Centenario de la muerte de Lenin: intervención de Alejandro Bodart en la charla internacional

A continuación compartimos la intervención de apertura y el cierre de Alejandro Bodart, dirigente nacional del MST en el FIT-Unidad y coordinador de la LIS, en la charla internacional realizada el 9 de febrero en el marco del centenario de la muerte de Lenin.

Apertura

Hace 100 años que nos dejó Lenin. Y es muy importante recordar a Lenin y recordar las enseñanzas del leninismo. Porque si bien han pasado 100 años, el marxismo no es un dogma, no es una receta que uno puede aplicar solamente leyendo los libros, las situaciones muchas veces son distintas, las enseñanzas del leninismo, las líneas conductoras de todo su pensamiento, creo que, en líneas generales, tienen mucha vigencia. Y, por eso, es muy importante recordarlo, estudiarlo a Lenin. Porque cuando uno estudia Lenin siempre aprende algo nuevo.

Sin Lenin el Octubre no se hubiera dado. La primera Revolución Obrera triunfante tuvo una conducción en Lenin fundamental. Toda la dirección bolchevique sin Lenin, discutía cómo no hacer la revolución. Fue fundamental su rol. Incluso, como bien se dijo acá, lo decía Imran, Trotsky estuvo equivocado en una parte fundamental en todo el periodo previo a la revolución. Trotsky no veía la importancia del partido revolucionario y le cuestionó a Lenin durante mucho tiempo esto. Pero Trotsky, a partir del propio desarrollo de la Revolución, asumió y reivindicó a Lenin y se reconoció como equivocado. Expresó claramente que, sin Lenin, sin sus enseñanzas, sin el partido bolchevique, sin la construcción de ese partido, era imposible la Revolución, y ahí es donde se da la confluencia entre Trotsky y Lenin. Trotsky aporta, por supuesto, su teoría de la Revolución permanente, pero, tal vez, como el Trotsky mismo lo decía y lo hemos dicho muchas veces, posiblemente Lenin sin Trotsky iba a llegar a conclusiones parecidas. De hecho, en las Tesis de abril llega a conclusiones muy parecidas a lo que Trotsky había llegado un tiempo antes con la revolución permanente y la teoría de la Revolución. Pero sin el partido bolchevique, que fue una creación de Lenin, la revolución no se hubiera hecho, de ahí la importancia que tiene.

Ojo, Lenin no solo aportó a la teoría del partido, rescató a un Marx que había sido bastante bastardeado por los dirigentes de la socialdemocracia de la época. Sobre todo, a partir de 1914, donde claudican ante la guerra imperialista. Los que eran los padres y continuadores del marxismo, que eran sobre todo de la socialdemocracia alemana, habían empezado un proceso de degeneración muy grande, habían incluso intentado camuflar detrás del pensamiento de Marx y Engels teorías que no tenían nada que ver con ellos. Lenin rescata el verdadero Marx y lo muestra en algunas de sus obras que yo recomiendo leer. Muchas veces cuando entran los compañeros al partido nos preguntan qué leer. Bueno, creo que hay muchas obras de Lenin que son importantes leer: El Estado y la Revolución, por ejemplo, Imperialismo, Las Tesis de abril. Hay muchas, muchas.

Yo me voy a referir a algunos conceptos esenciales. Lenin, el leninismo y el marxismo, nunca fueron un dogma. Lenin nunca fue dogmático, por eso encabezó la lucha para tomar el poder en Rusia que, según “el marxismo”, un país atrasado como era Rusia, no tenía que encabezar la disputa el poder. En ese sentido se podía decir que los más marxistas, en ese momento, eran los mencheviques, que decían que no estaba planteado, que solo estaba planteado el socialismo en los países más desarrollados. Porque en la época de Marx, que no era la época que le tocó vivir a Lenin, los países que tenían un desarrollo de las fuerzas productivas y que podían conducir al socialismo (eran los países desarrollados). Era un poco lo que todos los teóricos del momento creían, solo se podía dar en Alemania, en los grandes países y no en los países atrasados. Pero Lenin, y en eso coincidía también con Trotsky, en aquel momento, desoyendo eso y viendo la realidad tal cual era, discutieron que un país atrasado como Rusia, que era un eslabón débil, podía avanzar y por eso se plantearon esa tarea y gracias a que se plantearon esa tarea pudo existir un Octubre triunfante.

Si se hubiera seguido el dogma de la época sin analizar la realidad, sin ver cómo se estaban desarrollando las relaciones de fuerza, sin ver que desde el ‘14 ya el capitalismo había entrado en una fase regresiva y que, por lo tanto, ya con la formación del imperialismo, la Guerra Mundial, ya no era lo mismo que la etapa anterior y que, por lo tanto, un país atrasado podía llegar a avanzar hacia el socialismo. Si no hubiera sido por una mente abierta, no dogmática, posiblemente no se hubiera avanzado. Los mencheviques le criticaban a los bolcheviques eso precisamente, que estaban haciendo una tarea que no estaba planteada para el momento, que iban a fracasar porque no estaba planteada la posibilidad de un triunfo de la Revolución, que había que esperar, que había que pechar para que primero se desarrollara la democracia burguesa en el país. Los bolcheviques entendieron que eso que podía haber estado bien décadas atrás ya no estaba planteado en el momento. Yo digo esto porque se intenta mostrar al marxismo en general, al leninismo, al trotskismo como una fuerza dogmática, el marxismo, el leninismo, el trotskismo, es lo opuesto al dogmatismo. Es el análisis de la realidad tal cual es. Y si hace falta cambiar, hay que cambiar porque si un revolucionario no es capaz de revolucionarse a sí mismo, deja de ser revolucionario.

