Unión Europea: Derechas, elecciones y el liberfacho que se “coló”

El reaccionario acto de Vox en Madrid atizó los debates sobre la proyección de crecimiento de la ultraderecha en las elecciones al Parlamento Europeo del 6 de junio. El evento tuvo un apoyo que fue desde Orbán al liberfacho de Milei. El espectro reaccionario alterna disputas y convergencias. Los partidos reformistas tienen responsabilidades por el auge conservador. En el marco de una creciente polarización, es necesaria la unidad en la movilización y la construcción de herramientas revolucionarias y socialistas. Destacamos a las listas del NPA – Revolucionarios (Francia) y el MAS (Portugal) que presentan candidaturas anticapitalistas y socialistas.

Por Rubén Tzanoff

Convención retrógrada

En las recientes elecciones autonómicas catalanas Vox tuvo un crecimiento porcentual y sostuvo su bancada de once diputados a pesar de los embates del PP para reducirla. A continuación realizó la convención anual “Europa Viva 24” en el Palacio de Vistalegre de Madrid, donde se montaron casetas y mesas redondas para debatir la agenda sobre “La libertad ante la cultura de la cancelación” y “Medios de comunicación y poder político”  entre otras atracciones del “movimiento patriótico, reformista e identitario” europeo como se definen.

Santiago Abascal acompañado de otros reaccionarios invitados.

“Dime con quién andas y te diré quién eres”

En la convención también hicieron un acto de lanzamiento de campaña con la presentación de sus candidatos a eurodiputados, postulándose con “ilusión y esperanza” “contra la socialdemocracia y los partidos populares”. El dirigente Santiago Abascal fue el anfitrión de otros ultraderechistas como los primeros ministros de Italia, Giorgia Meloni y de Hungría, Viktor Orbán (envió un video) y los líderes ultras de Francia, Marine Le Pen y de Portugal, André Ventura de Chega que tuvo un fuerte crecimiento en las recientes elecciones lusas.

Milei, el liberfacho desbocado

Por una puerta lateral a la realidad europea se coló como escandaloso protagonista del acto de Vox el presidente de la Argentina, Javier Milei. Su visita a España estuvo precedida de un intercambio de agravios con autoridades del gobierno que derivó en un incidente diplomático por las acusaciones de corrupta a la esposa del presidente Pedro Sánchez (PSOE), a quien también acusa de hacer “payasadas” y ataca por su cargo en la Internacional Socialista (socialdemócrata). Ante la negativa de Milei a disculparse y la continuidad de la escalada verbal, España ha retirado a su embajadora en Argentina, cuya sede continuará a nivel de encargado de negocios. Sánchez actúa para aparecer como paladín contra las derechas de cara a las elecciones y Milei se jacta de su protagonismo entre lo peor de lo peor del espectro ultra.

Milei en el acto de Vox.
Tino Chrupalla, Andre Ventura y Marine Le Pen.

Disputa y convergencia

Envalentonada con las encuestas que le auguran un salto importante a partir de la presencia que ha adquirido en gobiernos y parlamentos, la ultraderecha va por mayor peso en la nueva Eurocámara, contra la Socialistas y Demócratas (S&D) y Renovar Europa (liberales). El Partido Popular Europeo (PPE) podría llegar a contar con una mayoría alternativa a su derecha con la que sacar adelante proyectos de ley. Ursula von der Leyen, candidata del PPE a su segundo mandato en la Comisión Europea, ha abierto la puerta a colaborar con estas formaciones: “Dependerá mucho de la composición del Parlamento y de quién está en cada grupo”. No sería nada extraño ya que hace tiempo han comenzado a normalizar los pactos con la ultraderecha en Suecia, Finlandia, Italia, Croacia y lo harán en los Países Bajos.

Dos grupos no exentos de diferencias y crisis

Hasta ahora la composición legislativa presentaba a los eurodiputados de ultraderecha repartidos en dos grupos: por un lado, Identidad y Democracia (ID), con Reagrupamiento Nacional (RN), referenciada en Marine Le Pen,  Vlaams Belang (independentistas flamencos), La Liga de Matteo Salvini y Alternativa para Alemania (AfD). Pero el candidato de AfD, Maximilian Krah, le aseguró al diario italiano La Repubblica que: “No diré nunca que quien tenía un uniforme de las SS era automáticamente un criminal” y motivó la ruptura primero de Le Pen y después de Salvini a seguir formando grupo en la Eurocámara con la formación alemana. El otro grupo lo componen los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR), con partidos que participan en gobiernos como los Hermanos de Italia de Giorgia Meloni, Ley y Justicia (PiS, Polonia) y la simpatía de Vox.

