Por Rubén Tzanoff

“La  noche del lunes en Kiev fue la más terrible de toda la guerra. Estamos bien. Pero muchos habitantes de Kiev murieron o resultaron heridos. El ataque comenzó alrededor de la 1:00 de la madrugada con drones. Luego, hacia las 3:30, vinieron los misiles balísticos. Y a las 5:30, de nuevo drones. La destrucción en Kiev es muy grande. Putin, al parecer, eligió el momento en que toda la opinión pública mundial está focalizada en los acontecimientos en Oriente Medio, y lanzó su golpe”.

De esta forma nuestros camaradas de la Liga Socialista Ucraniana (LSU) nos contaban y nos mostraban con vídeos parte de lo sucedido.

Este lunes 17 de junio, un nuevo ataque aéreo ruso contra la Kiev dejó al menos 14 muertos y más de 40 heridos. Los misiles impactaron varios distritos de Kiev, alcanzando edificios residenciales, infraestructuras sanitarias y líneas eléctricas. Se trata de un bombardeo criminal en un contexto donde los ataques rusos contra ciudades ucranianas se han intensificado en paralelo a la escalada militar en el frente oriental.

También ha aprovechado que el mundo está mirando principalmente el nuevo conflicto entre Israel e Irán.

Los sistemas de defensa antiaérea modernos de los cuales Ucrania no dispone son los que Estados Unidos le entrega a los genocidas israelíes para armar su proyecto colonialista contra Irán, Palestina y los pueblos de la región. Aunque el imperialismo norteamericano haga declaraciones cuestionando a Rusia, siempre ha actuado para que no sea derrotada y desde la llegada de Trump para repartirse el botín de los recursos naturales ucranianos con Putin.

Por su parte, Rusia continúa justificando sus bombardeos como “ataques a infraestructura militar” o “represalias”, aunque la realidad es que afectan sistemáticamente a civiles. En Moscú, el régimen de Putin mantiene su propaganda nacionalista para sostener una guerra cada vez más impopular entre sectores de la juventud trabajadora rusa.

El pueblo ucraniano sigue pagando con sangre por la invasión imperialista de Rusia y el régimen autoritario y represivo de Putin.

Desde la Liga Internacional Socialista (LIS) nos solidarizamos con el pueblo ucraniano y exigimos el cese inmediato de los criminales bombardeos de Putin sobre la población civil.

Hay que detener estas agresiones constantes del imperialismo ruso contra Ucrania y también las del genocida Netanyahu con el aval de Trump contra Irán, Palestina, el Líbano y Yemen,  multiplicando la solidaridad y la movilización en las calles de todo el mundo.