Los aportes de Lenin fueron fundamentales para el momento y hay algunos aportes que son fundamentales hoy. Lenin escribió entre el febrero del ‘17 y el octubre una obra que para mí tiene una vigencia extraordinaria y que recomiendo leer: El Estado y la Revolución. Incluso el Estado está en debate a partir de las derechas en muchos lugares del mundo. Hay algunos que se dicen “anarcocapitalistas”, que dicen que quieren destruir el Estado, achicarlo. Era un debate en aquel momento qué hacer con el Estado, porque había empezado un proceso de adaptación en la socialdemocracia alemana. Empezaba a plantear que más que destruir el Estado, había que asaltar el Estado tal cual era e incluso que se podía llegar al poder sin destruir el Estado capitalista. Había tenido tanto peso el desarrollo de la socialdemocracia alemana, incluso electoralmente, era un partido enorme, muy grande, que muchos de los teóricos del momento que habían sido los que habían llevado la obra de Marx y la habían desarrollado, habían empezado adaptarse al ritmo de la democracia burguesa de aquel momento. Planteaban que más que destruir el Estado, por vía electoral incluso, se podía llegar al socialismo por una vía pacífica.

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Lenin escribe, precisamente entre el febrero y el octubre, que eso, que era lo que planteaban los mencheviques en aquel momento, iba a llevar a la derrota completa al proletariado. No había ninguna forma de rescatar nada del Estado burgués, el Estado burgués como tal, tenía que ser destruido como única forma de que la sociedad avanzara. Este es un debate muy importante hoy todavía, porque hay muchos que incluso se dicen de izquierda o de centro izquierda en el mundo y afirman que ya no está planteado la revolución, destruir el Estado. A lo sumo lo que hay que hacer es fortalecerse y utilizar el propio Estado para avanzar, que se puede “radicalizar” la democracia sin destruir el Estado. Hubo una experiencia trágica en Chile, por ejemplo. Llevando a fondo esa teoría, donde estaban las condiciones para destruir el Estado burgués. El socialismo de Allende planteó que la vía al socialismo era una vía pacífica, que no había que destruirlo, sino que se podía llegar por elecciones como llegó él y sin destruir el Estado, se podía consolidar el poder. Bueno, las masas chilenas lo pagaron con más de 10.000 muertos de lo mejor de la vanguardia y con una dictadura que duró décadas. El propio Allende la pagó con su vida a esa teoría.

Lenin, que rescata a Marx en cuanto a las definiciones del Estado, es grande porque no solo rescató la teoría del Estado de Marx, sino que la llevó a la práctica y logró destruir al Estado burgués en Rusia. Y definir con claridad qué es el Estado burgués, porque el Estado burgués tiene dos características fundamentales: una es que el Estado, tal cual como lo conocemos nosotros, incluso los distintos estadíos que han tenido los Estados de dominación, es la dictadura de una clase para oprimir a otra. Y el Estado burgués detrás de las formas, aunque tenga una forma democrática o dictatorial, es la dictadura de una minoría que tiene a las Fuerzas Armadas como el brazo fundamental para utilizar cuando se le van las cosas de las manos para garantizar que la propiedad privada esté en manos de esa pequeña minoría. Se apoya también en una burocracia extraordinaria, de miles y miles, en algunos países grandes de millones, de privilegiados que alrededor de ese Estado defienden con uñas y dientes sus privilegios para que la burguesía pueda estar. Son los diputados, los senadores, los asesores, los gerentes, los funcionarios, que son una capa privilegiada que va a dar la vida para mantener esos privilegios y va a apoyar a ese Estado porque fruto de ese Estado mantiene sus privilegios. Por eso, Lenin planteaba que no hay ninguna posibilidad de ir a otro estadío sin destruir eso, tomando como ejemplo lo que había pasado en la Comuna de París. Que tuvo una gran falla porque no logró destruir el Estado e incluso ni se lo planteó a fondo en aquel momento, aunque fue la primera revolución obrera que había logrado avanzar, fue derrotada, pero logró un período de vida muy importante.

Basado en esas experiencias planteó que las primeras medidas que tenía que tomar un gobierno de los trabajadores eran, en primer lugar, destruir el ejército y liquidar esa camada de privilegiados con algunas medidas que muchas veces levantamos nosotros. Como que nadie pueda ganar más que un obrero en un Estado socialista. Y, por lo tanto, para destruir ese aparato burocrático tremendo, parte fundamental es quitarle todos los privilegios a toda esa camada de diputados, senadores, presidentes, todo el mundo, gane como un trabajador. Ahora esta tarea, la de destruir a las Fuerzas Armadas, que son una herramienta construida por la burguesía, y sacarle los privilegios a toda esa camada de cientos de miles que viven en una situación de privilegio por sobre el resto, no puede ser una pelea pacífica. ¿Por qué? Porque ni el ejército, por más que uno gane, va a decir: “Bueno, me retiro”. Esa camada no va a dejar sus privilegios sin dar una pelea a muerte y, por eso, no hay ninguna posibilidad de vía pacífica hacia el socialismo, sino es una lucha muerte, revolucionaria. Precisamente contra todas las fuerzas del capital, que no van a dejar sus privilegios, no van a dejar de tener el control del 100% de las fuerzas productivas para que pasen a ser utilizadas colectivamente por el conjunto de la sociedad sin dar resistencia.

