Un veredicto al capitalismo ucraniano.
Por Oleg Vernik. – presidente del Sindicato Independiente de Ucrania «Zahist Pracі» («Protección laboral»)
Durante dos semanas se desarrolló una verdadera tragedia ecológica en Ucrania relacionada con incendios forestales masivos en la zona de exclusión de Chernóbil. Los incendios barrieron enormes zonas boscosas y rodearon de cerca la central nuclear destruida en 1986. Lo más riesgoso que hay ahora es un gran depósito de desechos radiactivos, que en caso de incendio representará un peligro no solo para nuestro país, sino también para toda Europa.
Durante dos semanas, las brigadas de bomberos que se movilizaron nacionalmente combatieron el incendio desesperadamente, pero solo la lluvia y la nieve caídas el 14 de abril pudieron detener el avance del fuego. En esa misma fecha, por la noche, el presidente Volodímir Zelensky habló por televisión, informó sobre la finalización del siniestro y agradeció al clima por la gran ayuda para la extinción. Pero el 15 de abril se reanudó el fuego y más de 500 bomberos siguen luchando contra él heroicamente.
El incendio de Chernóbil reveló todos los fracasos y crímenes directos de las autoridades capitalistas de Ucrania. Primero, debe tenerse en cuenta que las causas reales de estos incendios están asociadas a la deforestación ilegal en la zona de exclusión: los bosques son radiactivos y su utilización está estrictamente prohibida. Sin embargo, varias empresas ucranianas dedicadas al comercio de madera han talado indiscriminadamente los árboles y los han utilizado en la construcción, incluso valiéndose de documentos falsos para exportar bosque radiactivo a países de la Unión Europea, como leña o material para edificación. Para que las autoridades no atrapen a estos «empresarios» deforestando ilegalmente, año a año encubren sus crímenes con grandes incendios que ocultan su accionar extremo bajo el agua.
Por supuesto, el componente de corrupción participa activamente aquí, lo que durante muchos años ha estado neutralizando la supervisión de policías y fiscales. En esta temporada invernal prácticamente no hubo nieve, la sequedad en los bosques se hizo muy peligrosa y facilitó la propagación del fuego, pero esto no detuvo a la burguesía ucraniana de la industria forestal. El incendio intencional provocó un terrible desastre ecológico, y pensar lo que podría suceder en el futuro cercano es aterrador.
En segundo lugar, los bomberos no cuentan con equipamiento técnico adecuado para hacerle frente al incendio. Ucrania carece de helicópteros de extinción. Los accesos a las zonas afectadas ni siquiera tienen caminos, por lo cual los vehículos de bombeo de agua a menudo no pueden ingresar. La ropa ignífuga es muy anticuada, no resiste las altas temperaturas. Los camiones de bomberos son muy viejos, algunos ya no tienen utilidad laboral y deberían haberse descartado hace tiempo. Aun así, continúan en actividad, ya que en el país más corrupto y pobre de Europa no hay dinero presupuestario para comprar nuevas unidades más modernas. Pero las autoridades siempre tienen dinero para aumentar los salarios de los altos funcionarios y comprar caros automóviles extranjeros.
El fuego en las cercanías de la central nuclear de Chernóbil, así como la evidente incapacidad del gobierno burgués de Ucrania para hacer frente a la pandemia del Coronavirus, ponen la tarea de la transformación socialista frente al pueblo ucraniano. El modelo periférico del capitalismo ucraniano conduce a un agravamiento adicional de la situación, al empobrecimiento total de los trabajadores y al fortalecimiento de la gobernabilidad externa. La agresión militar de Rusia contra Ucrania se vio agravada por los dictados financieros del Fondo Monetario Internacional. Un creciente número de trabajadores y jóvenes ucranianos, y los activistas sindicales comprenden la necesidad de un rechazo decisivo del capitalismo. El desastre derivado de los incendios, con la cercana amenaza sobre Chernóbil ha fortalecido y confirmado este entendimiento, así como nuestra determinación.