Por Vicente Gaynor
El 27 de octubre se realizan las elecciones presidenciales y parlamentarias en Uruguay. El Frente Amplio lidera las encuestas para volver al gobierno después de la gestión actual del Partido Nacional. También aparece como opción de izquierda la coalición Unidad Popular – Frente de Trabajadores.
Durante 15 años en el gobierno, el Frente Amplio no resolvió los grandes problemas de las masas trabajadoras y mantuvo el modelo de país capitalista, semicolonial, extractivista y neoliberal. En 2019, la desilusión generada por esto le abrió la puerta al triunfo en segunda vuelta de la lista del Partido Nacional (“Blanco”), apoyada por el histórico Partido Colorado y la nueva formación de extrema derecha Cabildo Abierto.
Sin embargo, la presidencia derechista de Lacalle también decepcionó y es el Frente Amplio el que se prepara para volver al gobierno. Su candidato presidencial Yamandú Orsi ha declarado que no piensa modificar los ejes del plan económico del gobierno anterior. En realidad, aquel tampoco modificó muchos aspectos del que había dejado el Frente Amplio de su anterior gestión.
Además de candidatos presidenciales y parlamentarios, también se vota una serie de plebiscitos, entre ellos el de seguridad social que, de aprobarse, revertiría la privatización del sistema de jubilaciones y pensiones, eliminando la estafa de las Administradoras de Fondos de Ahorro Previsional (AFAP), fijaría la edad de jubilación en 60 años y aumentaría la jubilación mínima al equipararla con el Salario Mínimo Nacional.
La iniciativa fue lanzada por la central sindical PIT-CNT e impulsada por los partidos de izquierda que conforman UP-FT junto a otras fuerzas políticas, sindicales y sociales. La oficialización del plebiscito tras juntar más de 430 mil firmas fue un primer triunfo. Pero la campaña por el sí enfrenta una intensa oposición tanto del Partido Nacional como del Frente Amplio. En estos días cobró fuerza la propia campaña del presidente Lacalle que rozando con la inconstitucionalidad, convocó a una conferencia de prensa para oponerse a la aprobación del sí en el plebiscito. Por otro lado, importantes referentes del Frente Amplio como el ex presidente José Mujica y Yamandú Orsi y Carolina Cosse, integrantes de la fórmula presidencial para las próximas elecciones, ya se manifestaron públicamente en contra. Y varios dirigentes del FA lanzaron una campaña de “Frenteamplistas por el no” que busca instalar miedo sobre la inviabilidad económica del país si se aprueba el plebiscito. También han declarado que si gana el sí se encargarán de que no se reglamente en el Congreso. Aunque algunos dirigentes del FA apoyan el plebiscito, sabemos de pasadas experiencias que en el Congreso sus legisladores acatan la disciplina partidaria.
Por eso la campaña de UP-FT, impulsada por Rumbo Socialista, organización de base de la Liga internacional Socialista en el país, que aporta candidatos en la lista, vincula el voto en el plebiscito al voto a sus candidatos, para que haya legisladores que luchen por la implementación de la voluntad popular si gana el sí. Además, este frente electoral entre la Unidad Popular -que formó el Movimiento 26 de marzo con otras organizaciones al romper por izquierda con el Frente Amplio – y el Frente de Trabajadores en Lucha y Partido de Trabajadores surge como la única opción de izquierda anticapitalista amplia, con posiciones antiimperialistas e independientes de los sectores empresariales.