Estos debates eran fundamentales en aquella época, porque eran debates acalorados sin haber una experiencia práctica a fondo que demostrara quién tenía la razón. Haber logrado dar una batalla para alrededor de todo esto organizar un partido, que era el segundo de los grandes aportes de Lenin, para tomar el poder porque mientras se discutía si había que destruir el Estado o no. El otro debate era qué tipo de partido hace falta construir porque, ¿hace falta un partido que tenga la fuerza y pelee por destruir el Estado o hace falta un partido que, como no está planteado tomar el poder ni destruir el Estado, sea un partido más bien laxo o light? El otro gran aporte de Lenin, es plantear que para la tarea que estaba planteada no hacía falta un partido light, como en aquel momento pregonaban los sectores de la socialdemocracia. Sino que hacía falta un partido que se planteara como estrategia la toma del poder y para construir ese partido, tenía que ser un partido de militantes profesionales cuyo núcleo fundamental pudiera soportar no solo la actividad en épocas de democracia, sino que pudiera soportar la militancia cuando la burguesía acorralada tirara a la basura la democracia e impusiera regímenes completamente autoritarios, como hace la burguesía periódicamente. Y eso lo hemos visto, por ejemplo, en muchos países que cuando se le agota la democracia es la primera impulsora de gobiernos autoritarios e incluso de dictaduras. En el fondo, el Estado burgués puede tener distintas caras, democráticas, de dictadura, la esencia que no cambia es que es un Estado al servicio de que una minoría gobierne a la mayoría. Para destruir ese Estado y construir otra cosa hacía falta, además de impulsar la movilización revolucionaria del movimiento de masas, construir un partido que pudiera soportar esa presión y esa situación, y que en una etapa donde la burguesía apelara a la represión no se disolviera. Como pasaba con muchos de la socialdemocracia que, donde no tenía partido firme, cuando la burguesía acorralada aplicaba la represión, prácticamente los partidos se disolvían.

Hay un ejemplo muy importante, que es la polémica de Lenin con Rosa Luxemburgo. Rosa Luxemburgo, que fue una revolucionaria tremenda en la época, no tenía la concepción de partido que tenía Lenin. En un sentido, en un momento, era muy parecida a la concepción de Trotsky. Creía que un partido centralizado era equivocado y pagó con su vida ese hecho. En Alemania, cuando viene la reacción, al no tener un partido que incluso la proteja de la propia represión, un partido centralizado, hizo que la propia socialdemocracia en el poder a ella, a Karl Liebknecht y a una camada tremenda de revolucionarios los reprimieran y los asesinaran en pleno proceso y desarrollo de la revolución. O sea, los debates y los aportes de Lenin, en cuanto al tipo de partido que hay que construir, a las tareas que tiene planteada la revolución, son tareas fundamentales que en ese sentido tienen vigencia hoy, compañeros.

Hay debates hoy. Por ejemplo, hay una corriente en Estados Unidos que se fortaleció a partir de la crisis capitalista, que es el DSA (Socialistas Democráticos de América). Un partido que actúa dentro del partido Demócrata, que plantea que hay que reivindicar a Kautsky por sobre Lenin. En un aspecto, por ejemplo, porque sobre todo en los países avanzados ya no estaría planteada la revolución. Porque prácticamente es muy difícil, porque la democracia convence tanto al movimiento de masas que más que un partido y una teoría para tomar el poder, lo que hace falta es construir más un partido que tenga fuerza suficiente como para ir creciendo electoralmente. Y, por esa vía, provocar los cambios que son necesarios. Se reactivan permanentemente estas teorías, nosotros tenemos acá, en muchos países, corrientes que frente al avance de la derecha plantean que la revolución ya es el pasado y que lo que hay que hacer es reagruparse todos contra la derecha. Aunque no para tomar el poder ni ir hacia el socialismo, que es medio del pasado, sino para ver si así frenando a la derecha se pueden provocar algunos cambios. Bueno, lamentablemente, y este es otro aporte de Lenin, en la etapa que en la que está el capitalismo, que es una etapa regresiva para la humanidad, si no se derrota el capitalismo es imposible ir a un período de más reformas donde vivamos mejor. Sino que, lo más probable, es que el capitalismo en su etapa de crisis nos lleve cada vez más a la barbarie, más que a solucionar algunos problemas. Incluso hasta la democracia cada vez está más en riesgo, porque en la medida que el capitalismo cada vez está más en crisis, cada vez tiende a necesitar más medidas de tipo autoritarias y ahí es donde vienen para mí las enseñanzas de Lenin.

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Miren, no hay ninguna posibilidad de avanzar sin derrotar al capitalismo, ninguna. Pero derrotar al capitalismo, es derrotar al Estado burgués y derrotar al Estado burgués es derrotarlo venciendo a los que protegen al Estado burgués, que son las fuerzas represivas. Derrotar y destruir el Estado burgués, es destruir esa camada de privilegiados, y solo se puede lograr en el medio de una revolución. El problema es que si no tenés una herramienta para dirigir ese proceso revolucionario las revoluciones se pierden e incluso muchas de ellas terminan en un proceso de contrarrevolución. Porque la burguesía desesperada, cuando no somos capaces de llevar un proceso revolucionario al triunfo, posiblemente lo reviertan.

