Elecciones regionales en Francia: ¡que se vayan todos, que no quede ni uno solo!

Francia: ¡que se vayan todos, que no quede ni uno solo!

La secuela del terremoto abstencionista de la primera vuelta de las elecciones regionales del pasado 20 de junio fue igual de contundente este domingo 27 de junio en la segunda vuelta. Con un 65,7% de abstención, frente al 66,7% del 20 de junio, “la huelga general del voto” marca el inicio de una nueva fase de la crisis política y del podrido régimen de la Quinta República.

Pese a la campaña de culpabilización liderada por el gobierno, la clase política y los medios de comunicación durante el intermedio para “salvar la democracia”, y pese a las acusaciones de los candidatos, no se hizo nada. Se registró apenas un 1% más de participación (unos 480 mil votantes). La determinación de las masas de negarse a respaldar una fantochada electoral antidemocrática es total. Es un hecho político: la abstención se forja en el rechazo masivo a Macron, a su política y a todos los partidos subordinados a la Quinta República.

Así, según una encuesta del instituto Ipsos/Sopra Steria realizada la noche del 27 de junio, el 27% de los no votantes encuestados quiso manifestar su “descontento hacia los políticos en general”. Para el 23% de los encuestados, porque “ninguna lista ni candidato” los representaba. En una encuesta del 20 de junio (primera vuelta), Ipsos incluso estimó que el 18% de los no votantes había expresado su “descontento hacia el gobierno y Emmanuel Macron”. Nunca se vio tal nivel de desconfianza.

La abstención sigue siendo mayoritaria en todas las regiones, salvo Córcega: Gran Est 69.7% (70.8% el 20 de junio), País del Loira 68.3% (69.8%), Isla de Francia 66.7% (67.5%), Centro-Val de Loire 66.9% (67%), Normandía 67.1% (67%), Altos-de-Francia 66.8% (67%), Provenza-Alpes-Costa Azul 63.2% (66.3%), Borgoña-Franco Condado 63.5% (65.8%), Auvergne Rhône-Alpes 66.6% (65.1%), Bretaña 63.4% (64%), Nueva Aquitania 63.4% (62,9%), Occitania 62.2% (61.4%), Córcega 41.1% (44.1%).

La abstención es abrumadora en todos los grupos de edad salvo en los mayores de 70 años: 79% de las personas de 18 a 24 años, 79% de 25 a 34 años, 75% de 35 a 49 años, 62% de 50 a 59 años, 61% de 60 a 69 años, 42% entre los mayores de 70 años. ¡El grupo de 18 a 59 años se abstuvo con un 73.7%! La abstención sigue siendo la abrumadora mayoría entre los empleados (75%), obreros (73%), profesiones intermedias (70%) y jefes (63%). Los jubilados se abstuvieron en un 49%. La abstención es mayor entre las mujeres (67%) que entre los hombres (64%).

En las ciudades obreras, la segunda ola abstencionista es tan violenta como la primera: Vaulx-en-Velin 87.4% (88.3% el 20/6), Clichy-sous-Bois 86.7% (88%), Vénissieux 82.9% (83.2%), Roubaix 82.4% (frente a 83%), Longwy 79.8% (frente a 81%), Manchas 81.4% (81%), Villeneuve-Saint-Georges 77% (81%), Vitry-sur-Seine 76.3% (77.6%), Trappes 71.5% (77%), Orly 73% (76%), Le Havre 74.1% (74.8%), Mantes-la-Jolie 73.5% (74%), Saint-Nazaire 70.5% (71.4%)…


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El hundimiento de Macron y LREM[1]. Nunca en la historia de la Quinta República un partido gobernante había sufrido una derrota electoral tan amarga. El partido presidencial, LREM, obtuvo solo el 7% de los votos emitidos, ubicándose sistemáticamente detrás de LR[2], el PS y sus aliados. No conquistó ninguna región y sólo salvó un consejo departamental: Guadalupe. Odiado por las masas, el partido y los candidatos de Macron son rechazados. En consecuencia, LREM y sus aliados (en particular Agir, UDI y MoDEM) deben estar satisfechos con sólo unas migajas en los consejos regionales. “Ganan” 7 bancas sobre 100 en Borgoña-Franco Condado, 15 sobre 209 en Île-de-France, 7 sobre 102 en Normandía, 18 sobre 183 en Nueva Aquitania, 5 sobre 93 en Pays-de-la-Loire, 9 sobre 77 en Centre-Val-de-Loire y 15 sobre 169 en el Gran Este. Nada en Auvergne Rhône-Alpes, Occitania y Hauts-de-France. En cuanto a la región de Provenza-Alpes-Costa Azul, recordemos que en la primera vuelta LREM se presentó detrás de la bandera de LR y su cabeza de lista, Renaud Muzelier. Tras el cachetazo en las municipales, LREM sufrió una paliza en las regionales.

