Por Verónica O’Kelly, de la dirección nacional de Revolución Socialista y miembro de la dirección internacional de la LIS
En los últimos días, estudiantes de más de 30 universidades de Estados Unidos han protagonizado una auténtica rebelión juvenil por el fin del genocidio en Gaza y en solidaridad con el heroico pueblo palestino. Al igual que las protestas durante la guerra de Vietnam y el mayo francés de 1968, las actuales manifestaciones en las universidades estadounidenses expresan una generación de jóvenes que no está dispuesta a quedarse de brazos cruzados ante el genocidio televisado de un pueblo.
La impotencia de los genocidas impunes
El inefable Netanyahu publicó en X: «Esto recuerda a lo que ocurrió en las universidades alemanas en los años treinta. Es inescrupuloso – hay que detenerlo, hay que condenarlo y condenarlo inequívocamente». Por su parte, Joe Biden, el presidente de Estados Unidos, un Estado imperialista que propaga el terror y la guerra por todo el mundo, dice que apoya la «libertad de expresión» en las universidades, pero rechaza las manifestaciones «cuando hay retórica de odio o violencia». Dos declaraciones que expresan la impunidad con la que actúan los líderes de los países responsables del genocidio en curso en la Franja de Gaza.
Pero la realidad es que, por mucho lobby sionista y campañas de desprestigio que hagan, la solidaridad internacional crece y revela el carácter de Israel como Estado genocida, racista, de ocupación colonial y de apartheid. Esto, como nunca antes, ha provocado masivas manifestaciones de apoyo y solidaridad por una Palestina libre.
Reguero de pólvora
Ya en los últimos días de marzo se produjeron protestas en algunas ciudades, incluidas acampadas como las de la Universidad Vanderbilt de Nashville (Tennessee) y el Smith College de Northampton (Massachusetts). Pero fue el 17 de abril, cuando los estudiantes de la Universidad de Columbia en Nueva York instalaron un campamento, que las protestas cobraron impulso, extendiéndose por todo el país como un reguero de pólvora.
La represión del Estado no se hizo esperar: en la Universidad de Columbia, donde el campamento es muy fuerte, se detuvo a 108 manifestantes; en la Universidad del Sur de California, en Los Ángeles, se detuvo a 93 personas, y en el Emerson College de Boston, se detuvo a otras 108 personas, según cifras hasta el jueves 25 de abril. La represión ha tenido repercusiones en otras instituciones de todo el país y, mientras escribo este artículo, continúan los enfrentamientos.
Pero lejos de desmovilizar, la represión ha empujado a los jóvenes a reforzar la lucha e intensificar el movimiento de protesta en las universidades estadounidenses.
Las razones de la rebelión
La principal consigna que se levanta en los campus es «Libertad para Palestina». Las protestas exigen que las universidades rompan los acuerdos financieros con empresas que tengan algún vínculo con el Estado de Israel y que Estados Unidos ponga fin a su ayuda militar al país.
En la declaración emitida por la Coalición Harvard Fuera de la Palestina Ocupada, que es un grupo de estudiantes y trabajadores de la Universidad que militan por la liberación de Palestina, exigen un «alto el fuego inmediato y permanente en Gaza, el fin de la ocupación y una Palestina libre del río al mar», y explican que: «Hemos establecido esta Zona Liberada para exigir el fin de la complicidad moral y material de Harvard en el genocidio en curso del pueblo palestino».
En la Universidad Northwestern, una declaración conjunta de Educadores por la Justicia en Palestina, la Unión Estudiantil para la Liberación y Voz Judía por la Paz dice: «Nos negamos a permitir que todo siga igual ante la complicidad de Northwestern».
¡Extendamos y hagamos crecer la rebelión!
Fortalezcamos la rebelión de las juventudes que se levantan contra el genocidio en Gaza. Construyamos comités de apoyo al pueblo palestino en cada universidad, escuela, lugar de trabajo, barrio y plaza de la ciudad. Hagamos que la voz de los miles de asesinados por el Estado genocida de Israel se convierta en un grito de libertad para un pueblo que lleva 76 años sufriendo opresión, ocupación y violencia.
Luchemos como un solo puño por una Palestina libre desde el río Jordán hasta el mar Mediterráneo, que sólo será posible si luchamos y construimos una Palestina única, democrática, antirracista, laica y socialista.