Entonces, frente a toda la vanguardia luchadora, hoy afirmamos que estamos en un mundo que está polarizado, completamente polarizado. Hay dos grandes polos en la situación mundial: hay un polo que empieza a tener expresión política y esto pasa siempre en los momentos de grandes crisis del capitalismo. Esa expresión política cada vez es más de derecha, de ese polo. No podemos dejar de prestar atención que está surgiendo en todo el mundo, en uno de esos polos, una expresión política cada vez más contrarrevolucionaria. Ahora bien, hay otro polo en la situación mundial, que es el polo de la lucha de clases, que también cada vez se desarrolla más. Por ejemplo, lo hemos visto en Argentina, en estos días, que reacciona frente al polo de derecha, pero que no tiene representación política todavía. Esa es una gran debilidad del polo de la lucha de clases, que se desarrolla cada vez más pero que, al mismo tiempo, no tiene representación política. La tarea de las tareas que están planteadas hoy, es construir esa representación política en las luchas. Y es un debate que hay que construir. Yo creo que, en ese sentido, el leninismo, no como dogma, no como receta, pero sí como guía para la acción, sigue siendo la única teoría vigente. Porque si no hay construcción de un partido revolucionario, que se arraigue en el movimiento de masas, no haciendo propaganda, sino a través de insertarse en la clase obrera, en sus luchas, pero que al mismo tiempo construya una herramienta revolucionaria para disputar el poder, se puede perder esta situación y ese polo de derecha que hoy está ahí, latente, puede terminar dándonos golpes fuertes a los revolucionarios.

Entonces la discusión de Lenin, no es una discusión histórica solamente, sus enseñanzas están vigentes. Aunque Lenin se murió en un momento trágico, porque se murió a los pocos años de que se inició el proceso revolucionario y en Rusia, por una serie de condiciones objetivas, pero también por la desgracia de que perdió su conductor, el partido bolchevique se fue un proceso de burocratización tremenda. Es otro debate que tenemos que encarar los revolucionarios. Trotsky tomó la bandera de Lenin y siguió peleando, pero fue derrotado y por eso el estalinismo se consolidó en la URSS y en el mundo. Mucha gente, por el peso que tuvo el estalinismo, asocia todas las ideas del marxismo revolucionario y de Lenin e incluso de Trotsky al estalinismo. Tiene una visión distorsionada de lo que es realmente el marxismo y, por eso, muchas veces cuesta tanto que explicar que no tenemos nada que ver con todo lo que pasó en ese periodo histórico, que no tenemos nada que ver con cómo terminó, que no tenemos nada que ver con lo que pasa en Nicaragua, en China, en Rusia. Con lo que es el socialismo que la burguesía utiliza para precisamente manchar las banderas y que el socialismo real no tiene nada que ver con eso.

En El Estado y la Revolución, y por eso yo recomiendo leerlo, retomando a Marx, lo que se plantea es que tomar el poder, que es una tarea fundamental de cara a lograr cambiar a la sociedad, plantea que, durante un período, va a hacer falta un Estado para precisamente enfrentar la reacción de la burguesía. En el caso de Rusia hubo 19 ejércitos, o sea, toda la burguesía mundial se unió cuando tomaron el poder los bolcheviques para tratar de sacarlos del poder. Frente a eso, hizo falta un Estado con un ejército para poder enfrentar eso, pero los socialistas no creemos que la salida sea construir otro Estado. Por eso, consideramos que es una transición rápida la de tomar el poder, asumir que hay que enfrentar y, para eso, hace falta un Estado, pero lo entendemos como una tarea transicional porque todo Estado de por sí genera tendencias hacia la burocratización y hacia volverse contra el movimiento de masas. Por lo tanto, la tarea de los socialistas revolucionarios es saber que desde el primer día de la toma del poder hay que empezar a destruir, incluso, el nuevo Estado transicional que se forma para ir a un período donde ya no exista ningún Estado. Porque todos los Estados son opresores, pero para para eso hace falta la revolución mundial. No hay ninguna posibilidad de generar este proceso en el marco de un país, que fue otro de los grandes debates que le tocó a Trotsky desarrollar después con el estalinismo y, por eso, somos fanáticos de construir una organización internacional, porque no hay ninguna posibilidad de destruir el Estado, e incluso el Estado transicional que uno se ve obligado a construir para ir contra la reacción burguesa en el marco de un solo estado nacional.

La desgracia de la Revolución rusa fue la derrota de la Revolución alemana, que era la posibilidad de que la revolución se extendiera. Ahora, fue derrotada la Revolución alemana porque lamentablemente en Alemania no había un partido bolchevique, y es una enseñanza que se pagó con sangre y fuego. Fruto de la derrota de la Revolución alemana se fue secando la Revolución rusa. La burocracia esta de ese Estado que tenía que ser transicional, se terminó fortaleciendo y desde adentro el propio proceso terminó retrocediendo. Pero creo que es muy importante discutir a Lenin, porque Lenin en el último año de su vida, viendo que ya había un proceso de burocratización, dio una pelea tremenda contra eso hasta terminar incluso en un testamento, que es donde plantea que había que empezar a pelear contra esa burocratización. Porque se corría el riesgo que ese Estado, que se había empezado a construir, lejos de debilitarse, que era lo que proponían Marx, Engels, Lenin y Trotsky, se estaba empezando a fortalecer con nuevos burócratas, con nuevos funcionarios, con una nueva capa de privilegiados que de construirse y fortalecerse y estabilizarse, iban a reventar la Revolución por dentro. Lamentablemente fue lo que sucedió.

