El mundo tambaleándose a la orilla del abismo

Por Mariano Salas

La actual crisis del sistema capitalista muestra un alto grado de descomposición que arrastra al conjunto de la sociedad. Lenin, hace poco más de un siglo, decía que el capitalismo arribó a su etapa superior y que no podía dar más y, junto a Trotsky, afirmaba que se abría una era de guerras y revoluciones. En las mismas fechas, algunos marxistas anunciaban que el capitalismo era ya un cadáver maloliente.

Trotsky en el Programa de Transición (1938) señalaba que las fuerzas productivas han dejado de crecer y N. Moreno (1980) completaba la idea de que esta situación daba paso al crecimiento de las fuerzas destructivas, dada la capacidad del sistema de corromper todo, incluidos los ecosistemas, y orillar a la humanidad al holocausto nuclear y concluía que por ello la revolución socialista era cada vez más necesaria

Esto no significa que el capitalismo se derrumbará fatalmente por sí mismo, sino que deberá ser la acción de los trabajadores y el resto de los oprimidos y explotados quienes lo tendrán que voltear en todo el mundo. Si no es así el capitalismo seguirá vigente pero cada vez más descompuesto adentrándonos cada vez más a una era de barbarie (R. Luxemburgo).[1]

Hoy el imperialismo ante la crisis económica que en los hechos se ha convertido en crónica –y en un futuro financiera—propone que los costos de la misma la paguen, como siempre, los trabajadores. Pero, como hemos visto, las masas no están dispuestas a ello por lo que luchan todos los días para evitarlo. Ante ello el imperialismo, las burguesías locales y sus Estados recurren a la formación de gobiernos cada vez más represivos, de tal manera que sean capaces de hacer que las masas traguen vidrio molido y que se opongan lo menos posible, pero si lo hacen… aplastarlas.

Esta política refuerza la ideología de la ultraderecha[2] que pugna por imponer gobiernos totalitarios, que con o sin disfraz democrático, sean capaces de imponer los planes económicos que permitan a los capitalistas seguir acumulando riqueza a costa de la humanidad.[3]

El actual conflicto en Ucrania es la consecuencia de la resistencia de EU a aceptar que su dominio a nivel geopolítico está llegando a su fin ante la avalancha de un nuevo orden multipolar. Obviamente esta situación ha propiciado que los neocons[4] inconformes exijan al gobierno medidas “enérgicas”. Tal es el caso de Robert Kagan –esposo de Victoria Nuland la siniestra subsecretaria de Estado de Biden— que sostiene que “…las potencias no se jubilan… la tarea de mantener el orden mundial no tiene fin y está llena de costos, pero es preferible a la alternativa…” En otros términos, es necesario ir más allá de lo hecho hasta ahora y no importa si las potencias caen en la Trampa de Tucídides,[5] colocando a la humanidad en el umbral de la Tercera Guerra Mundial. Estos consejos de Kagan son seguidos por Biden llevando a los Estados Unidos a enfrentar a la segunda y tercera potencias nucleares.

Crisis económica

Desde 2019 se diagnosticó que la economía mundial entraría en crisis en 2020 y así fue pues el PIB mundial cayó 3.5 %, ligeramente menos de lo previsto que fue de 4 %, a pesar de la pandemia. Sin embargo, las dificultades no han terminado pues en Informes de Perspectiva de la Economía Mundial (Actualización de Perspectivas de la economía mundial de enero de 2023 (imf.org)), del FMI (Fondo Monetario Internacional), se dice que la economía mundial está experimentando «una recuperación difícil» y predice que el crecimiento global (que incluye a China e India) se ralentizará este año hasta el 2.8 %, pero si el crédito aumenta aún más su interés, el crecimiento global podría ser de solo el 1%, o menos, el año entrante.

En cuanto a las economías, las predicciones decían que el Grupo de los Siete (Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia, Canadá, Reino Unido e Italia), crecerían este año poco más del 1% este año, pero las dos economías más grandes de Europa, Reino Unido y Alemania, se contraerán o entrarán en recesión abierta, situación que podía arrastrar a la Unidad Europea a una recesión. Por lo pronto en septiembre el Banco Central Europeo ha reconocido que la economía alemana cerrará el año en recesión.

