En un nuevo aniversario de la Revolución China, se reavivan importantes debates que es necesario abordar.
Lo que conocen hoy de China las generaciones que se están iniciando en la lucha revolucionaria, es apenas su deriva capitalista, su régimen autoritario, de partido único; sus roces y enfrentamientos actuales en la guerra comercial con Estados Unidos. El crecimiento económico de los últimos 30 años, que la colocó como segunda economía mundial. Su versión de un supuesto “socialismo de mercado”, en el que el Partido Comunista se ha convertido en el partido de los grandes millonarios. Pero, detrás de esto subyace la historia de una colosal revolución agraria (1), que alcanza el triunfo el 1 de octubre de 1949 cuando fue declarada la creación de la República Popular. Proceso que junto con la Revolución Rusa constituyen dos grandes hechos del siglo XX.
Ese país de 500 millones de habitantes, y que triplica la superficie de Europa, vivió las primeras cinco décadas del siglo XX cruzado por guerras, guerras civiles, ocupaciones extranjeras y revoluciones. Con el contexto de dos guerras mundiales y del triunfo de la Revolución Rusa y su posterior estalinización. Nunca durante ese periodo la burguesía china, una clase pusilánime y dependiente supo desarrollar un proyecto nacional. Ese tiempo estuvo también marcado por los enfrentamientos y, por momentos, las alianzas, éstas últimas forzadas por Stalin, entre el Partido Comunista (PCCh) de Mao y el Kuomintang (2) (KTM) de Chan Kai-Shek.
El triunfo de la Revolución China, con todas sus contradicciones, significó un duro golpe al imperialismo norteamericano y abrió camino a la revolución indochina, que desembocaría en el triunfo de la revolución vietnamita en 1974. E inició un debate en la izquierda, con particular intensidad en la IV Internacional (3).
La revolución
El antecedente de la revolución agraria del ‘49 es la revolución obrera que se desarrolla entre 1925 y 1927. En este proceso se combinan desde 1919 un movimiento antiimperialista encabezado por los estudiantes y profesores, el movimiento del 4 de mayo. Y por otro, las luchas obreras que se desarrollan en ascenso también desde entonces (4). De la síntesis de estos dos movimientos se crea en 1921, el Partido Comunista Chino que pasa de 50 militantes en su fundación a contar 600.000 miembros en 1926. Dirigido por Chen Thu-Siu (5) el partido lanza la huelga general en Shanghái, y toma el control de la ciudad. Presionados por Stalin aliado de Chan Kai-Shek y el KMT, los obreros entregan las armas cuando este ingresa a la ciudad y la revolución es aplastada.
El resultado de esta derrota es la Larga Marcha, de un sector del PCCh hacia el campo y la formación de un Ejército de Liberación del Pueblo que al tiempo que enfrenta la contrarrevolución interna del KTM, promueve a su paso la entrega de tierra a los campesinos, se convierte en ejército de liberación nacional al enfrentar la invasión japonesa que se desarrolla desde 1931.
El repliegue defensivo del ELP dirigido por Mao, se transforma en ofensiva desde finales de la década del 30 y luego de finalizar la segunda guerra mundial, en guerra civil para enfrentar a los ejércitos de Chan Kai-Shek, que se subordinaban al imperialismo norteamericano. Con el ingreso a Pekín el 1 de agosto de 1949 se proclama la República Popular China y empieza otra etapa en la revolución.
Avances, contradicciones y construcción de un orden burocrático
La guerra de Corea y la presencia del ejército norteamericano en la frontera norte de China, empujan al nuevo gobierno a profundizar medidas que no tenía planteadas: la repartición de la tierra en todo el país, yendo en contra de los terratenientes y nobles rurales. En las ciudades luego de un periodo de conciliación con la burguesía urbana para intentar reactivar la industria, la burguesía comienza con sabotajes a la producción y a la distribución y es señalada como objetivo por el gobierno de la “Nueva Democracia”, provocando el éxodo masivo y la absorción de sectores de esta. Mientras que por los intentos de industrialización la clase obrera se multiplica y crece pasando de tres millones antes de 1949 a quince millones en 1953. En el caso de las mujeres también se puede medir algunos avances, aunque como todos en este proceso, contradictorios. La ley de matrimonio que elimina los matrimonios arreglados y permite el divorcio administrativo de común acuerdo o el acceso de la mujer a la propiedad de la tierra logrado luego de la reforma agraria son algunos de ellos. Sin embargo como muestra de las contradicciones puede decirse que aunque el Frente Democrático de Mujeres dirigidas por el PCCh organiza 20 millones de mujeres en 1949 y 76 millones en 1956, solo el 10% de los miembros del Partido eran mujeres.
