Tratamiento y actuación de nuestras organizaciones ante denuncias de género desde una perspectiva revolucionaria

El capitalismo lo único que ofrece a la humanidad es miseria, guerras, depredación, violencias. La crisis de este sistema se expresa también en la crisis de los valores morales. Por eso para nosotros es tan importante hacernos fuertes en cuáles son nuestros valores como militantes revolucionarios. La cuarta ola feminista irrumpió derribando todo tipo de conceptos y estructuras, y a su vez planteó nuevos problemas y debates en el campo de la moral, y nuestras organizaciones no están execentas de situaciones de violencia de género que tenemos que abordar y dar repuesta. Este aporte del Secretariado del MST (Argentina) al Congreso de la LIS, intenta socializar lo que hemos elaborado en nuestro partido y al mismo tiempo intentar homogeneizar a nuestra internacional para que estemos preparados para actuar ante situaciones de este tipo, entendiendo que si no lo hacemos de la manera correcta podemos poner en riesgo a nuestras propias construcciones partidarias. A su vez, si se decide tomar este aporte como internacional, nos permitiría poder trabajar con los mismos criterios y fortalecernos como organización.

Nuestro método

En nuestras organizaciones tenemos que actuar rápidamente cuando algún problema de género se manifiesta en nuestro seno:

a) En primer lugar, debemos ser plenamente conscientes de que la construcción de nuestros partidos y organizaciones se desarrollan en medio de esta sociedad capitalista y patriarcal, con todas sus lacras, y que por lo tanto no estamos exentos de que estas desviaciones se introduzcan y afecten en nuestras organizaciónes. Como organización aspiramos a desarrollarnos y crecer fundamentalmente en la clase trabajadora, en donde este tipo de conductas y malformaciones son habituales y por lo tanto son introducidas en las filas partidarias. Y tenemos que saber que ningún trabajador deja de ser machista por el solo hecho de entrar al partido: es un proceso que lleva su tiempo y que debemos asumir si queremos dirigir a la clase obrera en la lucha contra el capitalismo.

Tal como ocurre con otras malformaciones que traemos de este sistema capitalista en el que vivimos (egoísmo, individualismo, prestigismo), las mismas se introducen al partido y debemos ser conscientes de ello, no para relativizarlas sino para poder combatirlas.

b) Al interior de la organización, nos damos una política y orientación para que nuestros militantes, a partir de una sólida formación, puedan “elevarse” por encima del promedio social. No renunciamos a incorporar a la militancia a miles de trabajadores que han sido formados en la sociedad capitalista. Pero, así como formamos y educamos en el marxismo y en el trotskismo, debemos formar a nuestros militantes en la solidaridad, en el trabajo en equipo y también en el feminismo socialista. Esta es una tarea que involucra al conjunto del partido, comenzando por la dirección y hasta el/la último/a militante, y debe ser llevada adelante por los organismos políticos del partido a través de sus reuniones, charlas, cursos, talleres, y seguimiento orgánico.

c) Todos debemos saber que tenemos un funcionamiento orgánico a través del cual  resolvemos todos los problemas que surgen de la actividad militante del partido: políticos, metodológicos y también morales. Y por lo tanto, así como nuestro armazón y debate político lo hacemos a través de los organismos partidarios, elaborando colectivamente y expresando allí nuestras opiniones, dudas e incluso diferencias, sin ceder a las tendencias que marcan la prensa burguesa o las redes sociales, lo mismo debemos hacer cuando surgen este tipo de problemas, sin ceder a los prejuicios burgueses y pequeñoburgueses que apelan a la desconfianza hacia las direcciones políticas y los partidos sin distinguir clases ni políticas. Sabiendo que sólo en los organismos y de manera colectiva es cómo podemos sacar las mejores conclusiones a partir de información concreta.

d) ¿Lo anterior significa que no creemos en las denuncias y actuamos como la justicia y los partidos del sistema? De ninguna manera, todo lo contrario. Confiamos en nuestra organización de clase y en nuestro método, en que vamos a llevar hasta el final y de manera integral todos los elementos para llegar a la verdad y a una resolución consecuente con lo que postulamos. No depositamos confianza en otras organizaciones porque sabemos que existen aparatos políticos que utilizan la calumnia, la intriga y la mentira como práctica común en la disputa política. No confiamos tampoco en la justicia clasista y patriarcal que revictimiza y garantiza impunidad. Y no confiamos en los medios de comunicación que sólo buscan impactar y son funcionales a la burguesía. Reivindicamos, por lo tanto, nuestro derecho y nuestro deber de juzgar nosotros a nuestros propios militantes.

