800 días de guerra ruso-ucraniana: actualidad y nuevos retos

Autor: Oleg VERNIK, Presidente del Sindicato Independiente de Ucrania “Zakhist Pratsi” – Liga Socialista de Ucrania.

Situación en el frente

A lo largo de abril de 2024, las tropas rusas avanzaron gradualmente en las regiones de Donetsk y Khanrykiv. A principios de mayo este avance continuó. Sin embargo, cabe señalar que la defensa ucraniana no se desmoronó después de la pérdida de la bien fortificada ciudad de Avdiivka en la región de Donetsk a mediados de febrero. Avdiivka fue abandonada por las tropas ucranianas en una situación de grave escasez de proyectiles de artillería y municiones, así como en ausencia total de aviación militar. Casi desde noviembre de 2023, Ucrania no ha recibido apoyo militar de los países de la OTAN. Sólo a finales de abril de 2024, la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó un proyecto de ley para asignar ayuda a Ucrania por un monto de aproximadamente 61 mil millones de dólares.

Sin embargo, esta ayuda llegará a Ucrania en partes y no debería esperarse un importante componente militar hasta el verano. Las entregas de los aviones F-16 prometidos anteriormente se han retrasado nuevamente. Ahora, según la información disponible, sólo deberían esperarse a principios del verano. Por supuesto, es absurdo y cómico recibir información optimista de los medios rusos de que después de 800 días de agresión en Ucrania, el «segundo ejército del mundo», después de largas y tenaces batallas, capturó 2 o 3 aldeas en la región de Donetsk. Sin embargo, este persistente mini avance del ejército de ocupación ruso aún continúa.

El próximo tramo de asistencia militar a Ucrania incluye misiles ATACMS con un alcance de hasta 300 kilómetros. Además, tanto Gran Bretaña como Estados Unidos han levantado las restricciones para la entrega de misiles que alcancen objetivos militares en el territorio de la Federación Rusa. Pero es muy poco probable que los misiles ATACMS cambien las reglas del juego en esta guerra, incluso si se suministraran masivamente.

Varios expertos militares son bastante críticos con la eficacia de algunas armas occidentales suministradas a Ucrania. Los obuses autopropulsados ​​​​alemanes Panzerhaubitze 2000 han demostrado que sus cañones se desgastan con bastante rapidez en una situación en la que el ejército ucraniano tiene que efectuar más de 300 disparos por día. Los tanques estadounidenses M1 Abrams y, especialmente, los tanques británicos Challenger 2 llegaron a Ucrania en cantidades muy pequeñas. Estos tanques son muy pesados, ​​a menudo resultaron ineficaces en los blandos suelos ucranianos y no mostraron la mejor maniobrabilidad. El pequeño número de ellos entregado a Ucrania demuestra que los fabricantes prefirieron probar sus características en condiciones de combate por encima de ayudar significativamente al ejército ucraniano en el campo de batalla. Varios analistas militares creen que es muy poco probable que la entrega del tan esperado avión F-16 cambie drásticamente la situación en el teatro de operaciones en un futuro próximo. Sin embargo, existen posibilidades de que se fortalezca la defensa antimisiles de las principales ciudades ucranianas.

Se confirma una y otra vez la tesis que el imperialismo occidental proporciona asistencia militar exactamente en la cantidad necesaria para que Ucrania no pierda la guerra, pero al mismo tiempo no pueda infligir una derrota decisiva al ejército imperialista ruso. Por supuesto, tales tácticas conducen a la prolongación de las operaciones militares y a la sangría del ejército ucraniano, que está librando una difícil guerra defensiva contra los ocupantes rusos.

A finales de abril y principios de mayo de 2024, se intensificaron las especulaciones en los medios de comunicación mundiales sobre un posible nuevo ataque a gran escala del ejército ruso contra Jarkov y Sumy durante el verano de 2024. Los funcionarios ucranianos comenzaron a confirmar públicamente estos temores. A pesar de que varios analistas militares serios creen que Rusia no tiene reservas significativas para tal ataque, esta información se está difundiendo activamente entre la población ucraniana.

El 8 de mayo Rusia lanzó un ataque masivo con cohetes y drones sobre Kiev.

Ley de movilización masiva en Ucrania

El 18 de mayo de 2024 entra en vigor la ley recientemente aprobada “Sobre la preparación y movilización”. Esta ley se debate desde noviembre de 2023 y ha provocado reacciones controvertidas en la sociedad ucraniana. Por un lado, la movilización masiva es necesaria, ya que las unidades militares activas han estado luchando continuamente desde febrero de 2022, están bastante agotadas y en alguna medida sin fuerzas. Por otro lado, ahora estamos hablando de personas poco motivadas y mal preparadas para las pruebas militares.

