Nicaragua: desde las cárceles de Ortega-Murillo

Mientras se prepara la Comisión Internacional que viajará el 6 de julio para intentar visitar a las y los presos políticos en Nicaragua, presentamos la situación que se vive en las cárceles políticas de la dictadura capitalista-estalinista del FSLN. Los testimonios son contundentes. Humanizar la campaña por la libertad de todas las personas encerradas por protestar, por cuestionar, por organizarse contra el régimen, es fundamental.

Escribe: Mariano Rosa

Primero las cifras, los datos duros, impactantes. De los más de 180 presos políticos, 14 son mujeres y en total, 171 fueron detenidos con acusaciones que van desde delitos comunes inventados, hasta “conspiración”, “ataques a la integridad nacional” y otras calificaciones de ese tenor. Ya antes de las “Jornadas de Abril” de 2018, había 10 detenidos por razones políticas. Hay personas detenidas, excarceladas y recapturadas: en total, 44, de las cuales seis actualmente están encerradas por tercera vez por motivos políticos. Hay más de 30 que permanecen en celdas de reclusión diferenciada, ya sea en aislamiento, celda de castigo, o máxima seguridad. En la cárcel conocida como “El Chipote”, existen decenas de los principales liderazgos históricos del sandinismo disidente (por ejemplo, Dora Téllez, cuadro de la máxima dirección del FSLN en la insurrección del 79 o el recientemente fallecido preso, Hugo Torres, compañero de armas de Ortega), como así también emergentes del movimiento estudiantil. Ese presidio es el centro de torturas de la Policía Nacional del régimen, el corazón del dispositivo político-represivo del sandinismo en el poder. Las denuncias de familiares y colectivos de DDHH independientes, denuncian malos tratos, torturas a personas presas y sus familias en las pocas ocasiones en las que cada mes y medio o más, se les permite un limitadísimo acceso. Se les restringe alimentos, materiales de protección ante el COVID-19, el acceso a la salud, y material de lectura. Los testimonios de pérdida extrema de peso, de piezas dentales, desnutrición, problemas de memoria, de movilidad y desmayos, abundan. Primera aproximación al cuadro general. Siniestro.

Presa, exiliada, clandestina: la juventud rebelde en la tierra de Sandino

La mayoría de los presos actualmente en Nicaragua, son menores de 40 años. Las dos ciudades de origen predominantes son Managua y Masaya: epicentros de la rebelión de 2018, nudos de las protestas. Fueron la vanguardia indiscutida del enfrentamiento a la represión de abril, son las y los nietos de la generación que sufrió, enfrentó y derrotó al dictador Anastasio Somoza en 1979. Ahora, se levantaron contra la nueva dictadura, también capitalista, porque preserva negocios multimillonarios de burgueses locales y extranjeros, y estalinista, por su metodología de espionaje y persecución. El régimen, con su fraseología falsamente de izquierda y antiimperialista, los acusa de funcionales a EEUU o variantes de ese estilo. Sin embargo, enfrentaron la respuesta violenta a las protestas de sus abuelos por la reforma jubilatoria implementada por el gobierno de Ortega por dictado del FMI.

Yader Parajón: 31 años, condenado a 10 años de prisión en un juicio-farsa en febrero de 2022. Hermano de Jimmy Parajón, asesinado en las jornadas de abril por un balazo policial que le perforó un pulmón. Tenía 35 años. Yader se encamina a los 300 días de cárcel.

Yader Parajón, 31 años: condenado por «conspiración». Su hermano Jimmy, de 35 fue asesinado en las Jornadas de Abril. 

Freddy Valdivia Hernández: 19 años, es el preso más joven del régimen. Originario de Jinotega. Está detenido desde febrero de 2020.

Lesther Aleman: 23 años, es unos de liderazgos estudiantiles más conocidos. Su figura se nacionalizó porque se animó a desafiar presencialmente a Ortega en un acto oficial: “El pueblo está en las calles, nosotros estamos en esta mesa exigiéndole el cese de la represión. Sepa esto, ríndase ante todo este pueblo”. Desde el año pasado está preso, sufriendo aislamiento.

Lester Aleman, de 23 años: preso en una celda de castigo. Increpó públicamente a Ortega. 

John Cerna: 26 años, estudiante encarcelado hace más de 2 años, condenado bajo pruebas plantadas a 12 años de prisión. Participó de la toma de la UNI (Universidad Nacional de Ingeniería). Familiares denuncian lesiones graves por golpizas durante su captura, y tortura física y psicológica. No recibió atención médico y escasa alimentación. 

Samantha Jirón

Hay presos de 21 años, todos ellos con condenas de amenaza a la integridad nacional: Misael Escorcia Rugama, de Matagalpa; Jorge Marenco Rojas y Richard Martínez Arana, los dos de Managua. Un caso emblemático, es el de Samantha Jirón, también de 21 años: esta estudiante tenía 18 años, en la época de la rebelión y desde noviembre del año pasado sufre torturas acusada también de amenazar la “unidad nacional”.

Por todos ellos, que son algunos de los ejemplos más conocidos, por los miles de clandestinos, exiliados y las decenas de asesinados tenemos la obligación internacionalista de luchar por su libertad.

La dictadura forzó el exilio de miles de estudiantes nicaragüenses

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Que crezca el respaldo a la Comisión Internacional, que se sepa en todo el mundo

A la juventud presa se suman dirigentes anti-somocistas históricos, del propio riñón del sandinismo, en posiciones críticas; referentes sociales del movimiento campesino; e incluso, de la oposición burguesa. La nueva ofensiva violenta de Ortega-Murillo desplegada desde finales del año pasado con una serie de leyes “justificatorias”, es un movimiento preventivo, aleccionador, orientado a impedir cualquier reagrupamiento opositor. Sin embargo, la resistencia, aunque dispersa y golpeada, se empieza a reanimar. La confluencia del exilio más combativo, e independiente de toda opción empresaria o con expectativas en injerencias del imperialismo “gringo”, con fuerzas del campo anticapitalista y socialista, que nada tienen que ver el régimen actual, tiene un potencial revolucionario para la etapa que se empieza a perfilar. La Liga Internacional Socialista y sus secciones en todo el mundo, son animadores de la iniciativa de la Comisión Internacional de personalidades de los DDHH y parlamentarios de izquierda y antiimperialistas que tienen previsto viajar en julio a Centroamérica: primero a Costa Rica y de allí en una Caravana Histórica, hasta la frontera con Nicaragua en Peñas Blancas. Nuestra tarea inmediata consiste en sumar adhesiones a la Comisión y a la vez, en el movimiento estudiantil, en la clase obrera y en los barrios populares, desplegar una multiplicidad de encuentros, foros, conversatorios y eventos de difusión de la realidad actual en Nicaragua, conectada con la historia de ese país desde la Revolución de 1979, sus límites de origen y sus derivas posteriores. Retomamos la huella de la Brigada Simón Bolívar. Ahora, en 2022, más que nunca. Por la libertad de las y los presos políticos. Para que se vayan Ortega-Murillo. Por la emancipación revolucionaria de Centroamérica y el Caribe. Por la unidad socialista con democracia para toda esa región.