Está en curso la aplicación de los acuerdos que alcanzaron en 2022. Sánchez y Mohamed VI entrelazan intereses políticos y comerciales. Apoyar el reclamo por la libertad del pueblo saharaui es una tarea sistemática e impostergable.
Por Chaiaa Ahmed Babá
Con la hoja de ruta de 2022
El miércoles 22 Pedro Sánchez se reunió con el rey de Marruecos, Mohamed VI en el Palacio Real de Rabat. Según la opinión del presidente español, la visita certifica la mejor relación entre ambos países en décadas. Según la nuestra, reconfirma su reaccionario giro contra la justa causa por la libertad del pueblo saharaui. El año pasado Sánchez asumió como propio el plan de autonomía marroquí contra la autodeterminación y lo calificó como el más “realista”, un eufemismo para suavizar un rumbo pro imperialista norteamericano, el saqueo de las riquezas del Sáhara Occidental, los grandes negocios y la represión fronteriza a los africanos que quieren entrar en la Unión Europea.
Negocio Mundial, intercambio comercial y saqueo de recursos
Los capitalistas aprovechan las gestas deportivas para obtener ganancias millonarias; los gobiernos para obtener réditos políticos y los regímenes autoritarios para lavar su imagen. El Mundial que se realizará en 2030 no será una excepción y, desde que comenzó la disputa por la obtención de las plazas, entrelaza los intereses de los países que serán anfitriones, en este caso, España, Portugal y Marruecos, sin incluir a los territorios saharauis, cuestión que sí se incumple implicaría una violación internacional a los derechos del Sáhara. Luego de la reunión de las autoridades ibéricas con el jefe del Gobierno marroquí, Aziz Ajanuch, declararon “Habrá muchas oportunidades para las empresas españolas, que están muy bien situadas”, entre otros proyectos, para la construcción de una red regional de ferrocarriles. El intercambio comercial también ratifica el estrechar de manos español marroquí ya que en el 2022 superó por vez primera los 20.000 millones de euros. El saqueo de los fosfatos, la pesca, los minerales, los recursos renovables, la arena, la energía solar y la eólica es un accionar compartido entre las multinacionales, el imperialismo y los gobiernos de España y Marruecos que pasan por encima del único interlocutor válido del pueblo saharaui, el Frente Polisario.
A confesión de partes, relevo de pruebas
También destacaron la “excelente cooperación en la lucha contra la migración irregular, el narcotráfico y el terrorismo”. En otros términos, las acciones contra los inmigrantes, particularmente en las fronteras externas donde miles de personas mueren en el mar, son devueltas al horror del que escapan o brutalmente reprimidas. La “cooperación” que tienen en mente es la represión en común, como la que llevaron a cabo en la masacre de Melilla, ocasión en la que terminaron con la vida de decenas de personas a través de un operativo conjunto de las fuerzas de seguridad de ambos países.
Descaro sobre Palestina
También abordaron el tema de la guerra en Medio Oriente. Marruecos valoró “muy positivamente la valiente posición que ha mantenido desde el inicio el Gobierno de España en esta crisis”. Es una desvergüenza ya que, más allá de algunas críticas justas, Sánchez apoya la existencia el Estado sionista y Marruecos lo ha reconocido, en abierta traición al pueblo palestino. Es algo particularmente grave cuando el ejército israelí que comete un genocidio, matando principalmente a miles de niños, también asesora y brinda armas sofisticadas al ejército marroquí en guerra contra el Polisario.
Por un Sáhara Libre
No hay que dejar pasar ninguna de las puñaladas de Sánchez y de quienes dicen apoyar al Sáhara, como hacen Sumar y Podemos, pero permanecen en el gobierno sin exigencias determinantes a favor de la autodeterminación. La Liga Internacional Socialista (LIS) continuará apoyando activamente la causa saharaui, es una tarea a la que ninguna organización que se diga democrática, progresista o de izquierda le debería darle la espalda. La unidad movilizada de los pueblos árabes y africanos con los trabajadores señala el rumbo contra los opresores y explotadores capitalistas en la perspectiva de una salida socialista.