Peter Solenberger
El 24 de junio, el socialdemócrata Zohran Mamdani ganó las elecciones primarias del Partido Demócrata a la alcaldía de Nueva York, de manera informal, ya que en las primarias se votó por orden de preferencia y los resultados definitivos no se publicarán hasta el 1 de julio.
Mamdani obtuvo el 43,5% de los votos de primera opción; Andrew Cuomo, su oponente, el 36,4%; y Brad Lander, el 11,3%. Como Mamdani y Lander se apoyaron mutuamente, los votos de segunda opción de Lander irían presumiblemente a Mamdani y le darían la mayoría. En lugar de prolongar la humillación, Cuomo cedió.
Mamdani se presentó con una plataforma de reformas municipales que incluye la congelación de los alquileres de un millón de apartamentos con alquiler regulado, boletos gratuitos para autobuses, guarderías gratuitas (o subvencionadas), tiendas municipales de alimentos en los «desiertos alimentarios» y el aumento del salario mínimo en Nueva York a 30 dólares la hora. Los resultados muestran un amplio apoyo a esas medidas.
Mamdani tiene 33 años, es musulmán de ascendencia india y procede de una familia acomodada. Tiene trayectoria en el activismo estudiantil y comunitario, también en solidaridad con Palestina, y es miembro del DSA (Socialistas democráticos de América). No hizo énfasis en su activismo ni pertenencia al DSA en su campaña, pero tampoco renunció a ellos.
La campaña de Mamdani hizo un hábil uso de las redes sociales y desplegó miles de jóvenes voluntarios. El candidato obtuvo buenos resultados entre los votantes blancos, latinos, asiáticos y jóvenes, y no tan buenos entre los votantes negros, judíos y adultos mayores.
Mamdani tiene muchas posibilidades de ganar las elecciones municipales de noviembre, pero su victoria no está asegurada. El New York Times y el Washington Post, son los principales medios de comunicación liberales de la clase dominante estadounidense. El Post es propiedad de Jeff Bezos, que también es dueño de Amazon y hasta hace poco fue el hombre más rico del mundo hasta que Elon Musk lo desplazó. Bezos podría recuperar su título, ya que las payasadas políticas de Musk hunden a Tesla y sus cohetes Starship siguen explotando. Aquí está la opinión capitalista liberal del Post sobre la elección de Mamdani, citada en extenso porque es muy reveladora:
Ahora, un hombre que cree que el capitalismo es un «robo» aspira a dirigir la mayor ciudad del país y la capital financiera del mundo. Sus principales ideas son «tiendas de alimentos de propiedad municipal», la eliminación de las tarifas de autobús, la congelación de los alquileres de un millón de apartamentos regulados y el aumento del salario mínimo a 30 dólares. Sin duda, a algunos votantes les parecerán ideas tentadoras. Pero, como ocurre con tantas propuestas de la extrema izquierda estadounidense, las contrapartidas perjudicarían a las personas a las que se supone que deberían ayudar.
Un salario mínimo masivo deprimiría el empleo poco calificado. La congelación de los alquileres reduciría la oferta de vivienda y disminuiría su calidad. El recorte de las tarifas de autobús dejaría un agujero en la financiación del transporte que, a menos que se cubriera de algún modo, erosionaría el servicio. Mientras tanto, el negocio de los alimentos funciona con márgenes estrechos, y su plan para las tiendas gestionadas por la ciudad probablemente daría lugar a menos opciones, mal servicio y escasez, ya que las tiendas privadas cerrarían en lugar de intentar competir con las tiendas subvencionadas por la ciudad.
Mamdani ya había pedido la desfinanciación y el desmantelamiento de la policía y, aunque bajó el tono, sigue oponiéndose a la contratación de más agentes.