e) Esto significa que para encaminar este tipo de situaciones apelamos a nuestros organismos. En primer lugar, a los organismos políticos o sus dirigentes (equipos, mesas, direcciones regionales y DN), ya que muchas veces a partir del planteamiento y debate del problema puede resolverse rápidamente por los canales regulares. Si no se obtiene respuesta, se puede acudir siempre al organismo superior inmediato. Y en caso de no obtener respuesta o tratarse de problemas morales, existe siempre la posibilidad de encaminarlo a través de la Comisión de Moral partidaria en aquellos partidos que tengan este tipo de organismos, una Comision especial formada a tal efecto, o a la Comision de Moral de la Internacional cuando la importancia del tema así lo amerite.

f) En ese sentido, toda/o compañera/o debe tener absolutamente claro que tiene todo el derecho de denunciar ante los organismos correspondientes cualquier actitud de cualquier militante (y con más razón si se trata de un dirigente) que vaya en contra de estas premisas. En nuestro partido ser dirigente implica mayores responsabilidades y compromisos, y de ninguna manera mayores privilegios (ni materiales, ni “afectivos” ni de ningún tipo).

Los cambios que necesitamos

Entendemos que la revolución feminista avanzó poniendo en cuestión viejas estructuras y conceptos, desnaturalizando conductas y cuestionando todo tipo de prácticas. Y que, por lo tanto, como ocurre en todas las revoluciones, tenemos la obligación de aprender de este inmenso proceso, manteniendo una elaboración permanente y pensando críticamente algunas de nuestras propias prácticas.

La cuarta ola feminista no sólo puso en primer plano reclamos históricos de las mujeres, sino que cuestiona un conjunto de prácticas machistas naturalizadas por siglos de patriarcado: desde el piropo hasta la cosificación, pasando por los distintos tipos de violencias y abusos, así como el rol del Estado y sus instituciones en el sostén del capitalismo y también del patriarcado. Y también puso a prueba a todas las instituciones, incluidas a las organizaciones obreras.

A pesar de tomar con fuerza la lucha del movimiento de mujeres y disidencias, tener esas posiciones desde hace décadas en nuestro programa y mantenerlas no significa que no existieran al interior de nuestras organizaciones conductas machistas. Esto es así porque, como ya señalamos, nuestros partidos crecen y actúan en el contexto de este sistema capitalista y patriarcal, con todas sus miserias, y por ende no estamos ajenos a que estas desviaciones se metan en nuestra organización. Los compañeros no dejan de ser machistas por el solo hecho de entrar al partido: es un proceso largo.

Pero, además, la naturalización social de ciertas conductas implicó también una naturalización dentro del partido revolucionario.La actual ola feminista puso en cuestión nuevos problemas y debates que no estuvieron planteados antes (al menos con la fuerza de hoy) como la desigualdad de poder en las relaciones, libertades sexuales y responsabilidades afectivas, o prácticas que sin constituir necesariamente un delito pueden considerarse formas abusivas. En ese sentido, la ola feminista actual nos interpela también como partido. No podría ser de otra manera, ya que nuestros partidos se nutren de militantes que se forman en esta sociedad.

La conducta de nuestra militancia no puede estar ajena a la lucha que damos en las calles, en las disputas políticas, en la elaboración teórico-política. Este es un problema a encarar con toda seriedad y entenderlo como parte fundamental de la construcción del partido revolucionario con un método y una moral sólidos. Debemos tener disposición a cuestionar y repensar todo lo que sea necesario. Debemos incorporar en nuestros mecanismos internos los instrumentos necesarios que nos permitan combatir cualquier manifestación de abuso, acoso y violencia machista. Desnaturalizar las actitudes machistas y trabajar para prevenir estos actos, al tiempo que educamos al conjunto del partido, individual y colectivamente. Esto empieza en los organismos y se complementa con la participación en

charlas y cursos de formación, por ejemplo.

La Comisión de Moral (CM)

Cuando nuestros partidos alcanzan cierto grado de desarrollo es importante que se constituya una Comision de Moral independiente del Comité Central. En aquellos partidos más pequeños habrá que constituir comisiones especiales para tratar temas que afecten a la moral o problemas de violencia de género.