           La UNCTAD (Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo) afirma que este año, la economía global solo crecerá 2.1 % y no 2.8 como predijo el FMI.

«Esto podría poner al mundo en el camino de una recesión… debido a que los costes del servicio de la deuda han aumentado constantemente en relación con el gasto público en servicios esenciales. El número de países que gastan más en el servicio de la deuda pública externa que en la atención médica aumentó de 34 a 62 durante este período”. (Las razones del actual pesimismo económico – Michael Roberts | Sin Permiso)

No tenemos del todo claro lo que realmente está pasando y puede pasar con la economía a nivel mundial y su perspectiva debido a que los organismos internacionales no informan la verdad y siempre ocultan algo. Pero hay situaciones que deben ser analizadas. Por ejemplo, en un informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso de EU del 20 de julio –que pasó desapercibido— se dice que la deuda de ese país es insostenible y que tenderá a crecer inevitablemente hasta alcanzar el 200 por ciento del PIB en los próximos 20 años, lo que pondrá a la economía del coloso del norte en recesión permanente.

Por ahora la crisis económica está siendo controlada, el problema está en el peligro de que se transforme en crisis financiera causando daños que mucho mayores que la crisis de 2008, en su momento catalogada como la peor desde la Gran Depresión de 1929. La crisis financiera no puede predecirse acerca de cuándo estallará y cuáles serán sus efectos. En 2008 estalló una burbuja inmobiliaria que arrastró a toda la economía del planeta al grado que hoy no está claro si dicha crisis ha sido superada o continúa. Y si estalla otra burbuja similar, nos acercaríamos a la posibilidad de una crisis como la Gran Depresión de 1929. En este sentido, una primera alarma se activó con la quiebra del Silicon Valley Bank[6] y algunos bancos más en Estados Unidos entre marzo y abril de este año y que contagió a varios bancos europeos, entre ellos los gigantes Credit Suisse y Deutsche Bank.

           La guerra en Ucrania allanó el camino hacia la recesión al terminar con el gas y petróleo barato desde Rusia para Europa, afectando a toda la industria que necesita forzosamente de estos energéticos para seguir operando y que ahora los tiene que pagar hasta tres veces más, ya sea a Rusia o Estados Unidos, y aquellas empresas que no contaban con suficiente dinero tuvieron que disminuir o francamente paralizar sus actividades.

           Pese a todo, los gobiernos del G-7 están atenuando, por ahora, los costos de la recesión y con ello una severa crisis económica. Pero el hecho de que no podamos caracterizar a la economía en recesión no quiere decir que los trabajadores y las capas más depauperadas de la población estén superando la crisis pues los primeros afectados con la inflación son los trabajadores tanto en Europa como en Estados Unidos. Para agravar la situación, con el pretexto de la agresión rusa, Estados Unidos obligó a los gobiernos de países miembros de la OTAN a aumentar su gasto militar a por lo menos el 2 por ciento de su PIB, sacrificando sus presupuestos en gasto social para beneficiar al complejo militar-industrial yanqui.

La guerra en Ucrania y el nuevo orden internacional

Lo que pretendemos en este pequeño apartado es describir, de manera somera y con muchas limitaciones, que la guerra en Ucrania es un hecho concreto que sintetiza múltiples determinaciones de un mundo cambiante.

            Por ello mismo no puede sustraerse del contexto geopolítico sino analizarse como un elemento que por ahora es la punta en la disputa por la hegemonía global entre dos bloques imperialistas. Uno formado por Estados Unidos y el Grupo de los Siete (EU, Japón, Alemania, Francia, Reino Unido, Canadá e Italia); el otro Rusia, China y sus aliados.

En efecto, luego de la caída del Muro de Berlín (1989), la hegemonía quedó incuestionablemente en manos de Estados Unidos, situación que aprovechó para consolidar su dominio en todos los terrenos. Sin embargo, el vertiginoso ascenso de China, y en menor medida de Rusia, en las dos últimas décadas, en lo económico, financiero, tecnológico y militar, constituye una amenaza para dicha hegemonía. China pasó de ser un país exportador de manufacturas de consumo inmediato y mediato, a exportar capital financiero invirtiendo en obras de infraestructura en muchos países y extendiendo préstamos a muchos gobiernos.