El gobierno, que también evalúa este problema, retrasó deliberadamente la aprobación de la ley, tratando de encontrar reservas internas para fortalecer el ejército. En particular, el nuevo comandante en jefe, Alexander Syrsky, realizó una auditoría interna en el ejército y descubrió que de 1 millón de empleados en las Fuerzas Armadas sólo alrededor de 200.000 participan directamente en las batallas. Sólo una pequeña parte del personal de la policía y de los servicios de seguridad participa de la guerra en zonas de combate, estas reservas sólo pueden utilizarse limitadamente en el proceso de movilización. El lobby del Ministerio del Interior y la Policía en el Parlamento logró que una nueva ley estableciera que los empleados del Ministerio del Interior, del Servicio de Seguridad y de la Policía permanezcan en condición de “reserva” y no pueden ser movilizados al frente.

A pesar de la alta moral de la sociedad ucraniana para resistir la agresión imperialista rusa, periódicamente se hacen sentir la fatiga general de guerra y la apatía. En las redes sociales aparecen periódicamente materiales sobre los intentos de algunos ucranianos de cruzar a nado los ríos fronterizos Tisza y Dniéster para evitar la movilización y sobre la resistencia organizada de las mujeres ante la cuestión de la movilización de sus maridos. Es difícil juzgar cuán extendidos están estos casos, pero es obvio que existen.

Según la nueva ley, todos los hombres de 18 a 60 años deben acudir a los centros de movilización en un plazo de dos meses para actualizar y transferir sus datos o también pueden hacerlo en forma remota. Quien no lo haga será infractor de la ley y se le aplicará responsabilidad penal y administrativa. El desbloqueo de la asistencia militar occidental en abril de 2024 se hizo a condición de que Zelensky movilizara entre 300.000 y 350.000 hombres al frente. Por supuesto, en condiciones de corrupción significativa del aparato estatal, todo el peso de la movilización recaerá sobre los hombros de la clase trabajadora, y no sobre los funcionarios y capitalistas. Desde el comienzo de la agresión de Rusia a Ucrania en gran escala, fue la clase trabajadora la que se convirtió en la base de la resistencia, mientras que los representantes de las elites gobernantes huyeron en masa, presas del pánico, hacia países de Europa oriental y occidental. Recordamos que en febrero-marzo de 2022 hubo ciudades y regiones enteras que bajo la amenaza de un ataque ruso se quedaron sin funcionarios gubernamentales ni organismos encargados de hacer cumplir la ley. Todo el peso de la resistencia recayó sobre la autoorganización local de la población común bajo la forma de “autodefensa territorial”.

El componente social de la actual situación en Ucrania

En una situación difícil, en la que el presupuesto estatal depende en gran medida de la ayuda financiera extranjera, el gobierno de Zelensky no mantiene los indicadores básicos en el ámbito social. Anteriormente hemos escrito sobre los continuos ataques del gobierno y del partido gobernante Siervo del Pueblo a los derechos de los trabajadores y sindicales. Recientemente, el problema de los atrasos en el pago de los salarios de los trabajadores se ha vuelto extremadamente grave. No nos referimos a empresas en quiebra ni a fábricas destruidas por el ejército ruso, sino en pleno funcionamiento y, a menudo, incluso relacionadas con el sector de defensa. Recientemente, el Servicio Estatal de Empleo publicó un registro de los principales deudores salariales entre las empresas. Entre ellos predominan las grandes plantas de propiedad estatal, a las cuales el Estado no puede proporcionar un número suficiente de pedidos, incluidos los de defensa. Los atrasos salariales totales de los trabajadores ascienden a 1,8 mil millones de grivna y la dinámica es deprimente.

El sector educativo también ha sufrido un duro golpe. El gobierno está tratando de reducir al máximo los gastos presupuestarios en las instituciones de educación superior. Las matrículas de estudiantes están disminuyendo, varias universidades tratan de achicarse o fusionarse, reducen profesores y estudiantes. Los funcionarios gubernamentales en el campo de la educación ya dicen casi abiertamente que Ucrania se está transformando en un país desindustrializado y dependiente con un importante complejo agrícola orientado al mercado externo. Una economía tan dependiente no requiere ni personal de ingeniería para la industria a gran escala ni un importante sector de educación humanitaria.

Ahora también surgen grandes interrogantes sobre las perspectivas de la estructura social de millones de personas que emigraron después del inicio de la guerra a gran escala hacia Europa oriental y occidental. El gobierno de Zelensky es consciente de que no podrá movilizar al frente a cientos de miles de hombres que han partido hacia los países de la Unión Europea y las perspectivas de su regreso a Ucrania al finalizar la guerra son, en principio, poco comprendidas. Además de las personas que viven de las prestaciones, un gran número de refugiados ya han encontrado trabajo en países europeos y motivarlos a regresar ya no es tan fácil o es prácticamente imposible. Las conversaciones iniciadas para contar con cuantiosos fondos internacionales para la “restauración de Ucrania” se están frenando. Es muy poco probable que se realicen inversiones occidentales serias en un país fronterizo con Rusia, que quede destruido por la guerra o después de una tregua temporal. El riesgo de tales inversiones sería enorme, especialmente teniendo en cuenta el peligro inminente de un retorno a la fase más violenta de la guerra con la continuidad de la agresión rusa. Cada vez con más insistencia, varios políticos y figuras públicas ucranianas dicen que la única opción para reactivar la economía será atraer una importante fuerza laboral de inmigrantes provenientes de Asia y Medio Oriente. Sí esto se suma a las opiniones de la ultraderecha contra las inmigrantes desarrolladas en la sociedad, la perspectiva económica y social para la Ucrania de posguerra hoy aparece incierta y problemática.

