Ayer por fin se cerró una larguísima batalla electoral. Quién gobernará al Paraguay por 5 años más será nuevamente la ANR con Mario Abdo Benítez a la cabeza. En su discurso final Marito se mostró conciliador, se replanteó gobernar para los colorados y anunció que lo hará “para todos los paraguayos”. Estas palabras demuestran debilidad y la preocupación de la burguesía frente al panorama que se viene
Un fenómeno internacional, contradictorio y abierto
Nuestra corriente internacional definió el carácter de la crisis capitalista desatada en 2008 como de alcance sistémico. Esa realidad continúa y Paraguay no es ajena a sus idas y vueltas. En el mundo hay guerras imperialistas y de rapiña, revoluciones democráticas, movilizaciones de masas y una fuerte polarización social y política. Surgen fenómenos a derecha como Trump en EEUU con un discurso conservador, racista, misógino y de odio. Pero como contracara se da una multiplicación de la resistencia y oposición en las calles, principalmente de las mujeres, seguidas por lxs negrxs y latinoamericanxs. Paraguay atraviesa también un fenómeno de polarización. Por un lado, las movilizaciones estudiantiles atacadas por grupos de choque vinculados al gobierno de Cartes, y a la vez una radicalización que incluye tomas de instituciones como la Escuela de Ciencias Sociales, la Católica y varios colegios fundamentales de Asunción. Este año con la suba de los pasajes hubo movilizaciones importantes y otra vez choques con pandillas coloradas.
El apretado triunfo colorado de “Marito” se da en este marco. Incluso con movilizaciones de comunidades como lxs chacariteñxs que paralizaron las obras de la ampliación de la costanera en la capital denunciando desalojos y posibles inundaciones. Hay luchas por vivienda y el campesinado pobre que sigue reclamando por tierra para el que la trabaja. En síntesis: la verdadera oposición al régimen colorado está en las calles, en las luchas, no en la política tradicional.
Liberales y Lugo: los límites del falso progresismo
El frente opositor “anti-colorado” estuvo cerca de ganar las elecciones. Capitalizó en parte un voto castigo al stronismo, pero sin movilizar entusiasmo ni generar expectativa. Ocurre que en lo fundamental, en el modelo de país extractivista con la producción de soja transgénica, deforestación de bosques, entrega de nuestras reservas de agua al servicio de las transnacionales y la supexplotación de lxs trabajadorxs, en todo eso, de fondo liberales, luguistas y colorados tienen acuerdo estratégico. En todo el continente está quedando claro los límites de los proyectos llamando “progresistas-bolivarianos” que no cuestionan las bases capitalistas de nuestros países ni sus regímenes de castas políticas privilegiadas. La oportunidad que desaprovecharon cuando les tocó gobernar, con recursos económicos y apoyo social, los condena como proyecto ya superados por la historia. La clave ahora pasa por los desafíos que tenemos en el campo de la izquierda anticapitalista de Paraguay y el continente.
¿Y qué tareas tenemos lxs anticapitalistas?
La oposición tradicional a los colorados no va a cambiar este modelo, eso está claro. El mismo Efraín Alegre, candidato por la Alianza Ganar había sido cómplice del golpe a Lugo y el Frente Guasú no tuvo vergüenza en seguir a Cartes en busca de la enmienda constitucional para la reelección en marzo del 2017, proceso que terminó con la muerte de Rodrigo Quintana en manos de la policía cartista. Es decir: son dos variantes de la misma estrategia de un Paraguay para el 1 %. Para nosotrxs, la tarea es profundizar y coordinar todos las luchas, radicalizarlas hasta el final, para ganar. Fortalecer la unidad obrero-estudiantil y campesina, potenciar el movimiento de mujeres por toda su agenda feminista y cuestionar de conjunto este modelo de corporaciones, stronistas, privilegiados, burócratas y falta de perspectivas para el 99 % de nuestro pueblo. Nuestras causas son el trabajo para todo, la educación pública, el no pago de la deuda externa, terminar con la violencia de género y legalizar el aborto. Reivindicamos a fondo la necesidad de una profunda reforma agraria, sin agronegocios y repoblando el campo a partir de quiénes lo trabajan de verdad. Nuestra bandera también es la de desmantelar esta democracia de pandillas por una real, sin privilegios y donde el pueblo decida todo. Y luchar por memoria, verdad y justicia para todos los crímenes del stronismo. Somos una nueva generación de trabajadorxs, de mujeres y estudiantes. Somos el relevo para cambiar de raíz Paraguay
Alternativa Socialista: por la unidad de las luchas, la izquierda y los movimientos sociales
Aunque no somos electoralistas, creemos que los socialistas tenemos que dar pelea en todos los terrenos. Somos críticos de organizaciones con influencia en sectores campesinos y populares que desecharon la oportunidad de levantar una candidatura antiimperialista, anticapitalista e independiente como opción a este desgastado bipartidismo. El Congreso Democrático del Pueblo del maoísmo y el PC de Paraguay, podría haber jugado un papel positivo en ese sentido. Su decisión de no participar, allanó el camino a la confusión del voto “castigo” concentrado en la Alianza Ganar, como “mal menor”. Ahora, queda por delante, centrar todo en el proceso de lucha de clases y volver a centrar en lo que nos une y seguir debatiendo de cara a la juventud y el movimiento de mujeres los matices y diferencias. Nuestro planteo es claro: hace falta un nuevo proyecto anticapitalista, feminista, ecosocialista e internacionalista que luche por una salida en Paraguay para lxs que nunca gobernamos. En ese camino, Alternativa Socialista se construye para contribuir a esa estrategia. Estamos convencidxs que hace falta unir en base a un programa de cambios de fondo a la izquierda política y los movimientos sociales. Es urgente. De nuestra somos optimistas, porque como decía el fundador de nuestra corriente internacional, el revolucionario Nahuel Moreno:”Podemos triunfar si luchamos con rabia. No existe dios que haya fijado que no podamos hacerlo”.
Alternativa Socialista / Paraguay