Por su parte Rusia, que cuenta con una reserva de recursos naturales ilimitados, entre ellos gas y petróleo, avanzó en Europa al proporcionarle estos energéticos a bajos precios, además de proveer otros valiosos recursos, incluida tecnología. Este acercamiento, especialmente a Alemania, no fue consentido por EU dada la amenaza que representa al dominio que ejerce sobre los países europeos desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, de ahí, por ejemplo, su disgusto con Alemania por la instalación, junto con Rusia, del Nord Stream 2 y su exigencia por detener la obra.

Por su parte China incrementó muchísimo su comercio e inversiones con Europa y avanzó en la creación de la infraestructura de la llamada Ruta de la Seda que llegaría (¿o llegará?) por vía terrestre y marítima a casi todos los países europeos.

En sus esfuerzos por contrarrestar la influencia rusa en Europa, EU acercó la OTAN a las fronteras rusas adhiriendo a los países que formaron parte de la Unión Soviética o de su área de influencia ignorando las advertencias, quejas y reclamos de Moscú. Igualmente, de nada valieron las exigencias del Kremlin para que cumplieran los Acuerdos de Minsk de 2014 que incluían la neutralidad de Ucrania (no hacerla parte de la OTAN) y otorgar autonomía a la población rusofona que habita el Donbás al oriente de Ucrania.

En extremo oriente EU reforzó las bases militares que rodean China, extendió de facto la OTAN para incluir a Corea del Sur y Japón y formalizó una alianza militar con Australia y Reino Unido (AUKUS)[7] en la región Indo-Pacífico. Asimismo, incrementó su presupuesto de “defensa” de 762 mil millones de dólares en 2022 a 877,900 millones de dólares en 2023. Misma política que exigió a los países que forman parte de la OTAN en Europa para que aumentaran sus presupuestos de defensa hasta llegar al 2 por ciento del PIB de cada país y preparar a sus ejércitos para la guerra.

Ucrania se preparó para la guerra desde 2014 incrementando su arsenal, pertrechos y tropas e instrumentó un intenso plan de adiestramiento apoyado por la OTAN. Cabe decir que esta preparación fue posible gracias al envío masivo de recursos económicos y armamento de parte de todos los países de la OTAN, además que esta última perfeccionó sus líneas de abastecimiento. De esta forma el ejército de Ucrania se convirtió en uno de los más poderosos del mundo.

Por su parte Rusia y China también se preparan todos los terrenos, incluida la guerra. China pasó de un gasto de defensa de 230 mil millones de dólares en 2022 a 292 mil millones de dólares en 2023. En el mismo periodo Rusia incremento su presupuesto en más de 100 mil millones de dólares debido al coste de la guerra.

Por otro lado, para confrontar al hegemón en el terreno económico y financiero China y Rusia vienen trenzando desde hace años un bloque económico y financiero con los BRICS[8] con el que pretenden igualar y superar a EU y el G-7. En tal sentido en su cumbre de agosto de este año, los BRICS decidieron agregar a su alianza –de alrededor de 40 solicitantes—a seis nuevos miembros muy importantes (Arabia Saudita, Argentina, Egipto, Emiratos Árabes, Etiopía e Irán) tres de los cuales son exportadores de petróleo y gas, de tal manera que ahora controlan el 80 por ciento de dichos carburantes y con el ingreso de Venezuela,[9] contemplada para la próxima cumbre, controlarán el 90 por ciento[10] del total; en una época en la que EU le cuesta más trabajo satisfacer las necesidades energéticas de sus aliados, principalmente Europa y Japón. Lo más grave, para EU, es que las fuentes energéticas verdes aún no pueden sustituir al petróleo, al gas, al carbón y a la energía nuclear. Hoy los BRICS, sin los seis nuevos miembros, alcanzan el 37 por ciento del Producto Mundial Bruto, mientras el G-7 llega al 29.9 por ciento. Asimismo, los países del G-7 están muy endeudados. Por ejemplo, EU tiene una deuda de 30 billones de dólares, el 132 por ciento de su PIB, con un aumento de siete billones[11] en los dos últimos dos años y que han reconocido que no se podrá pagar. Lo peor es que calculan que la deuda llegará a 50 billones para el 2030.