Situación internacional: Ucrania en apuros

La situación internacional en torno a Ucrania también parece bastante incierta. Por un lado, se intensifican las voces simplistas de los políticos occidentales sobre una próxima contraofensiva ucraniana en 2025 y la confianza en su victoria final. En particular, esto lo señaló recientemente el asesor de seguridad nacional del presidente de los Estados Unidos, Jake Sullivan. El presidente francés Macron regularmente se refiere a la posibilidad de enviar unidades militares francesas a Ucrania para proteger una serie de instalaciones y territorios importantes, probablemente para liberar unidades ucranianas de retaguardia y que sean enviadas al frente. Al mismo tiempo, cada vez más políticos occidentales plantean la necesidad de intensificar el proceso de negociaciones de paz.

El gabinete de Zelensky anunció una “Cumbre de Paz Global” a gran escala, que se celebrará los días 15 y 16 de junio de 2024 en Suiza. La Cumbre, a la que no asistirá Rusia, tendrá como objetivo formar una coalición de países que apoye el plan de paz de Zelensky. Cabe recordar que dicho plan prevé la retirada completa de las tropas rusas del territorio de Ucrania, incluyendo Crimea, el Donbass, y el regreso de todos los territorios ocupados a las fronteras legalmente reconocidas en 1991. En principio Rusia no apoya tal plan, y muchos analistas creen que podría surgir un plan más realista, basado en los Acuerdos de Estambul de marzo de 2022, donde se planteó la retirada del ejército ruso a las fronteras vigentes el 24 de febrero de 2022 y que los problemas de Crimea y Donbass se resolvieran en el transcurso de los próximos 10 o 15 años por la vía de las negociaciones.

Esta opción por la negociación podría ser expresada por Turquía o China y el Papa invitado a la Cumbre en Suiza. Es obvio que China está intensificando la búsqueda de opciones para una tregua, ya que su economía ha comenzado a experimentar serias dificultades con las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos y Europa Occidental a las empresas cooperantes con Rusia. También se están fortaleciendo las posiciones iniciales de negociación de Hungría y Eslovaquia, que siguen una política prorrusa relacionada con la fuerte dependencia de sus economías por el suministro ruso de petróleo y gas. Al estar formalmente en la OTAN y la UE, estos países, así como Turquía, siguen una política exterior independiente, centrada en las preferencias rusas por el suministro de recursos energéticos que reciben.

Recientemente, en una entrevista concedida a CBS News, el presidente Zelensky, dijo que Ucrania podrá iniciar negociaciones de paz con Rusia si alcanza las fronteras de 2022. Anteriormente, nunca mencionó esta opción en declaraciones públicas y habló exclusivamente sobre las fronteras de 1991. Muchos analistas percibieron este mensaje de Zelensky como una especie de sondeo a la opinión pública ucraniana en vísperas de la Cumbre mencionada. Es muy posible que Zelensky esté dispuesto a considerar públicamente la “opción de Estambul” como un escenario más realista para poner fin a la fase caliente de la guerra antes de que el ejército ucraniano llegue a las fronteras en 2022.

¡Fuera las tropas rusas de Ucrania!

La Liga Internacional Socialista ya ha señalado repetidamente en sus análisis el hecho de que la izquierda está globalmente dividida en su actitud hacia la guerra en Ucrania. Una parte importante adoptó la posición del “campismo” en apoyo al invasor imperialista ruso, presentándolo, de una forma u otra, como el menor de dos males en comparación con el imperialismo occidental. Otra parte evaluó la guerra simplemente como un conflicto Inter imperialista, siguiendo sentimientos derrotistas erróneos y, por lo tanto, apoyando los intereses de los invasores rusos. El tercer sector de la izquierda no se limitó a apoyar la justa autodefensa de Ucrania, sino que apoyó acríticamente las políticas del imperialismo occidental y de la OTAN. Creemos que fuera de Ucrania, el conflicto entre Rusia y la OTAN es de naturaleza reaccionaria e Inter imperialista y que los socialistas debemos oponernos. Fundamentalmente para los trabajadores de Ucrania esta guerra sigue siendo, ante todo, una lucha por la autopreservación del propio pueblo ucraniano, una lucha contra un Estado invasor despótico e imperialista. ¡Estamos a favor de apoyar los objetivos de guerra justa de la resistencia ucraniana y reconocer la soberanía de Ucrania! ¡Abogamos por la retirada inmediata de las tropas rusas de Ucrania y por la derrota de la invasión imperialista rusa! Detrás de 800 días de lucha sangrienta…