Por eso las enseñanzas de Lenin son fundamentales para la etapa que está planteada, son fundamentales para los debates que tenemos hoy en día con la vanguardia. Son fundamentales para discutir con aquellos que creen que se pueden hacer reformas en este periodo histórico, que se puede ganar peso parlamentario y por la vía del parlamento cambiar las cosas, que creen que se van a cambiar las cosas de manera pacífica. Ojalá, Pero la violencia no parte de los trabajadores y de los pueblos que quieren cambiar las cosas, parte de la clase que dirige, que es una clase minoritaria, que sabe que la única forma que tiene para mantenerse en el poder es construyendo un gran aparato militar policíaco, para utilizar cuando las masas se levantan. Y lo van a utilizar cada vez que los trabajadores nos levantemos, por lo tanto, si queremos cambiar el mundo, antes que nos lleven a la barbarie, somos nosotros los que nos tenemos que preparar y preparar las herramientas para que no nos derroten. Esas herramientas y esas líneas generales parten, muchas de ellas, de la experiencia que hicieron los bolcheviques con Lenin. De muchas de las obras que hay que volver a leer, porque uno cuando lee realmente se fortalece para las peleas que tenemos, El Imperialismo, Las tesis de abril, El Estado y la Revolución, Un paso adelante, dos atrás, el ¿Qué hacer?, son obras fundamentales del marxismo que, vista sin dogmatismo, nos permiten fortalecernos para explicarle a la vanguardia cuáles son las tareas que tenemos planteadas.

Yo creo que el mejor homenaje a 100 años de la muerte de Lenin, es hacer estas charlas, estas actividades, pero sobre todo construir la herramienta revolucionaria para derrotar a la burguesía. Discutir cómo lo hacemos, discutir un partido que no es para las elecciones solamente, que las utilizamos, porque no somos ultraizquierdistas, como escribía Lenin. Otra gran obra de él contra el ultraizquierdismo, pero no somos oportunistas y no creemos que esa sea la vía. La vía para solucionar los cambios, es la lucha de clases compañeros, la lucha es lo único que permite cambios sociales y la lucha que puede permitir cambiar la sociedad, es la revolución socialista y para que esa revolución sea triunfante hace falta construir partidos nacionales y una internacional revolucionaria. Vale la pena, antes de que el capitalismo nos lleve a la barbarie. Y ese es el camino a corto plazo que tenemos ante la humanidad, porque está planteada una tercera guerra mundial, ahí no más, ahí cerquita, porque frente a la crisis se están matando entre ellos y no les va a temblar el pulso de llevarnos hacia una nueva confrontación mundial para ver quién dirige la batuta. Están destruyendo el planeta a través de una agresión constante. Las derechas que están surgiendo en el mundo quieren ir a un mundo sin derechos para hacerlos retroceder 100 años en los derechos que hemos conquistado.

Si queremos terminar con eso hay que explicar, ganar a la juventud, a la vanguardia de la clase trabajadora para una perspectiva distinta. Pero para ganarla hay que explicar muchas de estas cosas y por eso nos tenemos que formar en toda la experiencia revolucionaria de 200 años de la clase obrera. Para ganar a los mejores activistas en esta perspectiva. Y va a estar planteado, no somos escépticos, la humanidad no va a ir a la barbarie sin peleas, sin luchas, sin rebeliones, sin revoluciones. Ahora, lo único que no puede lograr sola la clase trabajadora es construir una alternativa revolucionaria; es tarea de los sectores más conscientes encarar esa batalla y ganar a los mejores activistas para eso y, un poco, esta charla y todas las actividades que hacemos están al servicio de esta tarea estratégica.

Cierre

Bueno, primero gracias a Sandra que hizo un esfuerzo, tenemos 14 horas (de diferencia) desde acá con relación a los compañeros, pero muchas más desde Centroamérica, porque con Centroamérica son 17 horas casi, algunos compañeros escuchan un día y otros hablan desde el día siguiente. Igual Imran, porque son cerca de las 4 de la mañana. Así que, gracias a los compañeros, por la paciencia.

Una pregunta, que tiene que ver con lo de Argentina. Acá tenemos un presidente que quiere “achicar” el Estado. Ahora, lo que quiere achicar ni destruir, en realidad, no es el Estado. Lo que quiere hacer es destruir los derechos que están consagrados con décadas de lucha como la educación, la salud, etcétera. Tenemos que explicar bien porque al revés, lo que quiere hacer es fortalecer al Estado burgués. Por ejemplo, hoy sacó una resolución que quiere que vuelvan a poder disparar balas de plomo la policía o que el ejército pueda actuar. Ya dicen que tiene un decreto, un DNU (Decreto de Necesidad y Urgencia) para que pueda actuar en la represión interna. Teniendo en cuenta que la principal institución del Estado burgués es el Ejército y las fuerzas represivas, lo que quiere hacer es fortalecer ese Estado burgués para garantizar que el 1%, que es el que se beneficia de todo, haga lo que quiera. Ese es el debate real de este muchacho que se dice “anarcocapitalista”, porque parece lindo, pero, por ejemplo, no quiere ir contra el Estado burgués.