La rivalidad entre los dos bloques está pasando de los roces a confrontaciones cada vez más abiertas, como lo muestra la agresión rusa contra Ucrania. Con ello ambos han decidido sacrificar cientos de miles de vidas jóvenes del pueblo ucraniano para dirimir controversias y si Rusia abrió fuego primero, fue porque considero que el momento le era más adecuado.[12] Otro foco de confrontación sería Taiwán.

Por otro lado, la situación en África es muy compleja debido a la vasta red de intereses que ambos bloques mantienen. En efecto, el golpe de Estado en Níger contra el presidente Mohamed Bazoum, hombre de todas las confianzas de EU y Francia, les provocó un fuerte disgusto a EU y sobre todo a Francia; tanto que exigieron a los gobiernos de Nigeria[13] y la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO), llevar a cabo una acción militar contra Níger en “defensa de la democracia” y reinstalar en el poder al agente directo de Francia, el depuesto presidente Bazoum.

Por su parte, el nuevo gobierno de Níger recibió la promesa de apoyo militar por parte de los gobiernos del Chad, Malí, Burkina Faso y Guinea. Colonias insubordinadas poseedoras de vastos recursos naturales que necesita Europa, principalmente Francia,[14] por lo que una intervención militar en Níger no se ve tan fácil dadas las implicaciones que traería a nivel geopolítico y por saber quién va a pagar los gastos.

Como podemos apreciar, la situación es grave en extremo, pero nuestra esperanza de evitar que estalle una Tercera Guerra, va de la mano con la movilización de las masas de todo el mundo –especialmente hoy en Estados Unidos, Europa, China y Rusia— que pueden hacer retroceder a los imperialismos y sus voraces propósitos.

Estados Unidos vive hoy un ascenso del movimiento sindical muy superior al vivido en 1990, que a su vez fue el más fuerte desde las movilizaciones contra la Guerra de Vietnam (1968-73). Justamente el actual ascenso tiene como antecedentes movimientos muy importantes, inéditos, con las grandes movilizaciones de los trabajadores migrantes en 2006; el Occupy Wall Street en 2011; el movimiento antirracista, Black Lives Matter, iniciado en 2013 y que alcanzó su cumbre en el 2020 con elementos insurreccionales. De este año a la fecha, las movilizaciones han tenido una continuidad apreciable teniendo como protagonistas principales a los trabajadores. Las huelgas han proliferado siendo julio de este año el mes en que más han estallado en décadas, superado en agosto con 900 conflictos sindicales al mismo tiempo.[15]

La crisis política es muy grave, teniendo ahora como protagonistas a los partidos tradicionales que concentran en su interior las contradicciones de la crisis generalizada que sufre hoy la potencia del norte. Su descrédito entre la población es inmenso al grado que se sospecha irreversible, sobre todo entre la juventud blanca. Y aun cuando este efecto quisieron canalizarlo vía la candidatura de Bernie Sanders (2016) que atrajo a cientos de miles de jóvenes blancos la crisis sigue aumentando de temperatura. Por si no bastara hoy los dos principales precandidatos, uno republicano y otro demócrata, tienen acusaciones penales, algo nunca visto.

En suma, los EU se debaten entre una potencial y grave crisis económica, la más grave crisis del sistema político desde el fin de la Guerra de Secesión, una aguda crisis social por donde quiera que se le vea y otras. Situación que muestra que EU concentra todas las contradicciones de este sistema capitalista decadente. Lo cierto es que el “American Dream” se convirtió en una quimera.

La guerra en Ucrania y la amenaza de otro frente de guerra en Taiwán, son producto de la rivalidad entre los dos bloques. Atribuir a Rusia la autoría única de la guerra en Ucrania es perder de vista que se están enfrentando los imperialismos por el dominio del mundo, situación parecida a la de la Primera Guerra Mundial.