La debacle del RN-FN[3] de Marine Le Pen. Para medir el alcance del colapso electoral del RN-FN, una sola cifra podría bastar: en la segunda vuelta de las regionales de 2015, el FN-RN sacó a nivel nacional 6.820.447 votos (27.1%), un 15% del padrón. El 27 de junio sacó 2.908.253 votos (19%), un 6.3% del padrón, ¡o sea, una sangría de 3.9 millones de votos!

Las consecuencias son graves, por ejemplo en las tres regiones principales con presencia del RN-FN:

  • Hauts-de-France: en 2015 sacó 1.01 millones de votos, el 42.2% de los votos emitidos, o sea 23.9% del padrón. El 27 de junio sacó 346.918 votos, una pérdida de 668.744 votos, y representó el 8.2% del padrón.
  • Gran Est: en 2015 sacó 790.141 votos, el 36.1% de los votos emitidos, o sea el 20.3% del padrón. El 27 de junio sacó 290.552 votos, una pérdida de 499.589 votos, y representó el 7.5% del padrón.
  • Provenza-Alpes-Costa Azul: en 2015 sacó 886.147 votos, el 45.2% de los votos emitidos, o sea el 25.1% del padrón. El 27 de junio sacó 524.881 votos, una pérdida de 361.266 votos, y representó el 14.6% del padrón.

La baja en el número de electos es severa: Hauts-de-France 32 ahora contra 54 en 2015, Occitania 28 ahora contra 40 en 2015, Auvergne-Rhône-Alpes 17 ahora contra 34 en 2015, Grand Est 33 ahora contra 46 en 2015, Isla de Francia 16 ahora contra 22 en 2015, Normandía 15 ahora contra 21 en 2015, Pays-de-la-Loire 7 ahora contra 13 en 2015, Borgoña-Franco Condado 18 ahora contra 24 en 2015, Bretaña 8 ahora contra 12 en 2015, Centro-Val-de-Loire 13 ahora contra 17 en 2021…

Según Jean-Marie Le Pen[4], que nunca ahorra burlas, los resultados del RN son consecuencia de su “demonización”, la “des-lepenización” del partido y su nueva compatibilidad con la Quinta República y sus instituciones. Parece que el RN perdió el alma y el corazón de lo que históricamente era la extrema derecha francesa. Si Le Pen lo dice…

¿El regreso de LR y el PS? En el barullo, el electorado de los poderes ejecutivos regionales salientes fue, en comparación, menos abstencionista. El famoso “bono de salida” es obviamente solo relativo, una falsa victoria electoral puede enmascarar una verdadera derrota política.

Así, el gran ganador del 27 de junio sería la derecha republicana, y principalmente LR, que ganó 7 regiones y 64 departamentos. ¿En serio? Veamos a qué corresponde esta “victoria”.

En 2015, en la noche del balotaje de las elecciones regionales, a nivel nacional, la “derecha republicana” sacó 10.127.617 votos, el 40.2% de los votos emitidos, o sea el 22.3% del padrón. El 27 de junio de 2021 sacó recogió 5.789.046 votos, una pérdida de 4.3 millones de votos, o sea el 12.6% del padrón. ¡Curiosa “victoria” cuando el ganador pierde casi el 43% de su electorado de una elección a otra! Curiosa “victoria” cuando sabemos que una de las principales figuras por las que apuesta la burguesía, Xavier Bertrand, no es parte de LR, o que Muzelier, que fue en una lista con LREM desde la primera vuelta, pasó por alto las consignas de LR e incluso se pide su expulsión.

