Por Alberto Giovanelli
Esta última semana la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador –CONAIE y diferentes organizaciones sociales, dieron inicio a una movilización nacional e indefinida. Como respuesta el Gobierno de Lasso informó este Martes 14 la detención de Leónidas Iza, principal dirigente de CONAIE. Por estas horas la protesta instaló concentraciones, piquetes y cortes de ruta en varias regiones y se profundiza la movilización a lo largo y ancho del país.
La protesta enfrenta al presidente Guillermo Lasso y toda su política económica, que como sucede en toda América Latina, es de sumisión absoluta al FMI y que necesita acompañar con nuevos actos de represión para enfrentar los reclamos indígenas , campesinos y de los diferentes movimientos sociales.
Las movilizaciones se hacen alrededor de un pliego de reclamos, que giran fundamentalmente en torno a: 1. Una protesta por el aumento del combustible 2. Moratoria de 1 año en el sistema financiero para que las familias paguen sus deudas, 3. Precios justos en los productos del campo, 4. Empleo y derechos laborales, 5. No a la minería en territorios indígenas ni fuentes de agua, 6. Respeto a los 21 derechos colectivos, 7. No a la privatización de los sectores estratégicos, 8. Políticas de control y contra la especulación de precios, 9. Presupuesto urgente para salud y educación, entre otras.
Estos reclamos son una réplica casi idéntica a los que se exigían en Octubre del 2019 cuando también la movilización popular acorraló al gobierno de Lenin Moreno, antecesor al de Lasso, que pudo sostenerse sólo por las negociaciones que la propia dirección de la CONAIE hizo a espaldas del pueblo con el Gobierno debilitado. Hoy la continuidad de las peleas , agudizadas por la crisis social que desató la pandemia, desenmascaran, por si fuera necesario, la imposibilidad de encontrar salidas en el marco de la crisis terminal del capitalismo.
Ni bien fue anunciado el último fin de semana «el paro por tiempo indeterminado», de parte de la CONAIE y organizaciones sociales, Lasso amenazó con el uso de la fuerza represiva, “advirtiendo” que el gobierno no permitiría el cierre de carreteras, ni la toma de pozos petroleros y de ningún servicio público. “Acciones que están prohibidas por la Constitución y las leyes”, dijo Lasso con el típico tono altanero que lo caracteriza. Debemos entender que la detención de IZA y la represión a estudiantes que se desató en Quito por la noche del Lunes 13 son el resultado de la aplicación de esas amenazas.
Además de la crisis económica, el país se encuentra en una crisis social de una gran profundidad, donde, por ejemplo, en menos de 16 meses, seis masacres carcelarias han dejado al menos 372 personas presas asesinadas. Por eso es que además de aplicar severos planes económicos que aumentan la miseria, ahora con el argumento de la inseguridad votan más leyes represivas. Así se presentó, nuevamente, la ley de “uso progresivo de la fuerza” en la Asamblea nacional (parlamento) que en el fondo, con el argumento de combatir la inseguridad incluyen artículos para que los órganos represivos del Estado, como la policía y las FFAA, violenten elementales libertades democráticas y facilitan una mayor represión contra la población.
La detención de Iza y la represión en Quito, provoca por estas horas la radicalización de las medidas por los sectores que se movilizan, por lo que resta esperar que en los próximos días, la protesta se extienda y profundice incluyendo a sectores de la clase trabajadora urbana a pesar del retraso de las direcciones sindicales tradicionales para expresar el apoyo al nuevo proceso de resistencia y ofensiva popular.
Por último, la crisis terminal del correísmo, hace casi imposible que ese sector el de la «Revolución Ciudadana» juegue ningún rol progresivo en este proceso. Sus dirigentes solo se remiten en algunos casos a declaraciones de compromiso.
Una vez más el pueblo ecuatoriano demuestra su disposición a la lucha y por eso los socialistas revolucionarios participamos de las mismas y a su vez nos planteamos la necesidad impostergable de construir una alternativa anticapitalista , socialista y revolucionaria que impida que este nuevo proceso pueda ser canalizado y desviado por direcciones no confiables, como lamentablemente ha ocurrido ya en varias oportunidades. Ese es nuestro compromiso.