Congreso Panafricano de la LIS: El drama humano de la inmigración hacia Europa

El Manifiesto del Congreso expresa: “…muchos africanos buscan una salida migrando, nos reciben con discriminación, represión y violencia. Miles de vidas se pierden intentando apenas lograr un futuro mejor para nuestros hijos”. Esta es la cruel realidad, moldeada durante siglos a la sombra del imperialismo europeo, que aborda la presente nota. Para contrarrestarla, es necesario un accionar intercontinental en común y una estrategia socialista”. A continuación, expresamos algunas opiniones de apoyo escritas por camaradas de la Liga Internacional Socialista (LIS) desde la Unión Europea.

Por Marie Dupont y Rubén Tzanoff

En todo el planeta, la historia del imperialismo europeo está marcada por el saqueo, las matanzas y la esclavitud. África es uno de los continentes que ha sido más diezmado. Aunque los movimientos de liberación nacional lograron la independencia, ésta adquirió un carácter formal ya que la dominación política y económica no desapareció. Al mismo tiempo, ha perdurado la esencia del trato racista hacia las personas no blancas, pobres y extranjeras.  

La “Europa Fortaleza”

Con el auge del capitalismo del Siglo XIX, los poderosos del Viejo Continente se enriquecieron a costa del empobrecimiento de otros continentes como el africano. En pleno Siglo XXI, los herederos del viejo legado imperialista en la Unión Europea (UE) son los diseñadores de la “Europa Fortaleza” como un enclave con rasgos racistas. Lo hacen a sabiendas de que necesitan mano de obra barata para aumentar las ganancias patronales y ocupar los empleos que pocos quieren y que sus aportes eviten el colapso del sistema de pensiones, jaqueado por el envejecimiento de la población. El criterio que limita la cuota de recepción se basa en los intereses de los Estados capitalistas más ricos del planeta, no en las urgencias de las personas más pobres y que más ayuda necesitan. Por fuera de este circuito oficial, de por sí injusto, existe un entramado de medidas tendientes evitar el ingreso a la UE de las personas “sin papeles”.  

Las cosas por su nombre: es una crisis

La UE usa el término “crisis” sólo cuando los movimientos migratorios superan ampliamente los registros previos, como sucedió en 2015. A como dé lugar, quieren minimizar el impacto del desastre humanitario que acontece cada día en el “Primer Mundo”. Lo cierto es que está en curso una crisis crónica y profunda, ya que resulta innegable el aumento del flujo de personas que intentan llegar a suelo europeo. Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), hay 281 millones de migrantes a nivel internacional y Europa se constituye en el tercer territorio con la proporción más alta respecto de la población total.[1]

Las estadísticas de ACNUR (agencia de la ONU para los refugiados) indican que desde el inicio de la invasión de Rusia a Ucrania se produjeron más de 20 millones de cruces de fronterizos. Según el portal del Parlamento Europeo, “En 2015 y 2016, en el punto álgido de la crisis migratoria, se detectaron más de 2,3 millones de cruces de fronteras irregulares. El número total de cruces detectados en 2022 fue de 330.000, el nivel más alto desde 2016. Este número aumentó en todas las rutas de migración irregular. La travesía del Mediterráneo Central sigue siendo la más mortífera de las cuatro rutas migratorias hacia Europa, con cerca de 1.400 personas muertas o desaparecidas en 2022”. En junio de este año, la Dirección General de Extranjeros en Francia (DGET) publicó las cifras de 2022[2], en las mismas se destaca que la mayor cantidad de solicitudes de residencia provienen de Argelia, Marruecos, Túnez, y Costa de Marfil, que hay 3,8 millones de inmigrantes (para Eurostat[3] son 9,1 millones) y que 19.429 fueron expulsados, un 14,9% más que en 2021. 

Factores objetivos

Los principales factores que empujan a las personas a intentar recomenzar su vida en tierras desconocidas son las guerras, la pobreza extrema y la persecución étnica, religiosa, racial, política y cultural. En 2022 Europa recibió casi 1 millón de pedidos de asilo mayoritariamente procedentes de Siria, Afganistán y Venezuela[4], pero sólo le otorgó la protección a un tercio de los solicitantes. Los capitalistas y sus cómplices actúan en un doble sentido: generan las crisis económicas, sociales y humanitarias que fuerzan la inmigración y al mismo tiempo definen las medidas represivas tendientes a rechazarla de sus países de residencia.