Entretanto, la “izquierda institucional”, y sobre todo el PS, dice estar satisfecha con los resultados. El “bono de salida” funcionó y el PS mantuvo las cinco regiones que lideraba con sus aliados: Nueva Aquitania, Occitania, Bretaña, Centro-Val-de-Loire, Borgoña-Franco Condado. ¿Pero satisfecho de qué? En 2015, en el balotaje de las regionales, a nivel nacional la “izquierda institucional” sacó 8.083.168 votos, o el 32.1% de los votos emitidos, o sea el 17.8% del padrón. El 27 de junio, la “izquierda institucional” sacó 5.305.173 votos, una pérdida de 2.7 millones de votos, o sea el 11.5% del padrón. ¡La “izquierda institucional” está, por tanto, satisfecha de haber perdido más del 35% de su electorado entre 2015 y 2021! ¿Está la “izquierda” satisfecha con el llamado de Manuel Valls y Jean-Paul Huchon a votar por Valérie Pécresse en Île-de-France, negándose a votar a una lista que se alió con Mélenchon y la FI[5]? También en Île-de-France la lista de “unión de la izquierda” que lidera Julien Bayou (EELV[6]), con Audrey Pulvar (PS con el PCF) y Clémentine Autain (FI), logró la hazaña en el balotaje, “unidos”, un score menor a la suma de sus respectivos resultados de la primera vuelta. Finalmente, el PCF perdió su último bastión histórico: el departamento de Val-de-Marne. Tras la pérdida del departamento de Seine-Saint-Denis y las derrotas sufridas en las municipales de 2020, la pérdida de Val-de-Marne viene a firmar la inexorable desaparición del partido estalinista.

¡De “izquierda”, derecha o centro, los electos golpeados por la ilegitimidad! La abstención quitó toda legitimidad de las urnas (imprescindible en la Quinta República) a los electos el 27 de junio. Como prueba de ello, en Hauts-de-France, Bertrand es elegido con el 52% de los votos, o sea sólo 16.7% del padrón. En Auvergne-Rhône-Alpes, Wauquiez fue electo con el 57% de los votos, o sea 17.8% del padrón. En Île-de-France, Pécresse fue electa con el 47% de los votos, o sea menos del 15% del padrón. En Provence-Alpes-Côte d’Azur, Muzelier sacó el 57.3% de los votos, o sea 19% del padrón. En Bourgogne Franche-Comté, la presidenta regional mejor elegida de Francia, Carole Delga (PS), sacó el 57% de los votos, o sea 20.1% del padrón. En Centre-Val-de-Loire, François Bonneau fue electo con el 39.1% de los votos, o sea 12.4% del padrón. En Nueva Aquitania, Alain Rousset es electo con el 39.5% de los votos, o sea 13.7% del padrón…

En conclusión, el colapso es generalizado. Enmarcados por la lucha de clases, desde la ley El Khomri hasta la ley (anti)laboral; los decretos, desde el 49-3 hasta el movimiento de los chalecos amarillos, desde la huelga contra la ley jubilatoria hasta la crisis sanitaria, las elecciones regionales han mostrado claramente la bronca que ruge en la población. Sobre todo bronca contra Macron, el presidente de los ricos; contra su política, su gobierno y su mayoría. Pero también bronca hacia todos aquellos a quienes las masas consideran responsables del continuo deterioro de su condición de existencia y de vida. Es toda la “clase” política, es decir todos los partidos domesticados por la burguesía y la Quinta República, la que fue derrotada. Desempleo, precariedad, pobreza, bajos salarios, carestía, ¡abajo ya no se puede más!

La burguesía, Macron y su camarilla lo saben perfectamente y no ignoran los “riesgos sociales” inherentes a la situación. Pero qué pueden hacer sino continuar con su trabajo sucio y “reformar”, es decir hacer que las y los trabajadores, jóvenes, jubilados y desocupados paguen el precio de la crisis del capitalismo. Como los tiburones, hay que nadar para no ahogarse. Macron no tendrá más remedio que seguir aplicando sus políticas antisociales, antiobreras, anti-jóvenes y anti-inmigrantes. Silencioso como un pez sobre los resultados electorales, aun así Macron declaró que las derrotas de 15 de sus ministros el 27 de junio no provocarían ningún cambio en su línea política. Sin embargo, no se excluye del todo un cambio “técnico”. La línea no cambiará.

