El pasado 21 de abril de 2019, en la segunda ronda de las elecciones presidenciales en Ucrania, el comediante Volodimir Zelenski, conocido muy lejos de Ucrania, obtuvo una victoria aplastante. Sacó un 75% de los votos y dejó muy atrás al actual presidente de Ucrania, Petro Poroshenko (con un 25%).
Sin embargo, esta victoria sensacional no ha sido inesperada para los ciudadanos de Ucrania. Cinco años de gobernación de Petro Poroshenko, con sus reformas neoliberales absolutamente fallidas que pusieron a los ciudadanos de Ucrania y, sobre todo, a su clase trabajadora al borde de la miseria, lógicamente llevaron a las autoridades actuales al fracaso en las elecciones presidenciales. En los debates públicos de Zelenski y Poroshenko, que por primera vez en la historia de Ucrania se llevaron a cabo en el estadio ¨Olimpiyski¨, que es el mayor del país, Volodimir Zelenski afirmó acertadamente que no era oponente a Poroshenko, sino una sentencia a Poroshenko y a su sistema.
Por supuesto, el nuevo presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, no fue promovido por los trabajadores o militantes sociales. Es un exitoso hombre de negocios en el campo de televisión y cinematografía, y el componente social de su programa electoral fue extremadamente inexpresivo y mal distinguido. Sin embargo, el ardor crítico de Zelenski contra el actual gobierno burgués que es extremadamente corrupto fue activamente respaldado por las masas de los trabajadores ucranianos.
El proyecto satírico Kvartal-95, que sale en la tele y es dirigido desde hace muchos años por Volodimir Zelenski, ha estado a la vanguardia de la crítica de las autoridades actuales y es el programa de televisión favorito para millones de ucranianos. Y la tercera temporada de la telenovela Servidor del Pueblo, que apareció en vísperas de las elecciones, donde Zelenski desempeñó el papel de Vasily Goloborodko, un modesto maestro que por casualidad se hizo Presidente de Ucrania y logró un éxito significativo, produjo un efecto desbordante sobre los votantes.
Además, cabe señalar que en estas elecciones Zelenski recibió un serio apoyo mediático del canal de televisión más popular de Ucrania, «1+1» que pertenece a Ihor Kolomoiski, oligarca de oposición que ahora reside en Israel. Esto les dio a los críticos de Zelenski la razón para afirmar que no era un candidato independiente, sino que en estas elecciones era nada más que una criatura de uno de los grupos oligárquicos competidores. Sin embargo, esta tesis no supo dominar la conciencia de las masas de los votantes ucranianos, ya que el presidente actual Poroshenko es públicamente conocido como un oligarca y una de las personas más ricas de Ucrania, quien, mientras estaba en su cargo, ha aumentado muchísimo sus activos y sus beneficios.
El golpe decisivo a las posiciones electorales del presidente Poroshenko lo dieron las audaces investigaciones periodísticas sobre la corrupción dentro de la corporación pública Ukroboronprom que involucró a los amigos más íntimos y socios comerciales de Poroshenko. En el contexto de un conflicto real con Rusia, estos comerciantes se amañaban para comprar para el ejército ucraniano las piezas de repuesto defectuosas y usadas para varias armas en la propia Rusia y las revendían a un precio exorbitante usando el dinero del presupuesto.
El presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, no sólo es un magnate del sector de confitería y transporte, sino, además, el mayor propietario mediático. De hecho, le pertenecen dos canales de televisión influyentes en Ucrania: el «5 Kanal» y el «Pryamiy Kanal». Durante la campaña electoral Poroshenko mantuvo activos varios miles de «bots» en la red social Facebook que fueron concordados con las órdenes informativas del presidente actual y por su actividad se creaba una ilusión de un apoyo masivo del presidente actual. Sin embargo, este engaño terminó sin gloria y la cifra de un 25% del apoyo de los votantes sepultó final e irrevocablemente a Poroshenko como presidente de Ucrania.
Al igual que en el caso de Zelenski, el programa electoral de Poroshenko prácticamente no contenía pautas sociales. La demagogia sobre su guerra exitosa contra Putin y sobre la obtención de autocefalia para una de las muchas iglesias ortodoxas de Ucrania (Iglesia Ortodoxa Ucraniana – Patriarcado de Kiev) no funcionó nada y no podía ser eficaz a priori. Mientras que la incesante política de las autoridades en contra de los trabajadores, una retórica anti sindical y generalmente antisocial de los últimos 5 años ha hablado por sí misma. Anotaré sólo algunos momentos:
1. El intento de las autoridades de aprobar en el Parlamento de Ucrania el nuevo Código de Trabajo que es antiobrero y antisindical y que, según lo previsto por sus autores burgueses, erradicaba todos los derechos laborales y sindicales en principio.
2. La implementación de la llamada «reforma de pensiones», que condenó a millones de ciudadanos ucranianos a la ausencia de pensiones.
3. La implementación de la llamada «reforma médica» que redujo significativamente el volumen y la calidad de la atención médica en Ucrania y, de hecho, la hizo inaccesible para una parte significativa de la población del país.
Por lo tanto, entendemos claramente que la victoria triunfal de Volodimir Zelenski es más bien el resultado acumulativo de una votación de protesta contra el sistema del capitalismo oligárquico que se formó en Ucrania con la participación directa de Petro Poroshenko y luego fue encabezado por él mismo.
Por supuesto, el movimiento obrero de Ucrania no tiene ninguna ilusión sobre el curso político y social de Volodimir Zelenski, quien ahora está tratando de complacer a los mayores jugadores imperialistas desde Rusia hasta los EE.UU. Para complacerlos a los Estados Unidos, promete continuar la cooperación con el Fondo Monetario Internacional. Para complacerle a Rusia, promete terminar rápidamente la guerra en Dombás y suavizar los ataques contra la lengua rusa. Para complacerle a la Unión Europea, promete iniciar una verdadera lucha contra la corrupción en Ucrania.
Sin embargo, el reinicio del sistema político de Ucrania, `por muy problemático y ambiguo que resulte para el movimiento obrero, es absolutamente imprescindible. El resultado fallido de los representantes de los partidos de “izquierda” (Serguey Kaplin (Partido Socialdemócrata) con el 0,07%; Ilya Kiva (Partido Socialista de Ucrania) con el 0,03%) muestra claramente que el flanco proletario izquierdo de la política ucraniana no sólo está extremadamente débil, sino que está ausente como tal a priori.
El movimiento obrero y sindical de Ucrania todavía tiene por delante muchos desafíos, éxitos y fracasos. Nos encontramos en el mismo inicio del camino. A lo mejor, los resultados sensacionales de las elecciones presidenciales de 2019 serán para nosotros una especie de punto de partida.
Oleh Vernik, presidente del Sindicato Independiente Ucraniano
«Zakhist Pratsi» («Protección del Trabajo»)