Israel viola todos los derechos fundamentales. La movilización es el mejor camino para apoyar a Palestina y que liberen inmediatamente a los integrantes de la Global Sumud Flotilla (GSF).
Por Rubén Tzanoff
Malos tratos y humillaciones
La interceptación de la GSF por fuerzas israelíes en aguas internacionales fue el inicio de la consumación de las amenazas previas de encerrar a los activistas solidarios y tratarlos como “terroristas”. A pesar del cerco comunicacional, los relatos que se filtran y los que nos llegan son horribles: privaciones de alimentos, aguas y medicinas durante más de 36 horas, humillaciones, cámaras filmando, registros corporales abusivos, exposición al clima sin protección, encierro en lugares con chinches, guardias utilizando perros, profiriendo amenazas verbales, insultos racistas, agresiones físicas y psicológicas. Las intervenciones de los representantes consulares de los gobiernos, cuando llegan y con los limites entre más y «menos cómplices» generan tratos diferenciados.
Greta Thunberg y Thiago Ávila en la mira, con los demás compañer@s
A Greta y Thiago los tienen en la mira desde la misión anterior en junio. Ella misma ha logrado denunciar que está en una celda infestada de chinches, sufre deshidratación, tiene erupciones cutáneas y ha sido obligada a permanecer largas horas en superficies duras sin descanso. Otras denuncias afirman que la arrastraron del pelo, la obligaron a besar la bandera israelí, y a posar en fotografías degradantes. Thiago denunció abusos similares y se encuentra en huelga de hambre. Los activistas que han regresado cuentan que vieron a otros compañeros desorientados, atormentados, con lesiones visibles o problemas de salud que no habían sido atendidos porque los sionistas les confiscaron sus medicamentos.
Estas prácticas no son incidentes aislados ni puntuales, las sufren todos los activistas, se inscriben en el patrón habitual israelí de trato degradante hacia prisioneros palestinos y de solidaridad, donde el objetivo es quebrar la dignidad, imponer humillación pública y disuasión política.
Una prisión con historia horrorosa
Los compañeros fueron trasladados a prisiones israelíes en el desierto del Néguev, particularmente al complejo de Ketziot (Ktzi’ot / Ansar III), una cárcel de alta seguridad conocida por su carácter estricto y por haber sido históricamente utilizada para confinar presos palestinos con severas restricciones. Ketziot es un enorme complejo penitenciario creado en parte para encerrar detenidos/secuestrados en situaciones de emergencia o en contextos de conflicto. En los últimos años fue denunciado por organismos de derechos humanos, por las pésimas condiciones sanitarias, aislamiento, restricciones a la visita y trato cruel a detenidos.
Mentiras y liberación/deportación a cuentagotas
Los activistas están “bajo custodia” y están siendo deportados, pero Israel niega las acusaciones de abusos. El Ministerio de Exteriores israelí afirmó que los detenidos están “saludables” y bajo procedimientos regulares, aunque no permite consistentemente el acceso independiente ni la supervisión internacional. La elección de Ketziot no es casual: su aislamiento geográfico facilita el control absoluto, la asfixia mediática y la vulneración de derechos sin atención del público ni prensa.
Desde el inicio de la operación israelí contra la flotilla, Israel ha seguido un patrón de liberación parcial selectiva, deportaciones rápidas para ciertos ciudadanos, y retención arbitraria para otros, posiblemente más prolongada. Los primeros liberados incluyeron a cuatro diputados italianos, quienes salieron de Israel luego de que su inmunidad diplomática fuera reconocida. Los sionistas también deportaron a 137 activistas a Turquía, según informes turcos, tras forzar la aceptación de documentos de deportación por parte de los detenidos. Esta noche han llegado a Madrid 29 compañeros más, entre españoles, catalanes, portugueses y holandeses. A su llegada al aeropuerto han declarado que las vejaciones fueron muy graves y más aun para las mujeres musulmanas.
No obstante, siguen detenidos alrededor de 420 compañeros, entre ellos nuestra compañera Cele Fierro. La deportación se está haciendo a criterio del sionismo y no de los derechos existentes, y bajo presión en función de sí los compañeros firman el documento de deportación o no. El ritmo de liberaciones está siendo lento, fragmentado, y sujeto a negociaciones diplomáticas país por país, lo que multiplica la agresión psicológica a los compañeros secuestrados, con un objetivo que va desde la cárcel al exterior, desalentar nuevos intentos de romper el bloqueo a la ayuda humanitaria.
Violaciones sistemáticas de derechos: Palestina y los secuestrados
Las acciones israelíes contra la flotilla no son un hecho aislado sino el accionar común de su política colonial y de apartheid, Israel mantiene un régimen que vulnera sistemáticamente los Derechos Humanos y el derecho internacional en Palestina: ejecuciones extrajudiciales, bombardeos sobre hospitales y escuelas, bloqueo de alimentos, agua y medicinas, desplazamientos forzosos, demolición de viviendas y encarcelamiento masivo.
Al secuestrar la flotilla, Israel viola derechos básicos reconocidos: el derecho a la libertad de tránsito marítimo, el derecho humanitario de entregar asistencia a un territorio bloqueado, los derechos de los prisioneros conforme al Convenio de Ginebra, y los principios de la ONU sobre derechos civiles y políticos. En el caso de periodistas que estaban en la flotilla, su detención y la censura de su cobertura judicial vulneran el derecho a la información respecto de una operación humanitaria.
Movilización global por Palestina y la flotilla
La ofensiva criminal por la ocupación total de Palestina y la detención de la flotilla desencadenaron una oleada de indignación en todo el mundo. Hasta donde podemos saber con la insistencia de nuestros compañeros ante la Cancillería Argentina por la seguridad de Cele, se encuentra bien, en la medida de estar secuestrada. Las organizaciones integrantes de la Liga Internacional Socialista (LIS) son parte de las protestas en todo el mundo.

















Este es el camino por seguir y profundizar la lucha con más movilizaciones masivas, acciones de boicot, huelgas de trabajadores y otras iniciativas que presionen a los gobiernos para que no miren para otro lado y actúen por la liberación inmediata de l@s compañer@s secuestrados.