La prueba, desde la tarde del 28 de junio, Macron recibió bajo el oro del Palacio de Versalles, y en el marco de la cumbre “Choose France”[7], a un centenar de jefes de multinacionales extranjeras (Intel, Netflix, Siemens, JP Morgan, Thyssen- Krups, Adecco, Moderna…) para elogiar los méritos y ventajas de Francia (sobre todo, de su política) para los inversores. La alfombra roja se despliega para los explotadores, hambreadores, guerreristas, todos los honores son para los heraldos del capitalismo imperialista. A la vez, Macron invita a los “interlocutores sociales”, patrones y sindicatos, a una cumbre social entre el 5 y 9 de julio. Durante la última reunión de gabinete antes de la “pausa estival”, Macron anunciará oficialmente las reformas a que se compromete antes de terminar su mandato: jubilaciones, vejez y juventud.

Ya Laurent Berger, el secretario general reformador de la CFDT[8] advierte: “La CFDT se opone a un simple y brutal aumento de la edad de jubilación”. Advierte: “Hacerlo este otoño es políticamente loco por completo y socialmente será explosivo”. Sin embargo, Berger y la CFDT siguen a favor de establecer un plan de jubilaciones universal por puntos[9]. Para Martínez, secretario general de la CGT, dicha central “prepara la movilización necesaria para oponerse a nuevos ataques y plantear la demanda de un sistema de pensiones solidario de reparto con nuevos derechos”. Claramente, la CGT será una “fuerza de propuesta” y no practicará la política de la silla vacía. Cuanto más las masas van a la izquierda, más los aparatos van a la derecha. Macron puede contar pues con sus capataces sindicales para amordazar a la clase trabajadora. Las direcciones sindicales burocráticas recibieron un mismo y único mandato de los millones de huelguistas en diciembre de 2019: ¡retiro de la ley Macron sobre jubilaciones! ¡Nada más! ¡Los dirigentes sindicales no deben sentarse a la mesa de negociación!

Entre el ministro de Economía, Bruno Le Maire, partidario del anuncio y rápida aplicación de la suba de 62 a 64 años de la edad jubilatoria legal, y Jean-Pierre Raffarin, más prudente (¿la experiencia de las explosiones sociales?) que cree que “los franceses deben estar relativamente tranquilos para pensar bien”, el camino hacia la “reforma” es estrecho para Macron. Si Macron sabe que puede contar con que los burgueses “de izquierda” y los aparatos sindicales burocráticos para resistir, también sabe que se abrió la campaña electoral para las presidenciales. Si las masas no se interesan en ella, la pulseada se inicia en gran medida a derecha e izquierda. Incluso hay un montón de candidatos ya declarados o casi: Bertrand, Pécresse y Wauquiez (LR) están en la gatera, Marine Le Pen (RN), Jean-Luc Mélenchon (LFI), Fabien Roussel (PCF), Yannick Jadot, Eric Piolle y Sandrine Rousseau (EELV), Philippe Poutou (NPA), Anne Hidalgo, la intendenta del PS en París, que tiene un amplio patrocinio en el PS. Pronto habrá más candidatos que votantes. ¡Pero siempre habrá menos candidatos que huelguistas y manifestantes!

En política, las masas actúan por eliminación. La abstención ultra masiva del 27 de junio significa que no queda mucho antes de la ruptura. Para derrocar a Macron, y para defender sus intereses materiales y morales, la clase trabajadora sólo puede contar con sus propias fuerzas. Más que nunca, se requiere la existencia de un partido de trabajadores digno de ese nombre. Con la Liga Internacional Socialista, esto es por lo que milita La Comuna.

La Comuna

París, 2/7/21


[1] La República En Marcha (derecha gobernante).

[2] Los republicanos (derecha).

[3] Reagrupamiento Nacional-Frente Nacional (ultraderecha).

[4] Fundador del partido y padre de Marine.

[5] Francia Insumisa (centroizquierda).

[6] Los Verdes (centroizquierda).

[7] Elegir Francia, en inglés.

[8] Central sindical pro-patronal.

[9] O de capitalización.