Para explicar esta guerra no nos sirven las definiciones jurídicas (en el caso de la reprobable agresión de Rusia contra Ucrania, un Estado más poderoso contra otro más débil) sino en el estudio histórico-económico de los movimientos nacionales, como diría Lenin.[16]

            En efecto, esta conflagración por sus características puede caracterizarse como una guerra proxy[17] e híbrida, estimulada por Estados Unidos para acabar de deshacer el bloque que presuntamente estaban formando Alemania y Europa con Rusia y China.[18]

En este sentido, Biden resucitó a la OTAN –que el presidente francés Emmanuel Macron había declarado muerta cerebralmente en noviembre de 2019— realineó a los 31 países que la forman, los embarcó en el conflicto de Ucrania y los obligó a aumentar sus presupuestos de “defensa”. Además, extendió de facto al organismo hasta el lejano oriente incorporando a países como Japón y Corea del Sur, creó el AUKUS (acuerdo militar con Australia y Reino Unido) y reforzó las bases norteamericanas que rodean a China previendo un eventual conflicto por Taiwán.

Hoy Europa vive una situación crítica determinada por tres grandes hechos: la guerra en Ucrania, el ascenso de masas con eje en Francia y una recesión económica eufemísticamente llamada estancamiento económico.

19 de septiembre de 2023


[1] Habría que preguntarse si el hecho de que hoy haya más esclavos que cuando el esclavismo era legal no es prueba de que hemos arriba a la barbarie y que quizá nos encaminemos hacia el salvajismo, aún si no se da el holocausto nuclear.

[2] La extrema derecha en Italia, Hungría, Alemania, España, tiene ya representación parlamentaria, lo cual no sucedía anteriormente, incluso gobiernan en algunos países.

[3] El Informe sobre la Desigualdad en el Mundo 2022 informa de que los más ricos poseen más del 75% de la riqueza mundial. Los más pobres poseen el 2%.

[4] Neoconservadores, que más se asemejan con el fascismo que con los liberales.

[5] La Trampa de Tucídides, expresión creada y popularizada por el politólogo estadounidense Graham T. Allison, refiriéndose a la Guerra del Peloponeso entre Esparta y Atenas, que implicaría que la potencia decadente (Estados Unidos) hace la guerra a la potencia emergente (China). Guerra que arrastraría a toda la humanidad.

[6] La segunda mayor quiebra bancaria de la historia de Estados Unidos, después de la del Washington Mutual (WaMu) en el 2008, año del estallido de la crisis financiera -atesoraba activos por 307.000 millones de dólares, frente a los 209.000 del Silicon Valley Bank.

[7] Esta Alianza estratégica militar se anunció públicamente el 15 de septiembre de 2021 para la región del Indo-Pacífico y su comedido principal sería vigilar a China.

[8] Es evidente que la triada Grupo de los 7/OTAN/Unión Europea intentará descarrilar y/o dinamitar a los BRICS presionando selectivamente a cada uno de sus miembros. Por ejemplo, la OTAN amenazó con balcanizar a Brasil en cinco pedazos (https://bit.ly/3qKzP74), mientras la estatal petrolera saudita Aramco sufre fuertes embates desestabilizadores (https://bloom.bg/45Pj617).

[9] Venezuela posee las reservas más grandes de petróleo del mundo.

[10] La Jornada, México, 25 de agosto de 2023.

[11] Millones de millones…

[12] “Todos nosotros esperábamos esta guerra imperialista, nos preparábamos para ella. Y si es así, no tiene ninguna importancia saber quién atacó; todos se preparaban para la guerra, pero atacó quien calculó que el momento le era más favorable”. V.I. Lenin. Obras completas, T. XXII, p. 123. Akal Editor, 1977. España.

[13] El país más fuerte del África subsahariana.

[14] De Níger, Francia extrae el 80 por ciento del uranio que utiliza en la producción de energía eléctrica.

[15] Diario Página 12, de Buenos Aires del 18 de agosto de 2023.

[16] Lenin, V.I. El derecho de las naciones a la autodeterminación. Obras completas, T. XXI. Akal Editor. Madrid 1977; p. 315.

[17] Guerra que se produce cuando dos o más potencias utilizan a terceros como sustitutos, en vez de enfrentarse directamente.

[18] James Baker, secretario de Estado en el gobierno de Bush padre, le comentó a éste en 1990: “si Alemania y Rusia se unen es el fin de la OTAN”. Y agregaríamos, el inicio de la decadencia de EU como primera potencia.