Las calles mantienen el pulso de solidaridad con el pueblo agredido. Los bombardeos de EE. UU. y Reino Unido a Yemen amenazan con extender la guerra en la región. Crece el repudio al genocidio. Es impostergable la necesidad de plantear una salida revolucionaria y socialista para Medio Oriente.
Por Rubén Tzanoff
Gran jornada mundial pro-Palestina
El 13 de enero cientos de miles de personas protagonizaron “Un día de acción global por Palestina” en las principales ciudades de más de 30 países, entre ellos: EE. UU., Gran Bretaña, Canadá, Francia, Alemania, Suiza, Dinamarca, Sudáfrica, Nigeria, Ghana, Japón, Indonesia, Corea del Sur, Australia, Brasil, Jordania y Turquía. Las movilizaciones denunciaron el genocidio que lleva a cabo Israel, cuyos bombardeos a la Franja de Gaza han destruido viviendas, escuelas, hospitales, han causado la muerte de al menos 23.843 palestinos, en su mayoría mujeres y menores, más de 60.000 heridos y dos millones de personas que no tienen donde refugiarse. Las protestas también exigieron un alto el fuego inmediato, el fin de la exportación de armas y el boicot a los intereses económicos israelíes. La solidaridad supera las prohibiciones, limitaciones y la represión de los gobiernos, realzando el apoyo a la heroica resistencia del pueblo palestino.
Las agresiones del eje imperialista-sionista comenzaron un nuevo capítulo el 11 de enero, cuando EE. UU. y Reino Unido bombardearon Yemen, país al que los norteamericanos ya habían atacado en 2016 bajo la presidencia de Barak Obama y el aliento de Arabia Saudí. El subsecretario de Defensa británico James Heappey justificó los ataques en la necesidad de sostener la “libre circulación” mercante capitalista en el Mar Rojo y diciendo: “Nuestras acciones han sido en defensa propia, para protegernos de futuros ataques contra nuestros navíos de guerra que están cumpliendo su misión legal». En respuesta a los ataques y en apoyo a Palestina multitudinarias protestas ganaron las calles en Saná, capital de Yemen, y en ciudades como: Al Hudeidah, Hajjah, Saada, Al Yauf, Amran, Dhamar y Al Dhalea, entre otras. En realidad, los ataques se ejecutan en apoyo a Israel, en represalia a los ataques hutíes y como advertencia a las milicias que en Yemen, Líbano, Siria e Irak apoyan a Palestina bajo las detrás de Irán. No son acciones de “autodefensa” ni sirven para “desescalar tensiones”, son una nueva injerencia imperialista en Medio Oriente que amenaza con extender la guerra en la región.
Sionistas acusados legalmente de genocidas
El jueves 11 de enero Sudáfrica presentó ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) en La Haya (Países Bajos) una acusación contra Israel por genocidio en Gaza. Y, ante el hecho que un pronunciamiento sobre el fondo de la cuestión puede tardar años en salir, solicitó medidas cautelares para que cese el genocidio en curso. Los sionistas, rechazaron las acusaciones, volvieron a presentarse como víctimas y Benjamin Netanyahu advirtió que «la guerra no parará, ni por La Haya ni por las amenazas del eje del mal». Aunque la acusación legal de genocidio representa un traspié para el Estado de Israel, es necesario señalar que no se puede depositar expectativas en un tribunal dependiente de Naciones Unidas, que se ha demostrado condescendiente y/o estéril ante barbaridades como la invasión de Rusia a Ucrania y el genocidio de Serbia a Bosnia.
Confianza sólo en la movilización de los pueblos
En EE. UU., la Unión Europea, Sudáfrica y otros países hay lideres que manifiestan preocupaciones “humanitarias” por los palestinos asesinados en Gaza. No es que las autoridades burguesas y proimperialistas se han vuelto reales defensores de los derechos humanos. Se ven obligados a efectuar críticas parciales por la simpatía masiva de los pueblos expresada en las movilizaciones y por el rechazo que generan las masacres y los sufrimientos de los palestinos trasmitidos en tiempo real a todo el mundo. Pero, no hay que dejarse engañar, los pedidos de “respeto a las leyes internacionales” son parciales, formales y no implican el cuestionamiento a 75 años de accionar colonial de Israel bajo el amparo del imperialismo. Menos que menos, la devolución de las tierras y las propiedades usurpadas a sus verdaderos dueños palestinos.
Por una Palestina única, laica, democrática y socialista
Desde la Liga Internacional Socialista (LIS) continuamos la campaña internacional de apoyo al pueblo palestino, impulsamos y participamos de las acciones solidarias rechazando la represión y la persecución a quienes son falsamente acusados de “antisemitas” cuando en realidad son anti sionistas. Exigimos el fin de los bombardeos en Gaza y Yemen; del genocidio y la limpieza étnica en Palestina, apoyamos el boicot a los intereses israelíes y la ruptura de los gobiernos con las relaciones diplomáticas y comerciales con Israel. No habrá paz mientras exista un Estado que pretende exterminar a la población palestina, usurpar territorios y ejercer el rol de gendarme del imperialismo contra los pueblos árabes: ¡Fuera el imperialismo de Medio Oriente! La salida de dos Estados fue un fracaso que no se resolverá con la instauración de un Estado Islámico ni con un utópico Estado sionista que respete los derechos palestinos. La única salida justa es por una Palestina única, laica, democrática y socialista, en el marco de la revolución socialista en toda la región.