El candidato reconoce al menos un obstáculo: impuestos aún más altos en una ciudad donde ya son elevados. Quiere imponer un impuesto sobre el patrimonio del 2% anual al 1% de los neoyorquinos más ricos y aumentar el tipo del impuesto de sociedades del 7,25% al 11,5%. La Gran Manzana ya sufre la fuga de capitales. Los fondos de alto riesgo y otras personas ya se trasladaron a lugares más favorables para los negocios, como Florida. Los planes fiscales de Mamdani estimularían el éxodo empresarial y expulsarían a más ricos de la ciudad, socavando la base impositiva y dificultando el mantenimiento de los servicios existentes.
Los donantes más adinerados y los medios de comunicación corporativos se apoyarán en el Partido Demócrata para sabotear la campaña de Mamdani negándole apoyo y financiación. Cumo y el actual alcalde Eric Adams, que han presentado su candidatura como independientes en noviembre, podrían llegar a un acuerdo por el que uno se retiraría en favor del otro.
En caso de ganar, Mamdani se enfrentará a grandes obstáculos. Propone financiar sus reformas con un impuesto sobre el patrimonio y un aumento del impuesto de sociedades. Pero el alcalde no tiene control sobre ninguno de los dos, y la gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, ha descartado cualquier subida de impuestos. Sin financiación, sus reformas serán derrotadas por las fuerzas del mercado, y no duraría mucho en el cargo.
Con movilización de masas de trabajadores y oprimidos, Mamdani podría vencer la resistencia que presenten los capitalistas. Pero aún no es esa la realidad.
A falta de una movilizaciones masivas, es más probable que Mamdani se convierta en otro Brandon Johnson, actual alcalde de Chicago. La trayectoria de Johnson incluso le saca ventaja a la de Mamdani, ya que fue profesor en las escuelas públicas de Chicago durante muchos años y activista en el Sindicato de Profesores de Chicago (CTU). Aceptando los límites de su cargo, Johnson no llevó a cabo sus reformas progresistas, decepcionó a su base y le será difícil ganar un segundo mandato en 2027.
La victoria de Mamdani ha entusiasmado a los activistas que quieren creer en la posibilidad de ganar reformas a través de las elecciones y recuperar el Partido Demócrata como un partido popular. Casi se habían dado por vencidos tras las decepciones de los gobiernos de Barack Obama y Joe Biden, las candidaturas fallidas de Hillary Clinton y Kamala Harris, la escalada de Bernie Sanders, y la integración de Alexandria Ocasio-Cortez, y el Escuadrón del Congreso.
El titular de un artículo publicado el 25 de junio por Liza Featherstone en el sitio web Jacobin capta ese cambio: En un momento político sombrío, Zohran Mamdani ofrece esperanza.
La victoria de Mamdani confirma lo que vemos en las grandes concentraciones contra Donald Trump. Son muchos los trabajadores y jóvenes que quieren resistir. Los marxistas revolucionarios honramos ese impulso. Al mismo tiempo, tenemos que explicar pacientemente que los demócratas son un partido del neoliberalismo y la guerra. Sus políticos se ven obligados a elegir entre estar de acuerdo con lo que saben que está mal o ser expulsados de sus cargos.
Los marxistas revolucionarios no deben presentarse como demócratas ni apoyar a los demócratas. Como resultado, es poco probable que los candidatos que apoyamos ganen elecciones por encima del nivel municipal. Pero para nosotros, en el nivel actual de la lucha de clases, las elecciones son para difundir ideas, no para ganar cargos.
A medida que los trabajadores y los oprimidos se movilicen, la situación cambiará. Los trabajadores movilizados exigirán representación política, un partido obrero de masas. Las elecciones seguirán siendo principalmente una cuestión de ideas, pero la elección de trabajadores y revolucionarios permitirá una mayor proyección de esas ideas.
Las luchas decisivas surgirán de la organización en el lugar de trabajo, la comunidad y el ejército, con manifestaciones, huelgas, piquetes, ocupaciones y autodefensa organizada. Para ganar, los trabajadores necesitarán un partido revolucionario de masas, no sólo un partido electoral. Una conversación que debemos empezar a tener.




