Por Partido Comunista de los Trabajadores

En el torbellino de las relaciones mundiales, conviene mantener todas las piezas juntas. Incluso las aparentemente menores, pero no por ello insignificantes.

El nuevo plan criminal de Netanyahu está en el centro de la escena internacional, al igual que la anunciada reunión entre Trump y Putin sobre la guerra en Ucrania. Los dos asuntos son formalmente distintos, y cada uno tiene obviamente sus propias especificidades. Pero, ¿significa esto que carecen de posibles puntos de contacto?

El diario La Repubblica (8 de agosto) proporciona una información interesante al respecto, confirmada por Axios, y no desmentida: Netanyahu «ya ha discutido [el plan de ocupación de Gaza] con la administración estadounidense y también con el presidente ruso Vladimir Putin, con quien, según un comunicado de la oficina del primer ministro, el primer ministro habló a principios de esta semana«.

Se trata, pues, de información oficial, comunicada por el criminal jefe del Estado sionista y hecha pública deliberadamente por él. Es un hecho. Significa que el criminal Netanyahu está buscando apoyo en todas direcciones. Primero, por supuesto, con la administración estadounidense, su gran protectora. Pero también con Putin, lo que será una sorpresa para algunos. No para nosotros.

Después de su relación privilegiada con el imperialismo estadounidense, Israel ha cultivado durante mucho tiempo su propia relación con el imperialismo ruso. Como ya hemos señalado, existe un entendimiento tácito entre Putin y Netanyahu, atestiguado por los hechos: el 24 de febrero de 2025 en la ONU Israel votó junto con Rusia y EEUU en contra de condenar la invasión rusa de Ucrania; Putin por su parte ha tenido mucho cuidado en los dos últimos años de no oponerse a la guerra genocida de Israel en Palestina; no ha prestado ninguna ayuda a Irán cuando Netanyahu lo bombardeó, y por el contrario ha hecho todo lo posible como posible garante del desarme nuclear iraní, como garantía para EEUU e Israel.

Ahora asistimos a otro paso de la cínica diplomacia imperialista. Netanyahu busca cobertura, y en todo caso no beligerancia, para su nueva ocupación militar de Gaza. Putin está dispuesto a ofrecérsela, y por reflejo a ofrecérsela al imperialismo estadounidense, si éste a cambio da satisfacción a las ambiciones anexionistas del imperialismo ruso en Ucrania. Netanyahu podría hablar bien del caso, en su propio interés.

Nosotros no hacemos predicciones. Observamos los hechos y los interpretamos.

Ciertamente, quienes ven en la Rusia de Putin la primera línea del progreso histórico se verán cada vez más sometidos a lluvias de hielo. Meditad, gente, meditad.