obrera no se está canalizando con un programa revolucionario, no están logrando una salida revolucionaria de esta crisis. Esto también tiene que ver con la caída de la Unión Soviética y lo que ha manchado el estalinismo al socialismo. Van a seguir habiendo rebeliones, protestas, revoluciones en todo el mundo. Por esto son muy vigente todas las ideas de Lenin y del bolchevismo para la revolución mundial.

La principal lección de los últimos 300 – 400 años, es que el capitalismo no se puede reformar, no se puede transformar con ningún proceso gradual como plantea la socialdemocracia. Sin un partido bolchevique no se puede aplastar al capitalismo, incluso 100 años después de la muerte de Lenin esto sigue siendo cierto. Entonces tenemos que construir estos partidos revolucionarios y una internacional revolucionaria tomando las lecciones de los bolcheviques, de Lenin y de Trotsky discutiendo también los errores y confusiones que pudieran haber tenido. Pero las ideas centrales de Lenin, del leninismo, están muy vivas, hay mucho trabajo por hacer para el desarrollo del marxismo, el Estado de transición, la Nueva Política Económica, estas políticas de Lenin, que intentaban sostener la revolución mientras se expandía, necesitamos desarrollar. Más la teoría marxista del imperialismo en nuestros tiempos, porque después de la segunda mundial han habido muchos cambios en la situación política mundial. Lenin hablaba del imperialismo como el capitalismo, de que comprender qué cambios han sucedido, la globalización del capitalismo y la economía globalizada, qué efectos ha tenido sobre la globalización y sobre la explotación.

Expreso mi solidaridad con todos los compañeros en Argentina, que están luchando contra este nuevo gobierno de Milei. Tenemos que impulsar el levantamiento de los pueblos, construir el partido, impulsar la revolución no solo en un país, en un continente, sino en todo el mundo. Una lucha global a escala global. Hay una crisis económica y una crisis climática catastrófica y, en este sentido, si sumamos todas estas cosas, las intervenciones imperialistas, las guerras civiles, el cambio climático, el ascenso de la extrema derecha, todas las demás consecuencias de la crisis del capitalismo, decimos que la humanidad tiene solo dos vías posibles que son el socialismo o la barbarie. Solo una Revolución socialista puede evitar esa degeneración a estas formas barbáricas y puede posibilitar la construcción de una sociedad socialista, gracias.