Por Sergio García
Hoy por la tarde, pasada las 18hs, diputados aprobó en general el proyecto de Ley Ómnibus por 144 votos a 109. Tras días de rosca, crisis, cambios permanentes y fuerte retroceso del gobierno en muchos artículos, finalmente la llamada “Ley Ómnibus” tuvo media sanción pero en general y sin gran significación, al faltar todavía la votación particular de cada capítulo. Encima para esa votación general tuvieron que retirar y modificar cientos de artículos de los que había inicialmente. La nueva situación abierta en el país después del paro y las enormes movilizaciones del 24 de enero, fueron deteriorando al gobierno, debilitando su proyecto original y obligándolo a una negociación permanente que fue dando por tierra con gran parte de lo que pretendía. Hasta el diario La Nación escribió: “cuanto más tiempo pasa en el debate de un proyecto de ley, más deshilachada termina su sanción. Luego de tres días de negociaciones extenuantes, el oficialismo finaliza la semana sin la media sanción del megaproyecto de ley que reclamaba el presidente Javier Milei. Por ahora solo se lleva la aprobación general, pero en los hechos eso no significa mucho”.
El gobierno en este contexto, para llevarse una votación en general, terminó cediendo en muchos puntos y contó luego de eso con el voto y apoyo del PRO, la UCR, Hacemos Coalición Federal (el bloque que preside Miguel Ángel Pichetto) y algunas fuerzas provinciales más. El bloque de Unión por la Patria votó en contra, aunque todo el aparato sindical del peronismo se negó estos días a movilizar y a convocar un nuevo paro contra este engendró similar a la “Banelco” en una mezcla de prebendas, chantajes y denuncias cruzadas. La bancada del FIT-Unidad, como ya lo había adelantado, también rechazó en general la ley mientras toda su militancia, con fuerte presencia del MST, estuvo en la Plaza Congreso todo el tiempo.
Durante todo el día de hoy y también los días previos, contra las declaraciones del gobierno de que no iba a modificar nada, se la pasaron cambiando artículos y generando varias modificaciones para tentar a la oposición “dialoguista”, mejor llamada cómplice. Días atrás cambiaron temas como jubilaciones e impuesto al salario y hoy tuvieron que rediscutir el tema del impuesto PAIS, la reducción de cantidad de empresas con habilitación para que se puedan privatizar y, entre otros cambios, la reducción de algunas facultades delegadas de 11 a 5 y en cada uno de esos temas sigue habiendo debates y diferencias que se retomarán la semana que viene. Hasta Pichetto le reconoció a la prensa al final de la sesión que “puede seguir habiendo modificaciones”. Mientras tanto, muchas cosas importantes para el gobierno quedaron en el camino, aunque quieran simularlo.
De todas maneras, lo votado merece toda nuestra oposición ya que seguramente de aplicarse si finalmente es votada afirmativamente por ambas cámaras, estará al servicio de darle mayores libertades solo a las grandes empresas y corporaciones y un intento de asalto a los derechos laborales, democráticos y sociales del conjunto de los trabajadores y las mayorías populares. Pero esta ley o mejor dicho lo que queda de ella, en la población es además mayoritariamente rechazada. El descontento social es evidentemente creciente, en la calle cada vez hay más gente reclamando por sus derechos y todas las encuestas de las últimas semanas muestran más rechazo al DNU y la Ley Ómnibus y caída de la imagen y el apoyo a Milei. Este es el país real, detrás de la votación general de esta tarde.
Lo que viene y la necesidad de un nuevo paro nacional con movilización
Tras la aprobación en general en diputados, ahora queda la votación en particular de los artículos que componen la normativa que se está tratando, que en principio será el próximo martes donde hay que movilizar con fuerza y donde puede haber más crisis y artículos que se caigan. Más allá de los acuerdos mencionados hoy en forma general entre el bloque de la fuerza de Milei y la oposición cómplice, veremos más crisis y modificaciones los días que vienen.
Después viene el tratamiento en el Senado, que tiene que votarlo a favor o no. Ahí habrá otra batalla política y sobre todo, será una nueva oportunidad de ser miles en la calle para intentar frenarla. La CGT y las CTA´s que estuvieron ausente de la calle estos días, tienen que dejarse de dormir la siesta y retomar el plan de lucha. Las acciones del 24 de enero generaron un cambio importante, pero necesitan continuidad sin demora. Proponemos y exigimos que el día que se trate la ley en el Senado haya una nueva y gran movilización y un paro nacional contra lo que queda de esta llamada “Ley Ómnibus”.
La tarea es seguir movilizados en la calle para rechazar de conjunto la Ley Ómnibus y el DNU que también el Congreso tiene que tratar y rechazar de conjunto, pese a las maniobras de la vicepresidenta y titular del Senado, por evitarlo. Desde que asumió Milei y hasta hoy, ha sido la izquierda quien viene enfrentando consecuentemente al gobierno y su proyecto. Actuando desde una multisectorial de unidad e independiente del peronismo, que la componen sectores clasistas, sociales, políticos, de DDHH, organizaciones socioambientales y junto a Unidos por la Cultura y las asambleas barriales. Esa unidad en la lucha hay que seguir fortaleciendo y extendiendo. Porque será muy necesaria para las peleas que vienen.
Porque ni el gobierno ni Patricia Bullrich nos sacarán de la calle. La ministra va a pretender seguir provocando con su aparato represivo y tratando de amedrentar a la población. No lo va a lograr, como no pudo hacerlo estos días. De hecho, mientras sucedía la votación, nuevamente miles están frente al Congreso, incluyendo un festival de Unidos por la Cultura, soportando una vez más la presencia de las fuerzas de seguridad. Bullrich declaró hoy que “si se cansan y no van más, para nosotros mejor”. Lo sentimos por ella. Las calles seguirán llenas de trabajadores y jóvenes, cada vez en mayor cantidad, aunque no le guste.