Nicaragua desde adentro. Aquí no hay paz

Matt Andrés Romero era un joven de 16 años, cursaba apenas el cuarto año de secundaria. El día domingo 23 de septiembre decidió ir a la marcha “Todos somos la voz de los presos políticos”, acompañado de algunos de sus compañeros de colegio. Salió de su casa a las 9:00 de la mañana con un pañuelo azul y blanco en el cuello. Matt se fue a la marcha sin saber que ahí le esperaba una bala que le arrancaría la vida: los paramilitares le dispararon en el pecho, causándole la muerte inmediata.

Su cuerpo cayó en la calle del Tamarindo, del barrio Las Américas 3, en Managua. Han pasado cinco meses desde que empezó la masacre de abril, y las cifras de muertos no hacen más que crecer. Nicaragua se encuentra en un estado de luto permanente. Estamos hartos de que la policía y los paramilitares sigan asesinando a nuestros compañeros en resistencia.  En Nicaragua no hay paz, ni seguridad, ni garantías de vida.  Ese mismo día otras seis personas resultaron heridas con fusiles de guerra, pero fueron trasladadas a tiempo al hospital y están en proceso de recuperación.  Finalmente, durante la marcha secuestraron a 22 activistas tanto del movimiento estudiantil como de la Articulación de Movimientos Sociales.

 De esta manera se evidencia el estado de terror en que se encuentra Nicaragua en este momento. Desde la comunidad internacional exigimos el cese a la represión y el desarme de los grupos paramilitares. Asimismo, condenamos los crímenes de lesa humanidad cometidos por el régimen Ortega-Murillo y exigimos la salida inmediata de la dictadura para dar lugar hacia un proceso de democratización del país.

Más de 1000 desparecidos desde que iniciaron las protestas

La Asociación Nicaragüense por los Derechos Humanos (ANPDH) registra 1300 ciudadanos desaparecidos desde que iniciaron las protestas de abril. Asimismo, agrega las cifras de 512 asesinatos y 4000 heridos. ¿Hasta qué punto vamos a llegar? Solo han pasado cinco meses desde que esto comenzó y la violencia va en aumento. La represión y la muerte están a la vuelta de la esquina. El gobierno ha demostrado que su única forma de permanecer en el poder es mediante el uso de la fuerza criminal en contra de las vidas de los y las nicaragüenses.

“¿Dónde está esa gente? Eso es lo que tiene que explicar el Estado de Nicaragua a la comunidad internacional y al pueblo”, dijo Álvaro Leiva, secretario ejecutivo de la ANPDH. El patrón en estos casos es el uso de la violencia estatal, pues se detiene a la gente sin orden de captura o allanamiento; se mata con total impunidad a la luz del día.

Medardo Mairena escribe carta desde la cárcel

El líder campesino está preso desde el 13 de julio. En los juzgados lo califican de terrorista y le inventan crímenes que no ha cometido. Todo este tiempo Medardo ha estado preso en condiciones inhumanas. Hace unas semanas circulaba una foto de él en la cárcel donde se lo veía pálido, gastado, como apagado.  En una carta leída el lunes 24 de septiembre por su hermano Alfredo Mairena, el líder campesino nos acerca a esa realidad horrible y putrefacta de las cárceles del régimen Ortega-Murillo.

En primer lugar expone las pésimas condiciones en que están encerrados los presos políticos, sin luz, con las ventanas cerradas para que no entre el aire; llenos de zancudos, cucarachas y alacranes. En este sentido, dice: “Estoy en una celda de máxima seguridad llamada ‘El Infiernillo’. Hay más de 20  presos en las mismas condiciones, he estado enfermo, igual que otros, pero no nos permiten que nos revise un médico. En la misma carta, menciona la situación del compañero Pedro Mena, representante del movimiento campesino, que padece de diabetes e hipertensión, y las autoridades le han confiscado sus medicamentos. Finalmente, agrega que les obstaculizan de las visitas familiares y que no reciben los insumos que estos les llevan.

Ortega ausente en la 73 Asamblea General de la ONU

El dictador se siente incómodo ante la comunidad internacional. Su última aparición en uno de los máximos foros mundiales de las naciones unidas fue en 2007, hace 11 años. Ortega no ha dado la cara desde entonces, y mucho menos ahora que todos hemos visto la violencia criminal con la que ha mandado a reprimir al pueblo de Nicaragua.

Hasta el pasado 12 de septiembre, Ortega estaba confirmado como el penúltimo orador de la Asamblea General. Sin embargo, actualmente, su nombre ha desaparecido de la lista de los  presentes en el foro que tendrá sede este 26 de septiembre en la ciudad de Nueva York.

El analista político Bosco Matamoros sostiene que Ortega evita su presencia en la ONU porque quiere “circunscribir el mecanismo para la solución de la crisis a la mediación de la Conferencia Episcopal y la secretaría del SICA (Sistema de Integración Centroamericano). De esta manera, se refleja el debilitamiento de la posición internacional de Ortega después de la masacre de abril.

Persecución a estudiantes expulsados de la UNAN-Managua

Luego de pasar dos meses atrincherados en la Universidad Nacional Autónoma de Managua 82 estudiantes fueron expulsados por incitar a la “desobediencia académica” y realizar “actos vandálicos”. Una vez identificados, estos universitarios empezaron a sufrir una cacería por parte de la Policía Nacional; que busca barrer con los “cabecillas políticos” del movimiento estudiantil. Todo este tiempo los estudiantes han permanecido en la clandestinidad, refugiándose en casas de seguridad, o buscando como salir del país.

Uno de los detenidos es Jonathan López González, estudiante de tercer año de economía.  Su madre, Alma González, confirma que está en las celdas de la Dirección Auxilio Judicial, mejor conocida como “El Chipote”, antigua cárcel de la dictadura de Somoza. En relación a la detención de su compañero, Alejandra Centeno, también expulsada de la universidad, dice: “El proceso ha sido mucho más duro y aterrador desde que salimos de la UNAN-Managua y estos últimos días han sido muy intensos. El viernes (21 de septiembre) nos damos cuenta que estamos expulsados… y un (dos) días después agarran a Jonathan y es como si, primero solo estábamos muy tristes porque se nos habían llevado a Yaritza (Mairena), Levy (Rugama) y Vicky (Obando) y ahora además de triste también lo sentimos cerca y estamos conscientes de que el próximo podés ser vos”.