Represión fronteriza

Sólo se tomarán dos ejemplos. El año pasado 2 mil personas provenientes de Sudán, Sudán del Sur y Chad, intentaron cruzar la valla de Melilla que separa al Reino de Marruecos del Reino de España. La represión conjunta causó la muerte de 100 personas, según los datos de Amnistía Internacional. El régimen de Mohamed VI “sólo” contabilizó 23 personas muertas, por las cuales el gobierno de Pedro Sánchez no se consideró responsable. A mediados de septiembre de 2023, la isla siciliana de Lampedusa (Italia) recibió en dos días a 7 mil personas provenientes del norte de África. Según el Ministerio del Interior1 en lo que va del año ya suman 124.000. En respuesta, el gobierno de extrema derecha de Giorgia Meloni, solicitó la asistencia naval a la UE para disuadir embarcaciones que se suma a las medidas que ya obstaculizan y penalizan la asistencia marítima de las ONG.

Muerte en el mar y deportaciones

Hay jóvenes que viajan de polizón en el timón de barcos mercantes, familias que venden lo poco que tienen y gastan sus humildes ahorros para abordar una patera y jugarse la vida en el Mediterráneo o el Atlántico. Los naufragios de precarias y saturadas embarcaciones que no reciben salvataje provocan decenas de muertes por ahogamiento, entre ellas las de muchos niños. Según datos oficiales de 2022 contrastados con los de 2021 todos los parámetros fueron en aumento: los cruces “ilegales” el 66 %, los realizados por mar el 29 % y por tierra el 110 %. En 2022 se notificó la muerte o desaparición de 2.406 personas en las tres principales rutas marítimas del Mediterráneo. A nivel internacional, desde 2014, se cuentan 58.965 desapariciones, de las cuales 29.188 corresponden a Europa y el Mar Mediterráneo. En lo que va del año hasta septiembre de 2023, los datos son escalofriantes:[5] 2.357 personas muertas o desaparecidas en el Mediterráneo, 209 en rutas hacia España, 1.533 en el Mediterráneo central y 95 en el oriental.

Hay quienes logran llegar a la UE con la esperanza de obtener asilo, pero los expulsan en un trámite exprés. En 2021 hubo 340.500 deportaciones, en 2022 la cifra ascendió a 420.100. Según Eurostat, las extradiciones más numerosas las realizan Alemania, Francia y Suecia hacia Argelia, Marruecos, Pakistán, Afganistán y Albania. En este sentido, el ministro del Interior francés Gérald Darmanin expresó que no dará asilo ninguna persona que no cumpla con los “criterios de asilo político» ya que considera que los países africanos francófonos “son seguros” para enviar a sus ciudadanos de vuelta.

Gobiernos, agencias especiales y gendarmes externos

Los gobiernos de extrema derecha de Italia, Hungría y Polonia son brutalmente antinmigrantes y las gestiones socialdemócratas y reformistas se presentan como más “humanitarias”. Sin embargo, ambos tienen el mismo objetivo: frenar la inmigración. La UE gestiona los asuntos limítrofes a través de la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas (Frontex) que en pocos años pasó de asesorar a los Estados a coordinar y dirigir labores de vigilancia y operaciones de retorno, contando con presupuestos millonarios. Además, externaliza la gestión de la migración a países en donde la vulneración de los derechos humanos es cosa de todos los días. A cambio de grandes sumas de dinero la UE ha transformado los “acuerdos de cooperación” con Marruecos, Turquía, Libia y Túnez, entre otros, en un pilar del control represivo fronterizo.

Legislaciones a medida de la derecha

En Francia el ministro del Interior, Gérard Darmanin, expresó sus intenciones a través de un proyecto de ley ya aprobado en el Senado y que se debatirá en la Asamblea Nacional el próximo 11 de diciembre. El proyecto aprobado suprime la ayuda médica del Estado (AME) a las personas sin papeles; quienes trabajan en profesiones escasas puedan obtener un permiso de residencia de un año de manera «excepcional» y la solicitud puede ser presentada por el trabajador, sin el acuerdo o aval del empleador; en relación a quienes se encuentren en una “situación legal”, deberán acreditar cinco años de residencia, frente a los seis meses actuales, para poder beneficiarse de determinadas prestaciones, como la ayuda personalizada a la vivienda (APL) o las asignaciones familiares.

Además, se simplificaron las normas de expulsión, una modificación presentada por el gobierno añadió que los autores de una «violación deliberada y particularmente grave de los principios de la República» podrán ser expulsados también, sin explicitar a qué refiere : ¿participar de una huelga atenta contra los principios de la República?

A su vez, se reformó el derecho de asilo reduciendo el número de procedimientos que permiten impugnar una expulsión, se condicionaron la entrega de permisos de residencia y el reagrupamiento familiar, aumentando de 18 a 24 meses el tiempo de estancia en el territorio necesario para realizar esta solicitud. Darmanin y Ministro de Trabajo Dussopt reconocieron que pretenden aprobar esta ley exigida por los empresarios.[6]

En los países de la UE la derecha y la ultraderecha presionan el endurecimiento de la legislación, agitan su discurso de odio contra los centros de ayuda y responsabilizan del desempleo a los trabajadores extranjeros en lugar de señalar a los verdaderos responsables que son los empresarios capitalistas. En el Estado español, Vox encarna un miserable ejemplo de este accionar. Los inmigrantes son un blanco predilecto de los sectores fascistas tanto en las instituciones como en las calles.