La Comision de Moral es un organismo que cuando las malformaciones que traemos de nuestra educación se manifiestan en casos concretos que atentan contra nuestra moral, actúa.

No confiamos en la justicia burguesa, tampoco en otros tribunales o comisiones de género en la que intervienen otras organizaciones (que incluso pueden ser hostiles): reivindicamos el derecho y el deber de las organizaciones revolucionarias de juzgar a sus propias/os militantes. En todo caso podemos apelar para consultar, como hemos hecho en otros casos, a un tribunal independiente si es reconocido por todas las partes. Y esto no sólo en problemas de género, sino ante acusaciones de otro tipo o calumnias.

Hay dos organismos centrales que son elegidos por los congresos partidarios. El primero es la Dirección Nacional. El otro es la Comisión de Moral que es la encargada de resolver los casos referidos a la moral partidaria que las/os militantes del partido les presenten para analizar. Sus integrantes son elegidas/os por unanimidad o amplia mayoría en base a su trayectoria moral y no pueden pertenecer a ningún organismo de dirección nacional del partido. Si bien no se eligen por balance, además de una sólida trayectoria moral, se proponen compeñeres que tengan estabilidad y continuidad en su militancia partidaria. Esto es así porque el conjunto del partido pone su confianza en esta Comisión para abordar los casos referidos a la moral partidaria. Sus resoluciones son de cumplimiento obligatorio y sólo pueden ser apeladas ante un congreso partidario. El mismo criterio tenemos que tener para conformar Comisiones Especiales alli donde no haya una CM permanente.

La CM es un organismo independiente, pero trabaja de forma muy estrecha con la dirección nacional y, al ser nombrada por un congreso, debe rendir cuentas de su actuación al siguiente congreso. Lo mejor, donde sea posible, es que estas comisiones tengan una mayoría femenina.

La recomendación es que todos nuestros partidos elijan su CM y donde por tamaño esto no sea posible tengan como politica conformar comisiones especiales para tratar temas de moral. Y también que en casos que no puedan resolverse positivamente en el ámbito nacional se apele a la internacional, más cuando los problemas que se presenten puedan poner en riesgo a nuestras organizaciones nacionales como a la propia internacional.

Sus objetivos

Los organismos del P. deben vehiculizar la formación militante para educar en los aspectos teórico-políticos y también en nuestro método y tradición, combatiendo esas malformaciones.

Sin embargo, en muchas ocasiones estas características redundan en problemas morales que afectan la relación entre compañerxs y el funcionamiento del propio partido. Allí actúa la CM intentando lograr que estas problemáticas se puedan encauzar correctamente y con la aplicación del método apropiado, tratar de recuperar para la militancia y para nuestra moral a aquellos compañeros y compañeras que han cometido errores en cuanto a sus conductas, desviándose de nuestros métodos y tradiciones.

¿Quiénes pueden presentar casos a la Comisión?

Cualquier compañero del partido tiene derecho a presentar un caso ante la CM, ya sea militante de base o un integrante de la dirección nacional, sin importar a quién involucre ni sea necesario pedir autorizaciones a ningún organismo del partido. Es decir, la CM atiende los casos que presente cualquier militante, sin importar su nivel de responsabilidad dentro de la organización. La CM puede convocar también a cualquier militante para tomarle testimonio y su asistencia es obligatoria. El hecho de evadir la cita sin justificación es motivo suficiente de sanción.

Quien quiere presentar un caso se puede dirigir a la propia CM, en forma escrita o personal, o puede solicitarlo a través de su organismo o dirigente.

Funcionamiento de la CM

Cuando la CM toma un caso, la primera estimación que realiza ,es analizar si el caso se encuadra realmente en una violación a la ,moral partidaria. Si considera que el caso es de carácter moral procede a tomar los testimonios que crea necesarios para poder entender la naturaleza del mismo e intentar resolverlo. Es muy importante esta caracterización, porque muchas veces problemas morales se entrecruzan con otros de carácter político. Entonces, lo primero que determina la CM para tomar un caso es que el mismo sea moral.

Una vez que la Comisión tiene claridad sobre el caso, se pronuncia sobre el mismo a través de una resolución. En ella se señalan los hechos que se tomaron como elementos de análisis, se hacen las consideraciones pertinentes y, por último, se indica/n las resoluciones tomadas.

Estas resoluciones siempre son tendientes a la recuperación y pueden ser: amonestación; suspensión temporaria; separación del partido; expulsión del partido.