Unidad compleja

Aunque desde ID Le Pen llama a “los conservadores y patriotas de Europa” a unirse, no aparece como una tarea sencilla. La represión a los inmigrantes y el cierre de las fronteras, las críticas al Pacto Verde firmado en 2020, la defensa de regímenes más autoritarios y del capitalismo, son puntos en los que convergen. Pero también tienen grandes matices que los llevan a poca disciplina de voto en la eurocámara, responden a intereses dispares basados en el protagonismo de sus dirigentes, la radicalidad que expresan, la defensa nacional a ultranza, los hay pro-Rusia o pro-Ucrania y tienen distintas valoraciones sobre el libre comercio, entre otros aspectos. Otra incógnita radica en dónde se ubicará el partido húngaro Fidesz, dirigido por el primer ministro Viktor Orbán, que fue expulsado del PPE en 2021 e integra el grupo de los no inscritos.

Polarización creciente

La situación mundial, que ha sido detalladamente abordada por el coordinador de la Liga Internacional Socialista (LIS) Alejandro Bodart, tiene uno de sus aspectos más importantes en la creciente polarización política y social. En un polo está la ultraderecha que tiene expresiones políticas cada vez más nítidas y adquiere características fascistas sin llegar a serlo en su totalidad porque todavía no ha logrado derrotas históricas de la clase trabajadora. En el otro polo se resaltan las huelgas, luchas y movilizaciones que también se han instalado en los grandes países imperialistas, como EE. UU., Reino Unido y los de la UE y actualmente tienen como punto más álgido el apoyo al pueblo Palestino pasando por encima de la islamofobia que fomentan la derecha y la ultraderecha. Lo que lamentablemente no tienen por el momento, es una representación política unificada y ampliamente reconocida.

«Nazis? Ya los tuvimos, era una mierda», cartel en una de las masivas movilizaciones durante el mes de enero en Alemania.
Manifestación en Plaza Colón, Madrid, repudiando la convención de Vox al grito de “Fuera fascistas de nuestras calles”.

Variados factores y el papel del reformismo

Hay muchos elementos que intervienen para que las derechas capitalicen el descontento de distintos sectores sociales y pasen de la propaganda a la actuación sobre la realidad: el avance de la crisis económica capitalista, el resquebrajamiento de los regímenes de las democracias burguesas, el levantamiento del “cerco sanitario” en las instituciones y los medios de comunicación masiva, la adopción por otras fuerzas de puntos programáticos propios y la eclosión de personajes carismáticos que aprovechan la oportunidad para instalar discursos de odio tan mentirosos como simplistas, entre otras causas. Sin embargo, no se puede explicar el auge de las derechas sin citar el papel central de los partidos reformistas y sus dirigentes: primero despiertan expectativas y, si llegan al gobierno, no responden a la crisis capitalista, decepcionan, generan desconfianza y empieza a haber sectores imperialistas y burgueses que apuestan a variantes de ultraderecha para reemplazarlos en la aplicación de brutales planes de ajuste y provocar cambios autoritarios en la institucionalidad. Enchalecados en el capitalismo, ni el reformismo ni las derechas configuran una salida a las crisis, la desigualdad, las injusticias, el racismo, las guerras y la destrucción de la naturaleza.

Por una Europa de los trabajadores, los pueblos y socialista

Sin destruir al capitalismo está planteada la barbarie de la cual ya hay elementos tangibles hasta en la Unión Europea, con las guerras y el trato racista a los inmigrantes que dejan morir en el mar, reprimen y expulsan hacia el horror del cual pretenden escapar. Para cortarles el camino a la derecha y la ultra no sirve optar por el “mal menor” que pregonan la socialdemocracia y otros sectores reformistas. El frente popular es una trampa destinada a subsumir a la izquierda detrás de sectores de la burguesía. Ninguno de los candidatos burgueses, sean “europeístas” o “euroescépticos” cambiará nada. Por eso, las organizaciones que integramos la Liga Internacional Socialista (LIS) impulsamos la más amplia unidad de acción en la movilización contra la ultraderecha, desde la independencia de clase, con un programa revolucionario para una Europa de los trabajadores, los pueblos y socialista. En el marco de esta estrategia, saludamos y destacamos la presentación de las listas del NPA – Revolucionarios de Francia “Por un mundo sin fronteras ni patrones, ¡revolución urgente!” y las candidaturas socialistas del Movimiento Alternativa Socialista de Portugal.

Selma Labib y Gaël Quirante, binomio de candidatos del NPA – Revolucionarios.
Carteles de campaña del MAS-Portugal.