Brasil: ¡Fortalecer las luchas sin dar respiro hasta que caiga Bolsonaro!

Por Alternativa Socialista / PSOL – LIS Brasil

Incluso con poco tiempo de preparación, el 3J confirmó la expansión del Fora Bolsonaro en las capitales, en muchas ciudades del país y en el extranjero. Hay tres cuestiones que destacamos inicialmente: la burocracia conciliadora, que planificó un acto con más de un mes de diferencia, fue sorprendida; la voluntad y la ampliación de la vanguardia muestra el rostro de la lucha contra este gobierno corrupto y genocida; estamos en un nuevo pico de la crisis crónica del gobierno de Bolsonaro, ahora con la activación de las calles.

El escándalo del esquema de sobornos para la compra de vacunas, denunciado en la CPI del Senado Covid a finales de junio, puso de manifiesto otra característica evidente del gobierno de Bolsonaro. Además de ser genocida, responsable de miles de muertes, de millones de personas contaminadas, de la diseminación de variantes de Covid-19, también es corrupto. Una de las principales banderas de Bolsonaro para su victoria electoral en 2018, la «lucha contra la corrupción», se desmorona. Pero nos queda la tarea fundamental: echar por tierra todo el gobierno.

3 de julio: la burocracia conciliadora fue sorprendida

No cabe duda de que la burocracia fue tomada por sorpresa. La misma burocracia que prácticamente ignoró la primera convocatoria del 29M e intentó reubicarse el 19 de julio se vio sorprendida por la dinámica coyuntural y tuvo que reposicionarse. Tras el 19J, las direcciones acordaron entre ellas el 24 de julio (24J) como siguiente fecha del calendario de lucha. Una maniobra con un desfase de más de un mes y con el objetivo de domesticar las calles.

Los defensores más afiebrados sentenciaron que el 24J era el más responsable y que otra fecha anterior sería el «ultraizquierdismo». Bastaron unos pocos días, centralmente después de que se descubriera la trama de sobornos de las vacunas, para que la burocracia y los afiebrados se dieran cuenta de que el terreno podía derrumbarse y que era necesario un reajuste. La respuesta llegó con el 3J. Por un lado, el intento de domesticación por parte de las grandes direcciones; por otro, la voluntad de la vanguardia -la juventud es el principal actor en este momento.

Aumenta la bronca contra Bolsonaro

Con cada encuesta de popularidad aumenta el descrédito popular contra el gobierno – deshonesto, falso, incompetente, poco preparado, autoritario y poco inteligente son evaluaciones que la mayoría de la población hace sobre el presidente. Es cierto que este descrédito aún no se ha traducido en manifestaciones masivas, pero también es cierto que la dinámica de bronca contra Bolsonaro va en aumento. Brasil vive uno de los peores momentos en mucho tiempo: millones de desocupados y precarizados; miles de muertos por Covid-19; aumento continuo del costo de vida con la desintegración del poder adquisitivo del salario mínimo; aumento de la pobreza y de la extrema pobreza. La respuesta que intenta dar el gobierno es la misma receta ultraliberal de Paulo Guedes con privatizaciones y reformas impopulares, pero cada vez menos la población cree que esto resuelva sus necesidades inmediatas.

Al mismo tiempo, las encuestas electorales para 2022 muestran una ventaja para Lula frente a Bolsonaro. Algunos incluso apuntan a su probable victoria en la primera ronda. La preocupación de Lula/PT en este momento es que Bolsonaro se deshidrate al final de su mandato, lo que podría garantizarle la victoria. El PT pide el impeachment de Bolsonaro, pero lo cierto es que esta vía es perjudicial para los planes de Lula de un gobierno emergente de «unificación nacional». La destitución, aunque sea una opción institucional burguesa, causa un trauma al régimen. Además, estamos hablando de la posibilidad de dos impeachments seguidos. Este trauma puede aumentar las dudas sobre el destino del próximo gobierno y la estabilidad del ya fracturado régimen. El aparato burgués utilizará esta opción como último recurso y la burocracia sirve hoy y puede servir mañana como otro amortiguador de la crisis.

Por otro lado, la CPI del Covid en el Senado, aunque intensifique la crisis gubernamental, tiene como objetivo limitado aislar a Bolsonaro y convertirlo en un títere. Al mismo tiempo que una parte de los parlamentarios y partidos burgueses, presentados como «democráticos», muestran toda la podredumbre de la cloaca que es este gobierno genocida y corrupto, unifican e incluso dirigen la agenda ultraliberal de aplicación de las impopulares reformas y privatizaciones. Lira, Pacheco y el STF son los principales responsables de la permanencia del gobierno de Bolsonaro.

¿Qué política?

Creemos que hay que dar todo el peso posible al 13J y al 24J. La disputa que se produce hoy sobre cuál debe ser la fecha «principal» deseduca y desmoviliza a la vanguardia. En este momento, todos los espacios son esenciales para la construcción de la lucha. La oportunidad que vivimos exige decisión, no hay lugar para vacilaciones ni hegemonismos. La acentuación de la crisis crónica del gobierno de Bolsonaro no se hará esperar. O bien las movilizaciones se amplían, o bien pueden entrar gradualmente en declive. Es decir, todos los esfuerzos de las organizaciones deben jugarse por ahora.

En todo esto, el PSOL, el partido que construimos, tiene una tarea fundamental: llamar a la unidad total, dar un paso concreto construyendo el frente clasista y anticapitalista para disputar la conciencia de nuestra clase y desprenderse del PT. La dirección mayoritaria (bloque del PSOL de todas las luchas), con una política impresionista y oportunista, enfatiza la línea de ser un apéndice del PT. El PSOL tiene la obligación en este momento de presentar un programa propio y radical para la salida de la crisis con independencia de clase. Este es el objetivo que también tenemos en la construcción de la precandidatura a la Presidencia de la República del compañero Glauber Braga, quien postuló su nombre en defensa de un programa anticapitalista, radical e independiente que dialoga con la necesidad de ampliar la unidad de la izquierda donde no entra la derecha disfrazada de «centro».

Desde Alternativa Socialista y el Movimiento de Izquierda Radical del PSOL creemos que la Huelga General es el arma para derrocar a todo el gobierno de Bolsonaro. Para ello, es necesario que las principales organizaciones, como la Campaña Fora Bolsonaro, el Frente Povo na Rua, los Frentes Brasil Popular y Povo Sem Medo, la CUT, la CTB, la CSP-Conlutas, el MST, el MTST, la UNE se unifiquen en un calendario nacional de movilizaciones y activen de inmediato los lugares de trabajo, los movimientos por la vivienda y la tierra, los espacios del movimiento estudiantil y la juventud para construir la Huelga General. Sin esto, la caída de Bolsonaro está más lejos.

La necesidad de la clase trabajadora y de la mayoría del pueblo es que el gobierno de Bolsonaro se vaya ahora, no en 2022. ¡Construyamos el 13J, el 24J y los siguientes!