La otra institución importante de un Estado burgués es esa camada de burocracia, yo no vi que diga que ganen como un obrero los jueces, ni los diputados, ni los senadores. Al revés, lo que vemos todos los días es que un Adorni mete a su hermano para que gane dos palos y medio, tres palos. La que es canciller metió al hijo para que gane 3 millones de pesos. Hablan, pero en realidad lo que quieren, de última, es fortalecer su propia capa de esa burocracia privilegiada, que son los que los van a bancar. Esa camada, porque en la sociedad no están los burgueses y los obreros, son los que están en el medio, son un colchón de tipos que son privilegiados y que son la base social permanente de todas estas opciones.

Para eso hay un punto, que es que ganen todo como un obrero. Somos los únicos que lo planteamos, a la destrucción del Estado, porque ni hay anarquistas ya que levanten realmente esa política, se han ido deshilachando. Nosotros queremos destruirlo a partir de destruir sus bases. ¿Cuál es la destrucción de la base? Una terminar con el ejército profesional, nosotros queremos que todo el mundo tenga la posibilidad de defenderse, queremos terminar con este colchón de burócratas y de privilegiados sobre la base de que nadie en la Argentina gane más que el sueldo de un obrero. También queremos expropiar los grandes medios de producción para que dejen de servirle solo a una apropiación individual, para que pase a una apropiación colectiva de todos los recursos, eso es lo que queremos nosotros. Para hacer eso hay que enfrentar un aparato del Estado burgués que no te lo va a regalar, por eso ahí es donde viene qué herramienta hay que construir y, por más que sea una herramienta tarde, la única forma de hacer eso es construyendo un fuerte partido revolucionario en el marco de una internacional. Tarea que se ha demostrado que no es fácil y por eso la humanidad, lamentablemente, avanza hacia la barbarie. Porque hubo oportunidad de derrotar al capitalismo, pero hemos sufrido una serie de derrotas, como implicó la derrota del estalinismo, etcétera.

Como decía Imran, han complejizado las cosas también, porque vos tenés que explicar que lo que vos propones no tiene nada que ver con un Maduro, no tiene nada que ver con un Ortega, no tiene nada que ver con un Stalin. Hay que explicar y partir de la realidad de que a donde nos están llevando las distintas experiencias, que hoy en día frente a la crisis del capitalismo empiezan a surgir por derecha, tampoco solucionan ningún problema, sino que los profundizan y hay que tener expectativa de que la clase obrera frente a esas agresiones va a empezar a despertarse. Nosotros vemos con mucho optimismo lo que está pasando, por ejemplo, en Estados Unidos. En el año que pasó plantean que hubo la oleada más fuerte de los últimos 50 años de huelga, cerca de 450-500 huelgas, entre ellas algunas de los sectores más importantes de la clase obrera yanqui, que son las automotrices que le ganaron a las patronales. O lo que está pasando en Europa, que se vuelve a despertar la clase obrera inglesa, que había estado derrotada desde la época de la Thatcher cuando derrotaron a los mineros. Hoy en día se están recomponiendo nuevamente y están saliendo a la calle. O lo que está pasando en Alemania, que existió la huelga más larga en décadas de los ferroviarios. Y eso es nuevo, es parte de este mundo polarizado.

Lo que planteo es que el mundo se está polarizando. Un polo, que muchas veces desde los reformistas se intenta agrandar, es el polo que tiene una representación política en la derecha. Pero existe otro polo, que es esto, las huelgas, las luchas, las movilizaciones. Porque si no hubiera luchas, movilizaciones y huelgas estamos jodidos, porque iríamos a la barbarie como por un tubo. Está planteada la posibilidad de cambiar la dinámica porque existen luchas, existen rebeliones. Aunque hay que saber que tienen una debilidad esas luchas y es que no tienen un polo político que las represente todavía. Ahora, precisamente, como recién se inicia este proceso, nosotros apostamos que en el desarrollo empiece a surgir la representación política que solo puede abrir la izquierda revolucionaria. Siempre hacemos una analogía incluso con la Segunda Guerra Mundial, porque en la Segunda Guerra Mundial surgió el fascismo como una alternativa. En las épocas de crisis surgen alternativas de extrema derecha porque ya no alcanzan los mecanismos normales de explotación de la burguesía, se destruye el centrismo y empiezan a crecer alternativas. Pero también de la Segunda Guerra Mundial un tercio de la humanidad avanzó hacia la expropiación de la burguesía. Una cosa polariza la otra y ahora si no hay una actividad consciente de un grupo, aunque sea pequeño, que plantee una alternativa, no va a surgir la dirección revolucionaria.

