Elecciones legislativas anticipadas en Francia

Por Gérard Florenson

La disolución de la Asamblea Nacional y las elecciones a muy corto plazo están generando una gran preocupación entre quienes temen la llegada de la extrema derecha al poder. Muchos esperan que la unión electoral de partidos de izquierda y ambientalistas pueda ayudar a evitar este peligro. Sin hacerse ilusiones sobre la dirección de estos partidos que han demostrado su incapacidad y el juego mezquino de las ambiciones personales, piensan que, dados los plazos, no queda otra opción. Sólo tenemos que escuchar a nuestro alrededor a los activistas sindicales y asociativos, a los trabajadores y a los jóvenes, a todos aquellos que temen una terrible regresión de los derechos y libertades sociales. Los resultados de las convocatorias unitarias a manifestarse, muestran que está surgiendo un movimiento importante y a los dirigentes les gustaría que permaneciera en el campo electoral.

Los revolucionarios deben equiparse en cada etapa con tácticas apropiadas que combinen el apoyo a nuestra clase en su experiencia con la advertencia y denuncia de los líderes reformistas. Debemos inspirarnos en la forma en que Trotsky abordó la situación en el Frente Popular y en los comités de acción. 

Comprendemos a quienes, con la intención de evitar un gobierno de extrema derecha, llaman a votar al Frente Popular, pero como revolucionarios debemos advertir inmediatamente sobre el resultado. Si se elimina el peligro de la extrema derecha en el poder, no será un retorno a la normalidad sino el comienzo de un período de gran inestabilidad política, luchas sociales y enfrentamientos, y esto a pesar de la voluntad de los líderes del Frente Popular y de los burócratas sindicales que pedirán calma y respeto a la legalidad republicana. De este modo demostrarán que su programa común es una impostura porque cualquier progreso serio requiere cuestionar el poder de los capitalistas. 

Estudiantes universitarios en acampes y bloqueos en solidaridad con Palestina

Esto es lo que debemos decir a quienes hoy están en las calles y mañana votarán contra la extrema derecha. Bloquear por todos los medios el camino de RN hacia la Asamblea Nacional es un comienzo necesario pero es sólo un comienzo porque quien no avanza, retrocede. Y al mismo tiempo los revolucionarios deben construir la herramienta política de lucha, al menos un frente unitario que no sea un simple acuerdo electoral. 

¿Misión imposible? El estado de las fuerzas de la izquierda revolucionaria en Francia no fomenta el optimismo. Hace veinte años, las tres principales organizaciones trotskistas reunían a miles de activistas, eran visibles en las elecciones y tenían funcionarios electos locales. Hoy estamos lejos de eso: escisiones, pequeños grupos marcados por el sectarismo, excesos oportunistas, el último de los cuales es la unión sin principios al Frente Popular de la antigua dirección del NPA, a cambio de un puesto.

Manifestación en solidaridad con las personas sin papeles.

Pero también tenemos motivos para tener esperanza. La desintegración de los viejos aparatos, empezando por el partido estalinista, abre un espacio. Entre los jóvenes, las movilizaciones y tomas de facultades en apoyo a Palestina, como las acciones en defensa del medio ambiente; las huelgas contra la super explotación que quieren imponer en el marco de los JJOO; y en las últimas semanas, las masivas acciones contra la extrema derecha muestran voluntad de lucha. Las organizaciones revolucionarias son, por el momento, modestas. Pero además de tener militantes activos y reconocidos en empresas, localidades y con una fuerte participación en las luchas, contamos con partidos como el NPA-R que busca construir ese polo a extrema izquierda, reagrupar a las y los revolucionarios, y será parte de estas elecciones.

Y a esos miles que se encuentran desanimados, que quizás han hecho campaña, a veces durante años, en nuestras organizaciones, muchos no han abandonado sus ideas, sino que por el contrario están en sindicatos y asociaciones donde creen que son más útiles para su clase. Depende de nosotros mostrarles que el compromiso político es igualmente fundamental.