EE. UU.: Rebelión estudiantil por Palestina en el bunker imperialista

Por el momento, Israel e Irán no se han apartado del accionar “moderado” que exige el imperialismo occidental. Y los pueblos del mundo se mantienen en las calles, apoyando al pueblo palestino. Ahora son los estudiantes norteamericanos los que protagonizan un alzamiento que cuestiona el apoyo a los crímenes de Israel.

Por Rubén Tzanoff

Dentro de la “moderación”

Israel provocó a Irán con el ataque a su sede diplomática en Damasco. Como respuesta el régimen de los ayatolás lanzó drones y misiles sobre Israel. Posteriormente los sionistas replicaron sobre la provincia iraní de Isfahán a lo cual las autoridades iraníes se refirieron como un hecho menor en el que “tres pequeños drones pusieron en alerta el sistema de defensa aéreo”. También hubo incidentes en Siria e Irak, sobre las milicias proiraníes. Por otra parte, el ejército sionista no ha desistido de sus movimientos amenazadores sobre Rafah. Hay muchos puntos a tener en cuenta, entre ellos parece que el régimen iraní ha tratado de rebajar las tensiones y, hasta el momento, las amenazas y los roces bélicos se mantienen en el marco de “moderación” que exige el imperialismo norteamericano para que la situación regional no se desmadre por completo. Al mismo tiempo, se mantiene un alto nivel de tensión movilizada en todo el mundo.

Tranquilidad en Isfahán luego de la activación de las defensas.

El turno de los campus universitarios sublevados

Algunos de los principales campus universitarios de EE. UU. llevan una semana protestando contra el genocidio y la situación humanitaria en Gaza. Son miles y miles los jóvenes estudiantes, algunos de ellos judíos, que realizan acampadas y toda clase de acciones exhibiendo banderas palestinas, exigiendo un alto el fuego y que las universidades desistan de sus relaciones con los lobbies armamentísticos que abastecen a Israel. A algunos partidarios del genocidio les arrebatan las banderas de las manos al grito de «todo lo que hacéis es colonizar». Se suman a las acciones asociaciones árabes y muchos jóvenes independientes.

Acampe en la Universidad de Columbia.
La Policía arrestando estudiantes.

No los pueden parar

En Nueva York a pedido de la universidad, la policía desalojó y detuvo a decenas de alumnos y manifestantes que protestaban pacíficamente en una plaza.  En Yale (Connecticut), fueron detenidas cincuenta personas después de varios días de acampadas. En Columbia la policía desmanteló un campamento, arrestó a más de cien de personas, los directivos universitarios aplicaron sanciones disciplinarias y, así y todo, los estudiantes plantaron un nuevo campamento y retomaron las movilizaciones. En Harvard le quitaron el espacio y suspendieron al comité solidario con Palestina, sin que lograran detener los reclamos.  

Nueva York en el ojo de la tormenta

El foco principal está en Nueva York, a tal punto que la gobernadora Kathy Hochul se presentó en la Universidad de Columbia, se reunió con la policía y la rectora para «discutir la necesidad de luchar contra el antisemitismo y proteger la seguridad pública». Los intereses coligados son muy grandes, por ejemplo, uno de los principales donantes de esta universidad, es el exalumno judío Robert Kraft, dueño del equipo de fútbol americano New England Patriots, que pidió detener las protestas bajo amenaza de cortar su financiación.

Las fuerzas represivas violando la libertad de expresión universitaria.

Represión y persecución de las autoridades

Los estudiantes judíos se quejan de los que denominan «cánticos intimidatorios e incidentes antisemitas” y los responsables de las universidades han prometido defenderlos ante el “riesgo a su seguridad”. Por eso respondieron a este verdadero alzamiento estudiantil en la casa del imperialismo con suspensiones de las actividades y de los alumnos. La policía reprimió, desmanteló acampes y realizó arrestos masivos.

El cínico Biden está preocupado

El reclamo es tan fuerte que el propio jefe del imperialismo, Joe Biden tomó partido. Como en Medio Oriente se manifestó plenamente a favor de Israel. En tal sentido, en un comunicado calificó las consignas estudiantiles como «antisemitismo flagrante», «reprobable y peligroso», advirtiendo que no se pueden permitir ni en los campus universitarios ni en cualquier otro lugar del país. Hace tiempo que en el cínicamente llamado “paraíso de la democracia y la libertad” hay grandes luchas obreras, represión y censura, a lo que se suma este ataque a la libertad de expresión dentro de la universidad. El “humanitarismo” de Biden no llega a la punta de su nariz, punto donde comienzan las preocupaciones por las elecciones que debe afrontar y por el debilitamiento de su gendarme sionista para los pueblos árabes de Medio Oriente.

Temblores en la casa del imperialismo occidental

En los nidos del imperialismo occidental proisraelí, EE. UU. y la Unión Europea, enormes movilizaciones pisotean el relato que ubica a Israel como “víctima” cuando en realidad es colonialista y genocida. El reclamo masivo por Palestina cruza a la sociedad, con los trabajadores, los pueblos y los estudiantes de los países más poderosos y los países árabes ganando las calles. En el Reino Unido, Francia, España y otros países ni las intimidaciones y la represión logran detener las protestas.

Fuimos parte de las acciones en Barcelona (20/04).

Hace falta otra gran jornada mundial unificada

Desde la Liga Internacional Socialista (LIS) decimos ¡ser anti sionista no es ser antisemita!; nos solidarizamos con l@s estudiantes norteamericanos movilizados, exigimos el fin de la represión, la libertad de los presos sin cargo alguno y la plena vigencia de la libertad de expresión. Es necesario recrear una gran jornada mundial por Palestina, que reúna a todas las movilizaciones, a las acciones de boicot comercial y otras, que reclame la ruptura de relaciones con los gobiernos, por el alto el fuego, el fin del genocidio y la derrota de las fuerzas de Netanyahu y su régimen de ultraderecha. En este camino, seguiremos planteando una alternativa a la continuidad del Estado de Israel, a los “dos Estados” y a un Estado islamista basado en el fundamentalismo religioso. La salida pasa por una Palestina única, laica, democrática, no racista y socialista.