Netanyahu explicitó su nefasto plan del “día después”

Los civiles palestinos en Rafah siguen en la mira del ejército invasor. El objetivo sionista para después del conflicto implica la ocupación y la sumisión total del pueblo palestino. Ningún plan elaborado por Israel y los EE. UU. traerá una paz justa. Es fundamental continuar impulsando las movilizaciones en curso. En medio del conflicto, el debate sobre la salida de fondo ya ocupa un lugar destacado.  

Por Rubén Tzanoff

Objetivos de corto y mediano plazo

Mientras siguen los contactos entre Israel y Hamas para lograr una tregua con intercambio de rehenes y prisioneros, el primer ministro Netanyahu recordó los objetivos de Israel, a corto plazo: “destruir las capacidades militares y la infraestructura gubernamental tanto de Hamas como de la Yihad Islámica, liberar a los rehenes e impedir que Gaza vuelva a ser una amenaza”. A mediano plazo: continuar con las operaciones militares «sin límite de tiempo», con un perímetro de seguridad y controlar la frontera entre Gaza y Egipto para evitar la reaparición de «elementos terroristas en la Franja de Gaza». Hasta aquí ha sido la reafirmación de lo ya esbozado por los sionistas, lo novedoso es que Netanyahu se ha referido su plan para el futuro.

El plan sionista del “día después”

Por primera desde el inicio de la guerra Netanyahu hizo públicas las intenciones israelíes para después del conflicto. El plan se compone de tres puntos centrales: imponer una “Franja desmilitarizada” sin Hamas, controlar íntegramente la seguridad y cerrar la UNRWA – la Agencia de la ONU para los refugiados-. La administración civil y el orden público quedarían en manos de funcionarios locales alejados de «países o entidades que apoyen el terrorismo y no recibirán pago de ellos» yun «programa integral» de “desradicalización” de las instituciones religiosas y educativas con la ayuda de otros países árabes.

Mujeres soldado israelíes se toman una selfie con la destrucción de fondo.

Sigue vigente la amenaza sobre Rafah

El plan no excluye a Rafah, en lo que se vislumbra como una nueva masacre y el desplazamiento masivo de palestinos que hoy están refugiados en esa ciudad. Según trascendió, el plan supondría la evacuación de alrededor de 1.4 millones de personas nuevamente a Jan Yunis. También se agravaron los ataques al interior de Líbano.

En pocas palabras, Israel pretende mantener el control sobre Cisjordania, continuar el genocidio por Rafah y dominar Gaza por completo, combinando la presencia directa con la colaboración de gobiernos árabes y funcionarios títeres. A Netanyahu sólo le interesa permanecer el poder a costa de avanzar en la limpieza étnica, el genocidio, la ocupación territorial y no reconocer ninguna clase de Estado Palestino.

Renunció el gobierno de Fatah

Hay otro hecho destacable, la dimisión del primer ministro del Gobierno Autónomo Palestino, Mohammed Shtayyeh, y su desprestigiado e impopular Gobierno puesta a disposición del presidente Mahmoud Abbas. En su comunicado de renuncia, Shtayyeh también abrió la puerta a un futuro Gobierno de unidad nacional. Varios días antes, el imperialismo norteamericano a través del secretario de Estado, Antony Blinken, le había manifestado a Abás en Ramallah que apoyan «pasos tangibles» hacia la creación de un Estado palestino, pero exigiendo una “renovación” de la ANP. Cabe recordar que el Gobierno Autónomo Palestino, ubicado en Ramallah, Cisjordania y dominado por Fatah, se creó como una institucionalidad temporal después de que la Organización de Liberación de Palestina (OLP) firmara los fracasados y traidores Acuerdos de Oslo. Habían mantenido el control administrativo sobre Gaza hasta 2007, pero después que Hamas le ganó las elecciones legislativas en los territorios ocupados fueron expulsados.

Mohammad Shtayyeh anunciando su dimisión.

Resistencia, movilizaciones y debates

La política genocida de Israel está cada vez más señalada. En la Berlinale, el festival de cine de Berlín, hubo expresiones de respaldo a Gaza de algunas personalidades premiadas, ante lo cual algunas autoridades los acusaron miserablemente de “antisemitas”.

El repudio es tan sentido que el soldado estadounidense Aaron Bushnell, de 25 años, se quemó a lo bonzo frente a la embajada israelí de Washington, al grito de “Palestina Libre” mientras estaba envuelto en llamas. En un video previo antes de morir había dicho: «Soy un miembro en activo de la Fuerza Aérea y no voy a seguir siendo cómplice de genocidio». El boicot a los productos y el comercio con Israel y la exigencia a los gobiernos para que rompan relaciones con los sionistas han de multiplicarse. Como sea, lo fundamental será continuar unidos apoyando la heroica resistencia del pueblo palestino, impulsando las movilizaciones en curso en todo el mundo. El sionismo y los imperialistas han comenzado a esbozar sus planes para después de la guerra, por lo cual es necesario formular propuestas alternativas a las de los opresores. En este terreno, incluso entre los que rechazamos fuertemente el genocidio, hay distintas opiniones y debates, por ejemplo, hacia el dilema de la clase obrera israelí, explotada y pro sionista al mismo tiempo y, principalmente, hacia la salida de fondo para Palestina y Medio Oriente, que no pasa por implantar gobiernos títeres de los EE. UU. , por la fracasada política de “dos Estados” ni un “Estado islámico” sino por la destrucción del Estado genocida y colonialista de Israel y la implementación de una Palestina única, laica, no racista, democrática y socialista.

En el Parlamento británico hubo crisis por un debate sobre Gaza, afuera manifestación.
Jornada solidaria en Uruguay.