El empeoramiento de las condiciones de vida ha generado una oleada de huelgas obreras en pleno verano. Es el preludio de “la tormenta perfecta” que se pronostica para el otoño.
Escribe: Rubén Tzanoff
Hace poco más de un mes publicamos la nota “Aeropuertos europeos: las huelgas no se toman vacaciones”. En ella dimos cuenta de importantes luchas de los trabajadores de distintos países. Desde ese momento hasta ahora, las condiciones de vida de las grandes mayorías han empeorado y el movimiento obrero esta respondiendo con fuerza.
Reino Unido: colapso a la vuelta del Big Ben
Las históricas huelgas del transporte han comenzado una nueva ronda de reclamos en los trenes y el metro de Londres. Los médicos, abogados, carteros, empleados de las aerolíneas, trabajadores de los aeropuertos y abogados también amenazan con ir a la huelga. Tienen motivos de sobra para luchar. La inflación supera el 10%, los impuestos son los más altos en setenta años. Las facturas del gas y la luz llegarán a 600 euros mensuales por hogar y millones de personas no podrán pagarlas. Mientras tanto, el Partido Conservador se toma su tiempo para elegir al reemplazante de Boris Jonhson entre otros dos políticos de derecha: Rishi Sunak y Liz Truss. El nuevo primer ministro será elegido de forma antidemocrática, entre las cuatro paredes del Partido Conservador, sin apelar a la población, ni siquiera con elecciones generales.
Francia: agosto con una oleada de luchas
En pleno verano y vacaciones se desarrolla una verdadera oleada de huelgas. Entre otras podemos mencionar: la red de autobuses SETRAM en Le Mans y su metrópoli, los recolectores de residuos de Auxerrois, al personal de cabina de Air Calédonie, al personal de SNCF de la zona de Occitania y la línea Toulouse-Narbonne, al servicio de transporte de Divia, al personal de la Unión Nacional de Centros de Deportes al Aire Libre de los Alpes, a los socorristas y agentes técnicos de las piscinas municipales de París, a los trabajadores del centro de acogida de Bagnolet, a las matronas del Centre Hospitalier Public du Colentin en Cherburgo, a las enfermeras de Disneyland París, los guardias de seguridad del Aeropuerto de Saint-Exupéry, a los ayudantes y auxiliares del hogar del grupo AVEC en Sarreguemines y a los empleados de la fábrica Siniat en Mazan.
España: huelga, movilizaciones y debate sindical en Iberia Express
A finales de junio comenzaron las huelgas de los trabajadores españoles de la compañía irlandesa low cost Ryanair. Para intentar desactivarlas la patronal pacto con Comisiones Obreras (CC. OO.), que no tiene implantación alguna en el sector, supuestamente para adelantar “mejoras en condiciones laborales y salariales” mientras preparan un nuevo convenio. La Unión Sindical Obrera (USO), mayoritaria entre los trabajadores lo rechazó por “insuficiente” y “extraestatutario”. Y ahora anunció huelgas y un calendario de movilizaciones entre el 28 de agosto y el 6 de septiembre, por la negociación del nuevo convenio colectivo. Las centrales UGT y CC.OO. cumplen un rol muy negativo al negarse a apoyar y unir las luchas.
Lo que sucede es sólo la punta del iceberg
Es necesario responder a las luchas de hoy y prepararse para enfrentar lo que se viene. En Europa, la inflación trepa a valores históricos, consume los salarios y las pensiones. Hay restricciones para el uso de la energía y escasez de algunos productos, con la guerra en Ucrania como telón de fondo. Y, aunque no lo reconozcan, existe una emergencia climática. Las altísimas temperaturas provocan sequía, pérdidas de cosechas, bajas cotas de agua en los pantanos y pavorosos incendios forestales. Por eso, los días 10 y 11 de septiembre la LIS realizará un Encuentro Socioambiental Internacional virtual del cual puedes participar.
Verano caliente: en grados Celsius y en temperatura social
Se ha anticipado la “tormenta perfecta” de crisis económica y social que muchos analistas pronosticaban para el otoño. Los gobiernos, sean de Macron, Sánchez o quién llegue al poder en el Reino Unido impulsan medidas de austeridad para que sea el pueblo trabajador el que pague las consecuencias de la crisis. Los empresarios y burócratas sindicales las avalan. El fin de las vacaciones de verano marcará el inicio de tiempos más difíciles en los cuales la última palabra la tendrá la lucha de clases.
Apoyar las luchas y exigir la huelga general
Con la crisis de la economía capitalista agudizada por la pandemia y profundizada por la guerra, las condiciones de vida de los trabajadores y el pueblo se están deteriorando a gran velocidad. La inflación está licuando los salarios, las pensiones y las ayudas sociales. Mientras tanto, los gobiernos, las patronales y los dirigentes de las centrales sindicales mayoritarias maniobran “en equipo” para favorecer las ganancias patronales y frenar los reclamos. Por eso, es necesario que las exigencias de lucha a las dirigencias sindicales no se queden sólo allí: en ese camino hay que forjar una nueva dirección sindical. Hace falta un programa transicional de emergencia, construido desde abajo, en asambleas obreras que debatan y decidan su propia agenda de reclamos y de lucha ordenados por lograr que la crisis la paguen los capitalistas.
Hacen falta nuevas alternativas políticas
Los desastres y traiciones de los viejos partidos patronales, de los reformistas, socialdemócratas y estalinistas, plantean una tarea impostergable: avanzar en el reagrupamiento de los socialistas revolucionarios para poner en pie alternativas anticapitalistas, de independencia de clase y apoyo a la movilización obrera y popular. El compromiso de las y los compañeros de la LIS en Europa es ponerse al servicio de estas tareas.