Ahí viene Lenin. Más allá de que, como se dijo acá, no hay una receta para construir los partidos, es una lucha diaria permanente, hay que tener en cuenta la idiosincrasia no es lo mismo el Asia, que América, etcétera; hay líneas conductoras. Que se desarrollan en una gran organización internacional, que es a lo que tenemos que apostar a construir, porque no hay salida nacional ninguna. Se demostró eso, también, que no hay ninguna salida nacional. Entonces yo no sé por dónde arrancará el proceso revolucionario, pero en cada país uno pelea para que arranque por casa, ahora nosotros estamos convencidos que si tomamos la experiencia histórica del marxismo el leninismo, las luchas de Trotsky contra la burocracia, contra el estalinismo, que es un poco lo que la LIS reivindica, junto con otras organizaciones con las que estamos en contacto que todavía no son de la LIS, pero que tenemos muchos puntos en común y trabajamos para construir una organización que esté preparada para que en cualquier país del mundo se pueda dar el golpe. Para que eso sea el puntapié inicial para la revolución mundial y que no se crea que la revolución se agote ahí. En un sentido, el que logre dar el primer paso es el inicio de un proceso revolucionario mundial. Ojo, cada proceso revolucionario contagia, el gran problema que hemos tenido los trabajadores y los pueblos no ha sido que no haya avanzado la revolución o que no se haya contagiado, ha sido que, lamentablemente, en un período histórico, los que estuvieron al frente de la clase obrera estaban influenciados por el estalinismo que a cada proceso revolucionario le planteaba que no se extendiera. Acá tuvimos la Revolución cubana, que rápidamente generó un proceso en Nicaragua, en El Salvador, y fue el estalinismo el que le decía no queremos otra Cuba. Y al Salvador no queremos otra Nicaragua y, por eso, tenemos hoy un Bukele, un Ortega, o la restauración del capitalismo en Cuba.

Una revolución dirigida realmente por fuerzas revolucionarias generaría el mensaje opuesto, llamaría al mundo a seguir el ejemplo, apoyaría con todos los recursos del país que logremos liberar para que se liberen otros pueblos. Y ese proceso podría generar, como muestra también la experiencia histórica, que si no hay acumulación en construcción es difícil resolver en dos días el proceso de la dirección Revolucionaria. Lo de Alemania es un ejemplo, porque hubo rebelión y Revolución en Alemania, hubo dos o tres procesos revolucionarios, pero lamentablemente el partido todavía tenía mucha inexperiencia, había mucha incomprensión. Creo que hoy tenemos mucha más comprensión de las tareas a partir de haber aprendido de esa experiencia histórica, de que hace falta construir partido revolucionario desde mucho antes, Por eso construimos organización internacional, para precisamente ayudar en todos los lugares donde se pueda avanzar en la construcción revolucionaria. Por eso fuimos a África, hicimos ese Congreso con cerca de 14 países con jóvenes que están entrando a la disputa revolucionaria Y tenemos mucha expectativa de que de las luchas europeas empiecen a surgir en Estados Unidos. Va a empezar a moverse el mundo.

Es una disputa política donde es muy importante la acción en la lucha de clases, pero también es importante la propaganda y la explicación política frente a la vanguardia sobre: por qué hace falta construir partido; por qué el partido tiene que ser de tales características; por qué hay que destruir este Estado y construir otro; porque qué esa transición entre un Estado y otro se entiende hasta llegar realmente al comunismo, porque el comunismo es cuando no haya Estado. Pero para que no haya Estado, hay que tomar el poder a nivel mundial. Entonces en ese período, se entiende, hace falta. Esa es la diferencia que tenemos con los anarquistas, porque los anarquistas, en general, plantean destruir y no construir nada. Así, entonces, la reacción rápidamente te limpia. Es una corriente pequeñoburguesa el anarquismo. Nosotros sabemos que hay una contradicción, una contradicción de hierro. Hay que destruir esto, pero hasta llegar al comunismo hace falta tener herramientas para poder disputar, pero sabiendo que es una transición. Porque el estalinismo transformó esa transición en estrategia y por eso fortaleció el Estado, cuando lo que hay que hacer es lo mínimo indispensable para enfrentar la reacción burguesa, pero iniciar desde el primer día la destrucción del nuevo Estado. Por ejemplo, haciendo que ganen cada uno como un obrero, es fundamental para que no se cree ninguna clase privilegiada en esa transición.

Lenin se murió llamando a que se echara del Estado a todos los arribistas, que se hicieran depuraciones de todos los que detrás del bolchevismo entraban al partido para tener privilegios. Trotsky dio una pelea mortal, porque cuando él no tenía zapatos veía que todos los del Comité Central tenían zapatos nuevos, cuando la población no tenía, se estaba muriendo de hambre. Por eso hay una evolución en la teoría revolucionaria de Marx a Lenin, de Lenin al trotskismo. Porque se vive la experiencia de todo el período histórico y hemos aprendido, pero tenemos que trasladárselo a la vanguardia, seguir luchando en cada lucha por disputar la dirección. Pero explicar que no es salida la centro izquierda, que no tiene reforma alguna el capitalismo, que hay que destruirlo, que hay otro mundo posible, sin explotación, sin opresión, más democrático que éste, sin un Estado que te diga lo que tenés que hacer. Para eso hay que luchar, porque si no luchamos viene la barbarie, compañeros.

Miren, no creamos que estamos en un momento histórico donde las cosas solo van a estar como están hoy, si no damos vuelta a la tortilla la burguesía nos va a llevar a la barbarie. Y la barbarie es una forma económica, social y política superior de explotación y de magnitud, por eso surgen los Milei. Que reflejan la barbarie. Hablan de “basta de justicia social”, que quiere decir que se mueran completamente los pobres, que haya un 50%-60% que se muera en la calle. La barbarie está ahí, a la vuelta de la esquina, por eso más que nunca socialismo o barbarie y, por eso, más que nunca tenemos que llevar esto, nosotros tenemos confianza en la clase obrera. La clase obrera va a resistir, pero si no hay un sujeto político que va a la clase obrera y le explica pacientemente, construye, y no solo construye partido nacional, sino que aporta a construir internacional, no vamos a lograr el triunfo. Al mismo tiempo la vida nos da permanentemente muestra de que es posible avanzar, pero para eso hay que luchar y vale la pena luchar por un mundo distinto y no quedarse sentado viendo cómo la humanidad avanza hacia la barbarie. Porque todos tenemos derecho a vivir mejor, porque queremos que vivan mejor nuestros hijos y las generaciones futuras. Para eso es que ponemos el cuerpo y trabajamos para construir algo distinto.

