Por Ruben Tzanoff
Por tercer domingo consecutivo, centenares de miles de personas ganaron las calles exigiendo el fin de la represión, la libertad de los presos políticos, que se vaya Lukashenko y nuevas elecciones. Sólo en Minsk se calcula que protestaron más de 100.000 bielorrusos, a pesar del bloqueo de calles, medios de transporte y plazas. Además, hubo manifestaciones en otras importantes ciudades, como corolario de las acciones que se hicieron en la semana, entre las que se destacó la movilización de las mujeres.
Los trabajadores, los jóvenes, las mujeres y todo el pueblo siguen luchando por su libertad. En una nueva muestra de valentía y de que el miedo ha quedado de lado, hubo manifestantes que, convocados por Telegram, fueron hasta la residencia oficial de Lukashenko en el Palacio de la Independencia, a dejarle varios “regalos” simbólicos, en el día de su cumpleaños.
Basta de represión y persecución, libertad a los presos políticos
El gobierno sigue respondiendo de manera brutal. Durante la jornada hubo no menos de 125 detenciones. Causan una enorme indignación las imágenes que recorren el mundo mostrando vehículos que se cruzan en el camino de los autobuses y secuestran personas por la fuerza, o a los uniformados golpeando a personas pacíficas cuyo “grave delito” es ejercer el derecho a la protesta. Como parte de la escalada anti obrera, en respuesta a las huelgas y acciones de la clase trabajadora, el régimen se ha ensañado particularmente con dirigentes y activistas obreros, a quienes amenaza con despidos, sanciones y causas penales.
Entre lxs presxs de esta semana estuvo Liza Merlyak, Secretaria de relaciones internacionales del Sindicato Independiente de Bielorrusia, quien fue sacada de su casa ubicada en Grodno, le retuvieron el teléfono y la acusaron de participar en “protestas masivas no autorizadas”. Luego la tuvieron que liberar, cuando los reclamos locales e internacionales se multiplicaban. El sábado, las autoridades del régimen les retiraron las credenciales a 17 periodistas de medios de comunicación internacionales de la BBC, Reuters, AP y AFP, arbitrariedad que también ejecutan sobre periodistas locales, en un claro intento para evitar que se difundan las protestas, la represión y las violaciones a los derechos humanos ordenadas por Lukashenko y avaladas por Vladímir Putin, presidente de la Federación Rusa.
Lukashenko y el régimen autoritario siguen reprimiendo, intentando demostrar fortaleza. Sin embargo, lo evidente es que el pueblo no está dispuesto a rendirse y, contra viento y marea, mantiene las movilizaciones, las huelgas y las acciones de protesta masivas. La huelga general, con movilización es la herramienta que más teme el poder. Llamamos a todos los pueblos del mundo, en particular a los europeos, a los que pelean contra la opresión y la explotación, los que rechazan la represión, la violación a los derechos humanos y el recorte a las libertades democráticas; a apoyar al pueblo bielorruso, en particular a la clase trabajadora, particularmente atacada. Desde la Liga Internacional Socialista venimos impulsando el apoyo solidario desde el inicio mismo de las protestas, llamamos a multiplicarlo a la par de rechazar toda injerencia imperialista en la región.