Pero donde más se pueden ver las contradicciones es en la disputa política. El partido se convierte en un partido estado. El “Gran timonel” como se llamaba a Mao, concentra en sus manos la presidencia de la Nueva República, es presidente del Partido y de su Comisión Militar. Limitando todo tipo de participación democrática de la sociedad. Y asegurándole a los cuadros y miembros destacados privilegios y la concentración casi absoluta del poder.
Estas contradicciones se expresan en dos procesos políticos que se dan posteriormente: en primer lugar en 1957 y para presionar al aparato del PC, Mao denuncia en un mismo discurso la sobrevivencia de la ideología burguesa y la carga del estilo burocrático, llamando a que “florezcan cien flores y cien escuelas rivalicen”, abriendo camino al cuestionamiento creciente por parte de sectores de la intelectualidad y los estudiantes en un proceso que se escapa de su control y que es censurado por la prensa oficial y reprimido duramente por el partido.
El otro es la Revolución Cultural. Con el contexto de una fuerte disputa fraccional en la cúpula del partido y el gobierno, en 1965 estas diferencias se hacen públicas en el frente cultural, de ahí su nombre. Todas las fracciones convocan movilizaciones de masas para reforzar su postura. Y entonces comienza los reclamos por los derechos políticos, estallan las contradicciones sociales, el proceso se vuelve contra las desigualdades y cuestiona a las cúpulas y sus privilegios. Para mediados de 1966 el movimiento estudiantil entra en ebullición y Mao lanzó su consigna de “Bombardead los Estados Mayores”, claramente contra un sector de la cúpula del partido y el estado e impulsa la formación de los guardias rojos y los comités revolucionarios. El movimiento se extiende a la clase obrera, pero más allá de la aspiración de mayores libertades y derechos sociales no tiene una conducción independiente del aparato y es manipulado por las cúpulas. Mao, una vez recuperada su preeminencia en el aparato, se pone claramente del lado de la reconstrucción del orden burocrático.
Un símbolo de este posicionamiento es el inicio de la normalización de las relaciones chino-norteamericanas. En 1971 mientras se producía la brutal ofensiva de Estados Unidos contra Vietnam, Mao recibe a Nixon presidente de norteamericano para iniciar esa normalización.
La oportunidad perdida
Sin pretender sacar todas las conclusiones que se desprenden de este proceso es necesario señalar al menos tres de las características que le dio al mismo la dirección china, orientada por el stalinismo de la URSS yque llevaron a que esta enorme oportunidad para superar al capitalismo se perdiera: en primer lugar la forma bonapartista burocrática tanto del régimen político como del partido en contra de un verdadero régimen de democracia obrera y popular. En segundo término, el nacionalismo extremo de la dirección política tanto de China y sobre todo de la URSS, que impidió que iniciara un camino hacia la federación socialista de dos de los países más poderosos de la tierra que se encontraban en proceso de transición postcapitalista, rompiendo el principio del internacionalismo revolucionario. Y en tercer lugar la contrarrevolución burocrática con la que la dirección china enfrentó las acciones independientes de sus trabajadores, estudiantes y campesinos, al contrario de impulsar un rumbo de revolución permanente.
La Revolución China se dio en el contexto de una gran crisis mundial como la que en la actualidad atraviesa el sistema capitalista. Y probó que los explotados y oprimidos tiene la energía, la capacidad de entrega y sacrificio suficiente para intentar con éxito superar el capitalismo. Tener en cuenta los principios que señalamos más arriba es imprescindible para no desperdiciar la próxima oportunidad que la realidad nos presente.
Carlos Carcione
1. Esta revolución agraria sucede luego de la derrota de la revolución obrera de 1925-1927
2. Partido Nacionalista Burgués dirigido por el dictador Chan Kai-Shek
3. Las Revoluciones China e Indochina, Nahuel Moreno. https://www.marxists.org/espanol/moreno/obras/06_nm.htm#_Toc532482461
4. En 1918, de acuerdo a informes incompletos, se recuerdan 25 huelgas en el país, que abarcaron a 100.000 obreros. En 1922 fueron 91, que abarcaron 150.000 obreros. El movimiento creció con sorprendente rapidez y militancia. El primero de mayo en Shanghái 100.000 obreros marcharon por las calles y dos veces esa cantidad lo hicieron en Cantón. Informes contemporáneos describieron como en Wuchang, Hanyan y Hankow, a pesar de la rigidez de la ley marcial, aparecieron banderas rojas en los barrios obreros ” (citado en Las Revoluciones China e indochina)
5. Quien rompe con el Stalinismo en 1929 para construir la Oposición de Izquierda (Trotskista)