Los contactos entre Israel y Hamas son tensos y frágiles. Netanyahu ha comenzado una ofensiva sobre Rafah que agrava la crisis humanitaria. EE. UU. reprime las protestas estudiantiles. La movilización internacional contra el genocidio no ha de cesar en el camino de una Palestina libre del río al mar.
Por Rubén Tzanoff
Contactos tensos y frágiles
Los contactos de Israel con Hamas por un acuerdo de alto el fuego y el intercambio de rehenes israelíes por presos palestinos se vienen dando con posiciones contrapuestas, tensión y fragilidad. En ese marco, Hamas anunció la aceptación de una propuesta de una propuesta de Egipto y Qatar que incluía: tres fases de 42 días cada una, en la primera se excarcelarían 50 presos palestinos por cada rehén mujer liberada, el regreso de los desplazados internos y un aumento de la entrada de ayuda humanitaria y combustible; en la segunda instancia serían liberados los hombres. El gobierno sionista rechazó la propuesta argumentando que “está lejos de las demandas necesarias de Israel”, no obstante lo cual anunciaron que enviarán una delegación a El Cairo “para agotar las posibilidades de lograr un acuerdo, en condiciones aceptables para Israel”, lo concreto es que siguen sosteniendo su decisión de continuar la guerra.
Comenzaron las acciones sobre Rafah
Después de alertar sobre una ofensiva terrestre “inminente” sobre Rafah y ordenar el retiro de la población palestina hacia la zona que cínicamente denominan “humanitaria” de Muwasi y áreas cercanas a la ciudad de Jan Yunis; comenzaron los bombardeos y la ocupación del paso fronterizo hacia Egipto. Con ello ha comenzado a perpetrarse una nueva oleada de matanzas y el traslado forzoso de miles y miles de palestinos ya desplazados anteriormente en varias ocasiones. Netanyahu fundamenta el genocidio como la única forma de destruir a cuatro batallones de Hamas, incluso en contra de los familiares de rehenes que le exigen que acepte un acuerdo para la liberación de los secuestrados. El primer ministro de ultraderecha sigue huyendo hacia adelante en la búsqueda de su supervivencia política.
En la previa cerraron Al Yazira en Jerusalén
Previo a la ofensiva, Israel cerró Al Yazira en Jerusalén, que es el referente informativo del mundo árabe. No es un hecho aislado, la cadena qatarí ya había denunciado ataques sistemáticos para silenciarla y los asesinatos deliberados de varios de sus periodistas como Samer Abu Daqqa y Hamza al Dahdooh. Los canales de Al Yazira en árabe e inglés dejaron de emitir desde Jerusalén pero continúan haciéndolo desde Cisjordania, Ramala y Gaza.
Protestas, represión y detenciones en EE. UU.
El fin de semana pasado los estudiantes universitarios estadounidenses han mantenido el pulso de las protestas solidarias con Palestina en las ceremonias de graduación. Lo han hecho con distinta intensidad y consecuencias en universidades de Michigan, Virginia, Vermont, Indiana, Connecticut, Colorado y, con particular intensidad en Nueva York. Con la falsa excusa de que las protestas son “antisemitas” cuando en realidad repudian el genocidio que lleva a cabo el Estado sionista, el poder imperialista pretende desmantelar los campamentos y terminar con los reclamos. La “democracia” norteamericana, que se pretende como modelo ejemplar para el mundo, es una farsa que muestra su verdadero rostro cuando se desarrollan fuertes protestas democráticas y sociales. En este caso lo ha hecho con granadas aturdidoras, balas de goma, gases lacrimógenos y la detención, hasta ahora, de alrededor de 2.500 estudiantes. Es necesario exigir el fin de la represión, la libertad sin cargo de los detenidos y seguir el ejemplo de los estudiantes norteamericanos en todas las universidades del mundo.
Más y más solidaridad con Palestina
Siguiendo el ejemplo de los estudiantes estadounidenses hubo acciones en París, en México y en España. En este último país hay protestas en universidades e institutos de Valencia Euskadi, de Navarra, Madrid, Sevilla, Zaragoza, Granada, Galicia y Barcelona que se proyectan coordinar en los próximos días. Los estudiantes, los trabajadores y los pueblos movilizados en todo el mundo señalan el camino de lucha para frenar el genocidio, exigiendo que los gobiernos rompan relaciones con Israel, corten la ayuda económica y el suministro de armas. Los socialistas revolucionarios seguiremos impulsando las acciones en apoyo al pueblo Palestino, contra Israel, EE. UU. y la Unión Europea ¡Fuera de Gaza, Rafah y Medio Oriente! La salida de fondo es una Palestina única, laica, democrática, no racista y socialista.