Brasil: Bolsonaro, el vagabundo

“Eu andei no sol em 245 cidades, gritando o nome desse vagabundo”, así se refirió a Bolsonaro, Delegado Waldir el líder de su partido, el PSL. Fue en el marco de una profunda crisis abierta en el partido de gobierno por la disputa de poder interna. El presidente necesita acumular más poder para avanzar en sus planes antiobreros y antipopulares, pero el clima en su propio partido lo aleja mucho de éste objetivo.

¿Por qué la crisis del PSL y Bolsonaro?

No es la primera vez que se conocen disputas internas en el PSL. El presidente se dispuso a dirigir el partido pero se topó con constantes problemas. Denuncias de corrupción, listas ilegales (laranjas), destituciones, renuncias y negativas de apoyo a decretos o leyes fueron algunas muestras de la conflictiva vida interna del partido. Ahora fue porque pretendió poner a su hijo como líder del partido.

Sucede que para hacer lo que Bolsonaro quiere hacer, precisa de una poderosa base social que lo apoye y acompañe, y este es su talón de Aquiles. La base social que acompañó con su voto al proyecto bolsonarista nunca fue ni firme, ni muy convencida, por eso el gobierno pierde apoyo popular a cada paso que da. Esto debilita al gobierno y a Bolsonaro en particular, y abre situaciones de conflicto y disputa por el poder del partido y el mismo gobierno.

Su otra debilidad es la falta de un partido, un aparato que le brinde la estructura necesaria para gobernar el país. Ningún gobierno se sostiene sólo con una personalidad fuerte y la institución presidencial fortalecida y esto el presidente lo sabe muy bien. De ahí su insistencia en disputar la dirección del partido e intentar ordenar la tropa. Pero esto no cierra en el PSL y la guerra intestina se profundiza al calor de la incipiente y constante pérdida de popularidad de Bolsonaro.

Los números de la desigualdad en un país inquieto

El día anterior a explotar ésta guerra intestina en el PSL, se conocían los índices de la desigualdad en el país. En 2018, el 1% más rico de la sociedad creció económicamente 8,4%, mientras el 5% más pobre cayó 3.2% en cuanto a sus ingresos. Este gobierno profundiza la brecha entre ricos y pobres, lo que constituye un escenario de malestar social en ascenso.

El mismo día, los trabajadores petroleros protagonizaban una multitudinaria asamblea que discutió entre otras cosas, enfrentar el intento de privatizar Petrobras. Los trabajadores de correos mantuvieron una huelga general por 7 días y obligaron al gobierno a detener el avance privatista y negociar la pauta salarial según la inflación. Los obreros de EMBRAER también se levantaron y protagonizaron asambleas y movilizaciones masivas. Antes los docentes junto a los estudiantes defendieron en las calles la universidad pública. Y decenas de ejemplos más de luchas que viene protagonizando la clase obrera brasilera que no pretende quedarse de brazos cruzados frente a los ataques del gobierno. Lamentablemente, por el rol de las direcciones sindicales burocráticas éstas son luchas aisladas y sin coordinación. Algo que seguramente es una tarea pendiente de quienes defendemos un modelo sindical combativo, clasista y democrático.

¿Cómo enfrentamos al “vagabundo”?

La salida es construir una oposición que de verdad se plantee una alternativa política opuesta al gobierno derechista y antipopular. No se puede negociar con la derecha para sacar a la derecha. La experiencia de 12 años de gobierno petista, confirman ésta tesis. Por eso, es necesario fortalecer un proyecto político dispuesto a gobernar a favor del pueblo trabajador y enfrentarse con las corporaciones que conforman ese 1% de la sociedad cada vez más rica mientras el hambre y la miseria es cada vez más profundo para la gran mayoría de nuestro pueblo.

El PSOL se enfrenta a éste dilema. El “mal menor” jamás significó una solución para los trabajadores. Es hora de defender la independencia de clase del partido y fortalecer el programa que nos arma para luchar contra los ataques que el imperialismo todavía tiene para Brasil.

Hoy más que nunca #EleNao, la salida es por izquierda. Una izquierda anticapitalista y socialista que se plante en cada lucha que los trabajadores, las mujeres y la juventud damos contra Bolsonaro, el FMI y los planes del imperialismo en Brasil y en todo el mundo. Una izquierda que sea capaz de convivir con diferencias para aportar a la construcción del partido y la revolución para que seamos los y las trabajadoras quienes gobernemos. Desde Alternativa Socialista y la LIS nos ponemos al servicio de este objetivo.

Alternativa Socialista
Liga Internacional Socialista – Brasil