Retroceso y represalias

Francia responde a su retroceso en África tomando medidas contra las personas que de allí provienen. Aunque muchas colonias se independizaron la dominación continúo con distintas herramientas, como el uso del Franco CFA.[7] Sin embargo, en los últimos tres años hubo siete golpes de Estado, cinco de ellos en excolonias francesas: Mali (2020 y 2021), Guinea Conakry (2021), Burkina Faso (2022), Níger y Gabón (2023) que indican un fuerte deterioro del relacionamiento institucional, expresado y profundizado con la irrupción del movimiento de masas. Por ejemplo, Níger es rico en minerales como el valioso uranio, pero tiene al 47% de la población viviendo en la más absoluta pobreza: apenas el 11% accede a servicios de salud y el 7% sufre la esclavitud. Es el resultado de las “ayudas de desarrollo” elaboradas en París. De aquí proviene el renovado “sentimiento antifrancés” y no solo de la usina propagandística de Rusia, cada vez más influyente en el continente. El presidente Emmanuel Macron endureció el trato a los extranjeros en el país suspendiendo las visas ya admitidas y pagadas de jóvenes estudiantes de Malí, Níger y Burkina Faso.

Rechazar el Pacto Migratorio y las falsedades

Los ministros de Justicia e interior de la UE elaboraron elPacto Europeo de Inmigración y Asilo que implica: la organización de la inmigración en función de las necesidades del mercado laboral, la acción contra la inmigración “ilegal”, la organización de las expulsiones, el aumento del control fronterizo y los acuerdos para la represión con los países de origen y tránsito. Las autoridades argumentan que “los países miembros no poseen los medios para acoger dignamente a todos los inmigrantes”. Son cínicos al cuadrado, primero, porque poseen la mayor riqueza continental del planeta. Segundo, porque ocultan que durante toda la historia enormes flujos de inmigrantes europeos empujados por las guerras, el hambre y la miseria, se refugiaron en otros continentes realmente pobres, siendo recibidos con los brazos abiertos y la solidaridad que hoy se niegan a ejercer.

Apoyar y unir los reclamos

En Francia, España, Italia, Alemania y en todos los países se levantan voces convencidas de que “Ninguna persona es ilegal”. Yse hacen un sinfín de actividades antirracistas, por la apertura de las fronteras, la libertad de circulación e instalación y la regularización con plenos derechos democráticos y sociales. Los socialistas revolucionarios apoyamos estas acciones, impulsamos la coordinación de los reclamos y la creación de un canal unitario para expresar la solidaridad activamente: un gran movimiento en defensa del migrante. Además, destacamos la necesidad de acentuar en la defensa de la mujer trabajadora, víctima de un triple sufrimiento por ser explotada en los empleos, oprimida en los  hogares y racializada en las instituciones. 

Lucha intercontinental y socialismo

La explotación, la opresión y el racismo son intrínsecos al sistema capitalista imperialista, bajo cuyo dominio perduran rasgos del pasado más retrógrado. Para derrotarlo, una movilización sostenida y organizada superando los límites nacionales. Por eso, la Liga Internacional Socialista (LIS) y las organizaciones que la integran, están al servicio de impulsar una lucha intercontinental coordinada, que una en un solo puño las acciones progresistas europeas con las africanas y las de otros continentes en reclamo de la libre circulación con plenos derechos. Ante el destino de barbarie hacia el que conduce el sistema capitalista imperialista es necesario organizarse y luchar en forma independiente, por un mundo sin fronteras, sin explotación ni opresión, en el que se respeten los derechos sociales y humanos; es decir, por un mundo con un sistema socialista.  


[1] Informe sobre las Migraciones en el Mundo 2022

[2] https://www.vie-publique.fr/en-bref/287990-immigration-les-chiffres-pour-2022

[3] La oficina estadística de la Unión Europea.

[4] https://www.europarl.europa.eu/news/es/headlines/world/20200624STO81906/explorar-las-causas-de-la-migracion-por-que-migran-las-personas

[5] https://www.epdata.es/datos/inmigrantes-muertos-desaparecidos-mediterraneo-camino-europa/85

[6] https://nouveaupartianticapitaliste.fr/loi-darmanin-sur-limmigration-un-tri-des-migrants-au-service-du-patronat/

[7] El franco CFA (franco de la comunidad financiera africana) es el nombre de dos monedas: el franco CFA de África Occidental, utilizado en ocho países de África Occidental, y el franco CFA de África Central, utilizado en seis países de África Central