Líbano: acampe contra el ajuste

Desde hace 100 años, Medio Oriente ha sido una región muy disputada, como resultado de la división colonial y la existencia de la entidad sionista, una plataforma para todo tipo de intervenciones políticas y económicas del imperialismo estadounidense. Esta zona ha sufrido guerras agresivas y la confrontación sigue a todo los niveles, sea a través del hierro y fuego o mediante intervenciones e imposición de políticas económicas destructivas.

El Líbano sufrió una guerra civil que duró 15 años, en la cual personas e infraestructuras fueron destruidas masivamente. Los líderes de las sectas y las milicias derechistas convertidas en partidos mafiosos formaron un nuevo sistema político sectario, protegido por alianzas regionales e internacionales. Crearon un régimen neoliberal brutal basado en alquileres y servicios, sin industria, caracterizado por la corrupción, el saqueo de los recursos del país y préstamos especulativos que llevó la deuda pública a más de 85 mil millones de dólares, según las confesiones del Ministerio de Hacienda libanés, aunque sabemos que la cifra real alcanzó los 100 mil millones.

Aunque el gobierno se resiste a declararlo formalmente, el Estado libanés está en bancarrota. Esconsecuencia del saqueo, la corrupción y la mala gestión de la mafia política que controla el país desde 1991. Ahora ha quebrado y está tratando de cargar el peso de pagar los intereses de la deuda pública sobre los pobres y aquellos con ingresos limitados. Mientras tanto, los bancos han acumulado enormes ganancias financieras. El capital privado de los bancos en 1992 era de aproximadamente $225 millones y hoy es de más de $20 mil millones. Ellos y sus socios políticos se han beneficiado del sistema en detrimento de los intereses de la gente.

El gabinete libanés está discutiendo el presupuesto de su gobierno y su agenda es recortar las asignaciones sociales y los gastos militares, y aumentar el impuesto al valor agregado para reducir el déficit en un 1% anual, aproximadamente 900 millones de dólares. Mientras tanto, el valor de la corrupción y la evasión fiscal de los partidos mafiosos del régimen es de aproximadamente 6 mil millones de dólares por año. Es decir, la mafia política tiene en sus manos los recursos para salir dela crisis.

Del 1 al 3 de mayo realizamos una vigilia en Beirut para plantearle al pueblo que existen soluciones para la crisis, que el problema está en los asuntos del país y que la solución es un cambio político integral.

Nos comprometemos a luchar para que la financiación de la tesorería del Estado no se apruebe a expensas de los pobres y se lo exigiremos al gobierno y los demás sectores del poder. Hay que implementar impuestos progresivos a las empresas y los bancos y recuperar el dinero de la corrupción del puerto y el aeropuerto, en lugar de saquear al pueblo.

Este es nuestro mensaje:

1) La primera es para el gobierno: la confrontación continuará, está a punto de escalar y las fuerzas revolucionarias no cederán ni se retirarán de la lucha por los derechos de los trabajadores y los pobres.
2) Para todas las fuerzas y grupos políticos que presentan su discurso en la oposición: la vacilación y el temor sólo producirán una regresión y que la iniciativa del gobierno logre los objetivos que desea.
3) Al pueblo: existen soluciones posibles y su liberación de la explotación se logrará sólo a través de una alternativa real con un nuevo sistema político basado en la justicia social.

Movimiento Juvenil Para el Cambio
الحركة الشبابية للتغيير