El imperialismo europeo y sus gobiernos responden a la crisis migratoria con represión. Aplican medidas antihumanas para construir la “Europa Fortaleza”. Es necesario defender a los inmigrantes y plantear estrategias alternativas.
Por Rubén Tzanoff
Crisis migratoria
En tres días llegaron a la Isla de Lampedusa, 10.000 personas que partieron de Túnez. En lo que va de año llegaron a la isla italiana más de 127.000 inmigrantes, casi el doble de los que arribaron el año pasado en el mismo período, procedentes mayoritariamente del norte de África.
No van de paseo
No se trata de turistas vacacionando por el mundo, sino de personas desesperadas que huyen de la falta de libertad y de la pobreza extrema en sus países, ambas auspiciadas por el mismo imperialismo que no los quiere recibir. Los inmigrantes se ven obligados a buscar un futuro mejor para ellos y/o para sus hijos solicitando asilo. La UE niega que exista una crisis migratoria permanente, pero actúa sobre ella con medidas cada vez más antihumanas.
Meloni en el lado oscuro
Ante el drama humanitario que se expresa en Italia, el gobierno de Georgia Meloni reclama que se acelere la implantación del acuerdo alcanzado en julio entre Bruselas y el autoritario presidente tunecino Kais Saied, consistente en el envío de fondos a cambio de frenar la inmigración. El acuerdo con Túnez fue tan escandaloso que algunos diplomáticos expresaron incomodidad por su firma. Lo cierto es que no se trata de una modalidad novedosa, ya que la han aplicado con Turquía, Marruecos y pretenden hacer lo propio con Egipto. La derechista italiana también exigió un “bloqueo naval” con la intervención de misiones europeas y sus palabras fueron escuchadas.
Con el apoyo de la UE
La presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leyen, viajó a Lampedusa con un paquete de 10 puntos para demostrar “que no dejarían sola a Italia”, a merced de los “traficantes de personas”. Entre ellos: el aceleramiento en la entrega de fondos, equipamiento y formación de guardacostas tunecinos, en la identificación y repatriación de migrantes y la destrucción de barcazas. Y aclaró: “Apoyo la posibilidad de explorar las opciones de expandir las misiones navales europeas en el Mediterráneo o trabajar en nuevas misiones”.
Detrás del maquillaje
Los barcos de Meloni y Von der Leyen no son para facilitar el rescate de las personas que navegan en pateras precarias, ni para evitar que pierden la vida en los naufragios. Son para disuadirlos de que no vayan a Europa. Cuando se trata de defender al capitalismo y construir la “Europa Fortaleza” se les diluye el maquillaje y, a cara limpia, aparece el verdadero rostro antihumano del imperialismo europeo.
Por un movimiento continental unitario
Existe una gran cantidad de organizaciones y de personalidades independientes que están indignadas con lo que sucede y les repugna el discurso derechista de odio. También se hacen un sinfín de actividades solidarias, pero descoordinadas. La Liga Internacional Socialista (LIS) está a disposición para impulsar una campaña continental denunciando el drama humanitario en curso, la utilización de gendarmes fronterizos y los ataques derechistas. En definitiva, una campaña que transforme los reclamos africanos y europeos en un único grito por la libre circulación de las personas y por los derechos del inmigrante.
La solución es socialista
Ante el destino de barbarie hacia el que conduce el sistema capitalista imperialista es necesario organizarse y luchar en forma independiente, por un mundo sin fronteras, sin explotación ni opresión, en el que se respeten los derechos sociales y humanos; es decir, por un mundo con un sistema socialista.