Brevemente tomo dos, tres preguntas y con esto concluyo. Están surgiendo nuevos polos imperialistas. Nosotros no vemos nada progresivo en ninguno de los polos que están surgiendo. Por ejemplo, no creemos que China, Rusia y ese polo sea progresivo con relación a lo que es Estados Unidos y la OTAN, al revés, nosotros creemos que se están disputando quién es el que va a dominar el mundo para aplicar políticas brutales. Veamos por ejemplo en Rusia, hay una represión brutal contra todos aquellos que se oponen (al régimen), es prácticamente una dictadura. China nunca encontró un resquicio democrático y ha crecido como potencia sobre la superexplotación de su clase obrera y van a África a cada país para sumarlos a la Ruta de la Seda para superexplotar trabajadores, para seguir fortaleciéndose como polo Imperial. Rusia habría que discutirles a muchos de los que se dicen comunistas, o incluso de la izquierda trotskista, la enseñanza de Lenin con relación a la autodeterminación de los pueblos, porque no puede surgir absolutamente nada progresivo de un Estado como el ruso, que le está robando el 20% de su territorio a otro Estado. A sangre y fuego, lo está masacrado.

Creo que lo que está surgiendo, hay que verlo con un espíritu revolucionario. Los trabajadores la única arma que tenemos es no confiar en que un polo burgués es más progresivo que en otro. No es confiar que para ir contra la ultraderecha te tenés que unir con tal sector burgués para ser más fuerte. No, lo que hay que construir es nuestra propia organización revolucionaria, tenemos que tener independencia de clase. Podemos marchar juntos en un acto, como el 24 (de enero en Argentina) con fuerzas que incluso cuando han gobernado, nos trajeron hasta acá, pero políticamente vamos a marchar separados. Porque lo que hace falta construir, en cada uno de nuestros países, es una fuerza independiente de la burguesía con un programa claro de ruptura. La lucha de clase dirá si triunfamos o triunfa la barbarie, pero mientras no triunfe vale la pena luchar y hacer todos los esfuerzos para darle una luz a esta humanidad, que la burguesía quiere arrastrar hasta los lugares más oscuros que hayamos conocido: nuevas guerras mundiales, guerras regionales, hambrunas generalizadas, destrucción del planeta y, de nuevo, la amenaza nuclear. Porque a estos no les interesa nada, lo único que le interesa a ese 1%, es ser cada vez más y más rico, acumulando la riqueza de todos.

Las enseñanzas de los clásicos son una guía para la acción. Después, en la lucha diaria, como el marxismo no es un dogma, es el debate colectivo el que se impondrá entre los distintos partidos. Porque nosotros el partido que queremos construir, es un partido ampliamente democrático, donde todo se resuelve a través de congresos, de plenarios, de reuniones. Eso sí, una vez que resolvemos, a la acción en unidad. Unidos porque enfrentamos un enemigo que solo lo podemos derrotar si actuamos como un solo puño. Ese es el centralismo democrático de Lenin y no la caricatura que hizo el estalinismo, donde más que centralismo democrático era un centralismo burocrático, donde de arriba a abajo te dicen lo que tenés que hacer, que es lo que lamentablemente mucha de la izquierda mundial terminó mamando. Por eso tenemos muchos de los problemas que tenemos.

La LIS como proyecto intenta incluso ser una internacional que parta de las malas experiencias, no solo de las buenas que hemos tenido y construir una organización internacional donde nadie le dice a nadie lo que hay que hacer, sino que crea organizaciones en cada país y debates colectivos entre todos para mejorar, para aportar, para ayudar. Para ver si vamos a una nueva tradición de la izquierda que supere la lacra del estalinismo, pero también las desviaciones que ha tenido incluso el propio trotskismo por años de marginalidad. Es una pelea que no se sabe el resultado, pero lo que estamos seguros es que si no la damos el resultado es seguro y es la barbarie. Mientras no esté la barbarie vale la pena luchar, porque si luchamos también es posible que triunfemos. Y si triunfamos la humanidad tendrá un curso positivo, esa es la decisión que tenemos que tomar y trasladársela a los mejores luchadores. Yo estoy convencido que, si se las trasladamos bien a todos los que se movilizan todos los días por esto, por aquello, que quieren cambiar esto, muchos se van a sumar a las filas revolucionarias. Y, mientras más se sumen, nos acerca un poquito más hasta una solución favorable para la humanidad, compañeros.

Así que vale la pena y este homenaje tomémoslo como una tarea militante para reafirmar nuestro compromiso de cambiar esta sociedad de mierda e ir por una sociedad en la que valga la pena vivir. Porque tenemos todas las condiciones de la humanidad, por los recursos naturales que tenemos, los avances de la técnica, para que realmente si la clase obrera dirige el mundo podamos vivir todos dignamente y en una situación de abundancia. Lo que no nos lo permite son la burguesía y el imperialismo, bueno, son un pequeño grupo, arrasemos con ellos porque vale la pena vivir mejor.