No es un secreto para nadie que el país está entrando en meses de mayor crisis y confrontación social. La difícil situación que el gobierno de Macri atravesó semanas atrás no ha terminado y presenta nuevos episodios críticos. Un dólar que sigue creciendo y aumentando los niveles de devaluación del peso, la inflación que no cesa, el consumo que cae, la producción que se estanca o disminuye en ramas de importancia. Todo un combo que preanuncia nuevas escenas de crisis.
En medio de esta situación el PJ en todas sus variantes se debate entre garantizar la gobernabilidad como ha hecho hasta ahora o comenzar a ordenarse por sus posibilidades electorales de 2019, con una ubicación más opositora, aunque la combine con una dosis de “racionalidad” al estilo del que le pide la gran burguesía, preocupada por el futuro inmediato de sus negocios.
En medio de esta situación el gobierno avanza en su acuerdo con el FMI que traerá un brutal ajuste a cuentas, que intentarán pasar con mayores niveles de represión. Algo muy difícil de lograr en esta coyuntura de mayor debilidad del gobierno y mayor respuesta de grandes franjas de la población que saldrán a la lucha. Lo que viene es más crisis, descontento social y mayores niveles de movilización y enfrentamiento al acuerdo Macri-FMI. Allí se decidirá el futuro del país y del gobierno. De ahí que insistimos en la propuesta de convocar rápidamente a un paro nacional activo como inicio de un plan de lucha real.Porque así no va más; tenemos que derrotar en la calle el plan de Macri y el FMI.
Propuestas y márgenes de una alternativa política
Están por demás de claras, las ganas y la necesidad de millones de trabajadores y sectores populares de sacarse a Macri de encima. Y lógicamente trabajamos para lograr ese objetivo. A la vez no se trata de olvidar que el ajuste profundo que sufrimos, también lo aplican en diversas provincias gobernadores del PJ y del PS en Santa Fe, y que la absoluta mayoría firmó el pacto fiscal que hace recaer en las poblaciones de cada provincia el ajuste en curso.
La tarea de levantar una nueva y gran alternativa política parte por un lado de definir con que programa lo hacemos; y allí deben estar los trazos gruesos contra el FMI, la deuda externa y las grandes corporaciones. Un programa que enfrente la especulación mediante el control estatal de la banca y el comercio exterior, que termine con los tarifazos mediante la salida de las empresas privadas de los servicios públicos, re estatizándolos bajo control social. Un proyecto que prohíba los aumentos de precios mediante fuertes sanciones a las grandes empresas. Que prohíba los despidos y suspensiones y otorgue paritarias libres y sin techo. Todo esto junto a muchos otros puntos programáticos.
Sabemos que un programa así no lo llevarán adelante los capitostes de la vieja política tradicional que dentro de Cambiemos o dentro del PJ han garantizado el vaciamiento del país y la quita de derechos sociales a las mayorías. La alternativa que hace falta debe ser grande y amplia, ubicada programáticamente a la izquierda de las fuerzas del régimen político actual y sin caer en los brazos de los representantes de los partidos tradicionales. O es algo nuevo e independiente o no tendrá ningún futuro positivo.
Vivimos una etapa de movimientos y cambios políticos.Se lanzó el frente “En marcha” y otras fuerzas populares también ensayan iniciativas. Todas están cruzadas por el debate sobre qué programa defender y con qué actores políticos trabajar a futuro. Mientras tanto una parte de la izquierda representada en el FIT profundiza su carácter sectario y electoralista al no convocar a ningún espacio de lucha y unidad, ni contra el FMI ni por un gran acuerdo de toda la izquierda. Es el mayor error político del cual son responsables y es recurrente.
Desde el MST reiteramos nuestra propuesta de conformar una nueva y gran alternativa política de unidad anticapitalista, antiimperialista y de los sectores populares dispuestos a avanzar hacia un frente político común bajo un programa de transformaciones profundas. Izquierda al Frente podría jugar un rol positivo si asume esta necesidad de convocar a nuevas fuerzas de la izquierda y el movimiento popular para estas tareas. Los meses que vienen serán claves en esta perspectiva, para la cual desde el MST vamos a trabajar consecuente y unitariamente.
Sergio García