Las resoluciones son comunicadas a la dirección nacional y esta se encarga de su ejecución por sí misma o disponer que se efectivice través de alguna dirección regional. Todas las resoluciones son apelables unicamente ante el Congreso Nacional o de la Internacional según el caso.

Los criterios de la CM ante casos de violencia de género

No tenemos un protocolo específico a aplicar en casos de violencia de género, ya que consideramos que ante casos distintos no se pueden aplicar las mismas normas. Sin embargo, ante casos relacionados con violencia de género la Comisión de Moral actúa siguiendo una serie de criterios generales:

1. Tomar la denuncia y proteger a la posible víctima. Partimos siempre de considerar cualquier denuncia, venga de donde venga, y se haga contra quien se haga. Esto es así porque vivimos en una sociedad patriarcal y machista, donde existen relaciones de poder asimétricas y en las que la mayoría de las denuncias por violencia de género resultan verdaderas. Y porque somos plenamente conscientes de que nuestro partido no está exento de que se den en su seno hechos de esta naturaleza, ya que nos construimos y desarrollamos en medio de esta sociedad. Por lo tanto, nuestra primera medida es siempre tomar la denuncia, escuchar a la persona denunciante y acordar junto con los organismos políticos correspondientes medidas preventivas para proteger a la posible víctima hasta tanto se investigue y haya una resolución. Estas medidas preventivas pueden variar de acuerdo a la gravedad del caso: desde la separación provisoria del agresor de la militancia, la prevención de que no compartan ámbitos comunes de actividades o un seguimiento por parte del organismo, según corresponda.

2. Considerar rápidamente la denuncia e investigarla. Una vez tomada la denuncia pasamos inmediatamente a la fase de investigación, que incluye también el derecho a la defensa del acusado. Esta es una diferencia que tenemos con el concepto de “sí, te creo” incondicional. Defendemos este concepto en tanto es expresión de un movimiento que rompe el silencio y el miedo, que avanza contra las prácticas abusivas y violentas, que pone en cuestión la impunidad de los abusadores. Pero también somos conscientes de que existen aparatos políticos o personalidades hostiles que utilizan la calumnia, la intriga y la mentira como práctica común en la disputa política. Y también porque existen las falsas denuncias. De ahí que para nosotras/os tomar y considerar la denuncia no equivale a una condena automática. Por eso nuestro compromiso con el “sí te creo” es considerar seriamente toda denuncia, escuchar a la víctima e investigar a fondo. Nuestro objetivo como revolucionarias/os es buscar la verdad. Y eso sólo se puede establecer a partir de una investigación genuina, seria y profunda, que ponga el acento no en la revictimización, sino en la búsqueda de la verdad. Es decir, analizar la situación, escuchar a las partes y a quienes puedan aportar claridad y elementos complementarios. La investigación permite además profundizar en los problemas, detectar si se trata de un caso aislado o no, si surgen otras faltas y problemas.

3. Sancionar. Una vez realizada la investigación, y si correspondiera, la CM procede a la sanción. Si es posible, con un criterio de recuperación y educación, ya que consideramos que estamos ante un problema que es sistémico y no individual, y creemos que muchas veces es posible recuperar a valiosos militantes para una práctica sana en la construcción del partido revolucionario. Siendo conscientes también de que hay casos en que, por la gravedad, la repetición, la falta de reconocimiento para encarar una recuperación, u otras razones, no contemplamos otra alternativa que la expulsión. Este no es un dato menor, puesto que hay un debate abierto en la vanguardia, en medio de la ola feminista, sobre cómo abordar y combatir el machismo dentro de las organizaciones populares. Nuestra política arranca de considerar que, tratándose de una problemática que excede los comportamientos individuales, se trata principalmente de educar en prácticas contrarias a las que nos impusieron desde la infancia. Y esto significa que a la hora de resolver sobre este tipo de casos consideramos un abanico de posibilidades que abarcan desde la reeducación y la deconstrucción, pasando por distintos tipos de sanciones hasta llegar a la expulsión como último recurso.

4. Grados de responsabilidad. Por último, es importante saber también que, en nuestro partido, cuando mayor es la responsabilidad política, más severa es la sanción. Si un compañero de la dirección nacional de una de las secciones de la LIS es acusado de un hecho de violencia de género, la dirección nacional de dicho partido comunicara de tal hecho al CEI.

Aprobado por el III Congreso Mundial de la LIS